Hemos heredado una serie de informaciones que hemos asumido como ciertas, las cuales forman nuestro background cultural: la tierra es redonda, la miel la hacen las abejas, Einstein descubrió la teoría de la relatividad o el petróleo es una energía fósil, entre otros. Una de estas informaciones asumidas como ciertas es la elevada edad de los campesinos catalanes. El 99,99% de las personas que conozco saben esto. Las estadísticas publicadas por la Generalitat de Catalunya o por los sindicatos agrarios confirman este hecho. Por tanto, por puro silogismo dentro de unos pocos años no habrá agricultura en Catalunya y todo lo tendremos que comprar fuera. Esta idea, desde el populismo urbano, ha servido para alimentar diversas teorías alarmistas y en general para distanciar a la sociedad catalana del hecho alimentario.
Sin embargo, nos encontramos ante una desinformación a corregir. Sé que va a costar un poco corregirla dado que ya forma parte del ADN del catalán bien informado. El camino para modificar esta imagen tan arraigada deben ser las estadísticas y la clarificación de los conceptos, algunos de los cuales nos reflejan y distorsionan la realidad. Las estadísticas son pesadas, pero animo a seguirlas dado que son los datos objetivos los que nos permiten comprender y abordar los caminos de progreso. Entramos, pues.
Empresarios agrícolas
El departamento de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rura (DACAR) de la Generalidad de Catalunya publica en su web la siguiente información:
Número de explotaciones agrícolas declaradas en el año 2020: 47.940 explotaciones.
¿Quién las gestiona?
- Personas físicas: 41.950
- Personas jurídicas: 5.990
Al referirse a la edad se menciona solo a las personas físicas y publica la siguiente información que se expone seguidamente de forma gráfica:
Esta información es la que se difunde por todos los medios de comunicación para referirse a la edad de los campesinos. De acuerdo con estos datos, el 40,95% de los campesinos tienen más de 65 años. Una evidencia estadística que confirma la información generalmente asumida. Sin duda se trata de una desinformación tal y como se demostrará.
La idea de que no habrá agricultura en Catalunya en unos años ha alimentado teorías alarmistas
¿Quién está dentro de esta estadística? Entre otras personas está Sra. Antonia, mi suegra, una adorable señora de 96 años. ¿Es Sra. Antonia una campesina? Evidentemente no. ¿Por qué, pues, está Sra. Antonia en esta estadística? Porque es la propietaria de la finca y titular perceptora de los derechos de la PAC. La Sra. Antonia es la empresaria de su finca, pero no tiene ninguna ocupación agraria, la cual la tiene cedida a una empresa agraria que gestiona la finca en una relación “a medias”. Es decir, en esta estadística están los empresarios "personas físicas" perceptores de la PAC que suelen ser los propietarios de estas fincas. A menudo son de edad avanzada porque los derechos de propiedad no suelen cederse antes de la muerte. Los campesinos, los trabajadores del campo y los ocupados agrarios debemos buscarlos en otra estadística.
Como curiosidad a tener en cuenta es que en la estadística de edad no se incorporan las personas jurídicas, las cuales tienen un CEO, gerente o responsable de quien también podríamos considerar su edad.
Otra curiosidad de esta estadística es que, para edades menores de 41 años, las mujeres sólo representan el 19,95%. Por el contrario, por edades mayores de 65 años representan un 38,11%. Un hecho vinculado a la mayor longevidad de las mujeres y a la probable herencia al enviudar de la propiedad de la finca y, como nuevas empresarias, de los derechos de la PAC.
Ocupados agrarios, trabajadores del campo
De un sector empresarial estándar como el textil, madera, papel, construcción o restauración solemos identificar, por un lado, unidades productivas o empresas, que tienen cada una de ellas una figura individual o colectiva de empresarios. Y, por su parte, el número de ocupados que pueden ser directivos, administrativos, técnicos, operarios o jornaleros. Los ocupados agrarios en todos los sectores se contabilizan a partir de los datos de afiliación a la Seguridad Social.
La identificación de ocupado agrario aglutina a tres regímenes de la Seguridad Social. En primer lugar, los agrarios autónomos o trabajadores por cuenta propia, donde encontramos a los responsables o titulares de la gestión de la explotación. En segundo lugar, el régimen especial agrario. En tercer lugar, trabajadores del régimen general que identifiquen su actividad como agraria. Hay que observar también que hay ocupados que efectúan tareas agrarias desde una empresa de servicios y que, por tanto, no figuran en esta estadística. Este último concepto es cada vez más frecuente. En algunos casos, posiblemente, se debe a la voluntad de evitar la denominación “campesino” que ha sido tan injustamente castigada por la sociedad urbana.
Muchas empresas de servicios realizan tareas agrarias y evitan la denominación de "campesino"
Si hablamos de ocupados agrarios la imagen sobre la edad de los ocupados en el sector agrario se transforma completamente. Esta estadística, a partir de los datos de la Seguridad Social, los publicaba el Gabinet Tècnic del Departament d’Agricultura, Ramaderia i Pesca de la Generalitat de Catalunya, pero se dejaron de publicar en 2012. Aun teniendo en cuenta posibles variaciones que se hayan podido producir a lo largo de los siguientes años el siguiente gráfico es especialmente revelador. En cuanto a los hombres, la edad (41,62 años) era la de un sector joven. Los autónomos, donde suele haber los responsables de la gestión de la explotación, tenían una media de edad de 47 o 48 años, plenamente dentro de la normalidad de otros sectores empresariales. En cambio, las mujeres tenían una media de edad claramente más alta (45,95 global y 52,7 por las autónomas) este hecho, con toda probabilidad, expresa un hecho discriminatorio hacia la mujer, cuyo trabajo queda oculto. La mujer en muchos casos se afilia a la Seguridad Social en la última etapa de su vida laboