Abrir Twitter y reencontrarte con un escrito del etnógrafo digital Josep Maria Ganyet. Diferencias: "Si le pedís a un tecnólogo, os responderá que si es tecnológicamente posible, se tiene que hacer. Si le preguntáis a un economista, os dirá que si es rentable se tiene que hacer. Si le preguntáis a un filósofo, no os responderá sino que será quien os haga la pregunta". El economista Germà Bel se añade al hilo: "Un economista del sector público te habrá incluido los beneficios y costes sociales, porque no hay ningún cambio o medida que no comporte tantos aspectos positivos y negativos. Y aquello que es incierto te lo analizará por probabilidad de ocurrencia ponderada por coste o beneficio." Abrir la hemeroteca y reencontrarte con una entrevista de ahora hace dos años al exconseller Andreu Mas-Colell: "Los economistas servimos para todo". Y de nuevo, un matiz de Bel: "Poco para todo, y mucho para nada".
Ha sido una semana de economía y empresa de alto voltaje. Para poner sólo algunos ejemplos: Nissan ha llenado todas las portadas, el economista Yanis Varoufakis ha explicado el minotauro global en tiempos de covid-19 a las pymes y Mas-Colell ha conversado con el consultor Xavier Marcet y el presidente de Cecot, Antoni Abad, sobre las bondades de la colaboración público-privada. Ahora mismo, el orden global es de todo menos racional ante los temores de una crisis económica sin precedentes.
En VIA Empresa hemos seguido de muy cerca la crisis de Nissan tanto para Catalunya como España. Crónica de un cierre anunciado, desmentido y filtrado horas antes de que fuera público. Con huelga, fuego y un auténtico baile de declaraciones. Pero, no nos hemos quedado sólo con el ruido mediático sino que una vez más, hemos procurado ir más allá y hablar con todos aquellos que lo han vivido de primera mano y desde ya hace mucho tiempo.
Vivimos momentos de cambios y vamos a todo gas, pero parémonos unos minutos y dejemos el mundo en pausa. Partido a partido. Que este Pie de Página sirva como espacio de reflexiones para explicar aquello que la actualidad a menudo deja en el tintero. Decía Ernest Lluch que "los economistas sabemos interpretar lo que ha pasado, pero no sabemos prever lo que pasará". Anticipémonos pues a lo que está por venir, como si el futuro ya fuera un pasado golpeado por este presente.
Nacionalizar Nissan: realidad o utopía?
Después de que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, abriera el melón de las nacionalizaciones de empresas, la consellera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, quiso dejar bien claro que nacionalizar Nissan "no es una opción realista", pese a que no descarta nada. "No hay ningún escenario cerrado", pero "ahora tenemos que huir de demagogias por respeto a todos los trabajadores de Nissan afectados".
Si Bankia fue nacionalizada por el Gobierno del PP, por qué no se puede hacer lo mismo con Nissan? Se preguntan algunos... "No tiene nada que ver", dictan otros. La sentencia del exministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, durante un encuentro virtual organizado por Pimec es clara: "Alemania puede salvar Lufthansa, pero España no puede salvar Nissan porque no tiene dinero". Cierto es que son países y empresas de nacionalidades diferentes, pero reflejan una realidad geopolítica compleja.
Al mismo tiempo, Varoufakis insiste que "tenemos que coger Nissan y Renault y decirles: tenemos un plan para Europa". Hasta que esto no sea así, será difícil ser "competitivos" y, lo peor, "vamos hacia la desintegración" porque "no tenemos una Europa social ni económica y no tenemos políticas industriales, ni de inversiones", explica. El minotauro global vuelve a escena.
Varoufakis: "Vamos hacia la desintegración porque no tenemos una Europa social ni económica, ni tampoco políticas industriales ni de inversiones"
El economista se confiesa de cara a las pymes y deshace las palabras que dijo hace unos años: "El Brexit sería horroroso para Nissan". La realidad ha demostrado más bien el contrario y es que según apunta una fuente de la automovilística, "era vox populi que el gobierno del Reino Unido daba muchas más ayudas a la marca, por no hablar de la robotización o el emanagement". Y las relaciones comerciales con Inglaterra? "Serán más fáciles".
La fórmula Varoufakis y González
De momento, Varoufakis señala que "se tiene que establecer una verdadera unión social donde las decisiones empresariales no provoquen unas consecuencias tan graves sin que Europa ni los países puedan hacer nada ni tengan ninguna red para los trabajadores". Trabajadores como los de Nissan, enfadados y con ganas de luchar contra una decisión de una multinacional que se esperaban desde hace tiempo y que ahora ya difícilmente podrán cambiar.
En este sentido, el presidente de Pimec, Josep González, apuesta por impulsar un plan nacional para la industria para evitar que en un futuro se vuelvan a repetir situaciones como la de Nissan. Aprender de los errores del pasado y anticiparse a la incertidumbre del futuro. Según la patronal, el cierre de la automovilística afectará 420 empresas de manera directa, 380 de las cuales son pequeñas y medianas empresas.
De hecho, calculan que entre ocupación directa, indirecta e inducida se perderán 31.600 puestos de trabajo y una facturación global de 3.600 millones de euros. Unas cifras escalofriantes que se tienen que visualizar en el conjunto del sector de la automoción en Catalunya, que representa el 10,2% del PIB catalán, una facturación de 23.800 millones de euros y una relación con 10.900 empresas.
Bel: "Una cosa espectacular es como se obvia el hecho de que hay en Catalunya una empresa del sector como Seat con casi 15.000 puestos de trabajo directos"
Todavía en el terreno de las nacionalizaciones, el economista Germà Bel recuerda que es legal pero que esto sólo sería posible en el caso de Nissan saliendo de la Unión Europea puesto que no se podría mantener abierta con pérdidas porque "las ayudas de Estado no serán toleradas en este sector, a diferencia de otros como las aerolíneas".
"Una cosa espectacular entre toda la tormenta de ideas sobre nacionalización de Nissan (que nadie sabe que quiere decir) o la promoción pública de una empresa de fabricación de vehículos es como se obvia el hecho que hay en Catalunya una empresa del sector, Seat, con casi 15.000 puestos de trabajo directos", alerta.
La traición de la UE y un "tsunami de quiebras"
Del plan nacional de González al plan para Europa de Varoufakis. Después de soltar que "los líderes de la Unión Europea han traicionado Europa", el economista griego advierte que "la solidaridad no es un argumento" porque "tú no te sumes a alguien que está arruinado" y sostiene que, por lo tanto, "no es bueno ser egoísta, ni optar por la óptica de la solidaridad". Y es que tanto dirigentes de las administraciones catalanas y estatales como agentes sociales creen que tienen margen para convencer Nissan para que se quede en Barcelona apelando a su "responsabilidad" social. Pero, según Varoufakis, jugar la carta de la solidaridad no es el juego más adecuado.
Y, qué hace Europa mientras tanto? Dónde está la Unión Europea? La crisis derivada de la pandemia de covid-19 "ha sido un choque a los fundamentos de la UE", como aseguraba el profesor de Economía y Pierre Werner Chair en la European University Institute, Ramon Marimon, en una sesión telemática organizada por el Círculo de Economía. Si la UE no juega su papel, ni prepara una "salida común" para todos los países, "temas básicos como la movilidad, el mercado único, programas europeos como Erasmus, no sólo se han parado, sino que será difícil de reparar", sentenciaba.
Varoufakis: "Los líderes de la Unión Europea han traicionado Europa"
Y es precisamente por eso que Europa necesita un plan. Este es el plan de Varoufakis: la creación de una Agencia Europea de Inversiones que destine el 80% de los fondos a las pymes, una agencia que beneficiaría especialmente los países del sur de Europa, donde estas compañías tienen un mayor peso sobre la economía. El economista griego, insatisfecho, considera que el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, deja las pymes en un segundo plano. Si no hay plan, y no hay unión, el vaticinio del economista griego puede ser una realidad y la situación podría desembocar en un "tsunami de quiebras" en la UE por la crisis del coronavirus porque, por primera vez, la oferta y la demanda han sido golpeadas al mismo tiempo.
"España sufrirá porque tiene muchas pequeñas y medianas empresas que no serán incluidas en el paquete de ayudas" de la UE, advierte, al mismo tiempo que insiste en la idea que, "el desastre que ha supuesto la covid-19 tendría que servir porque un plano europeo de inversión verde nos permita reestructurar la deuda de las pymes porque venden tiempos difíciles para ellas" y, asevera, "la única manera de resolverlo es teniendo un plano europeo para su reestructuración". Varoufakis lo tiene claro: "Tiene que haber una voluntad política de apoyar a las pymes e igualar las condiciones de juego, garantizar su financiación pública y ejercer presión política para que haya una agenda europea de inversiones".
Con la solidaridad no hay suficiente
Ni solidaridad, ni esperanza. A pesar de que el Govern ya ha dicho que "no se lo pondremos nada fácil", tanto el CEO de Nissan, Makoto Uchida, como el presidente de Nissan en Europa, Gianluca De Ficchy, ya cerraron cualquier posibilidad de revetir la situación. Mientras tanto, los trabajadores continúan la lucha "hasta el final" liderados por el comité de empresa. "Nos han dejado morir", clama el presidente sindical una y otra vez.
Ya apuntábamos en VIA Empresa que la política ha llegado, una vez más, tarde y mal y que amenazar una multinacional japonesa como Nissan de qué "esto no quedará así" es llover sobre mojado. Queda repartir culpas y señalar quién podría haber hecho más, pero en el mundo de la empresa se trata más bien de anticiparse a la jugada antes de que pase y esta ya hacía tiempo que todo el mundo la daba por cantaba.
Es necesario un Plan B y nuestras fuentes apuntan a augurios de todo tipo: un hub de emprendeduría, Seat calentando por la banda o un nuevo fabricante con deseo de implantarse en Europa para hacer coches según los estándares de producción y las prestaciones que exigen los europeos. "Parece que ha llegado la hora de sustituir el sol japonés por el dragón chino", explica el colaborador Enric Llarch.
A pesar de que políticos y agentes sociales todavía guardan un espacio para la esperanza aferrándose a una hipotética solidaridad de Nissan, los economistas lo tienen claro y optan por aceptar la situación y trabajar para cambiar las reglas del juego, acelerarlas y convertir tanto la muerte anunciada de la automovilística en Catalunya, como las lecciones europeas que nos ha dado y nos da la crisis de la covid-19 en una oportunidad.
La fórmula Mas-Colell y Abad
"La colaboración público-privada permite a la administración pública llegar más lejos, más deprisa y mejor en el cumplimiento de sus responsabilidades", explica el catedrático Andreu Mas-Colell durante la charla virtual organizada por la Cecot. Según el exconseller, la parte pública exige transparencia y rendimiento de cuentas y la parte privada exige seguridad jurídica. Allí donde no llega uno, que al menos pueda llegar el otro.
Así pues, Mas-Colell reivindica que tiene que haber productividad sin incrementar el presupuesto del sector público y ser autosuficiente es "bueno", pero tampoco se tiene que ser "ingenuo". "Nos conviene industria, pero sobre todo economía construida sobre el conocimiento propio. Con Nissan no podemos hacer nada si no tenemos la tecnología y este es un hándicap que tenemos desde hace 100 años. Valen más 20 empresas con tecnología propia que una empresa que englobe las 20 pero que trabaje con una patente de fuera", defiende.
El presidente de la Cecot, Antoni Abad, recuerda una entrevista que leyó cuando tenía sólo 20 años sobre un economista de izquierdas con el siguiente titular: "Nada más progresista que administrar bien el dinero de todos". La alerta crítica se escucha más allá de Terrassa: "En el año 2020 todavía nos cuestionamos si la colaboración público-privada es un buen instrumento del progreso personal y económico".
Mas-Colell: "Si Europa te deja el dinero querrá supervisarlo. En vez de los hombres de negro vendrán las mujeres de azul"
De repente, aparece una idea sobre la mesa. En VIA Empresa la bautizamos como Liga de los extraordinarios y se trata de un Dream Team económico y empresarial para luchar contra el coronavirus más allá de la política. "En la mesa tiene que haber el Gobierno, pero también la academia y la representación empresarial de todos los sectores", apunta Abad.
En este sentido, el consultor y colaborador de esta casa, Xavier Marcet, recuerda que hay tecnologías donde no solo basta con el sector público o el privado. Se les necesita a ambos. Abad augura que se acercan tiempo de "keynesianismo inteligente" con partenariado público y privado y se queja de que los permisos de las administraciones tardan demasiado.
Para cerrar, Mas-Colell deja una imagen visual que no le debe de llevar demasiados buenos recuerdos a Varoufakis: "Si Europa te deja el dinero, querrá supervisarlo. En vez de los hombres de negro vendrán las mujeres de azul". Una vez más, economía en colores que sirven para interpretar lo que ha pasado y quizás también para prever aquello que pasará.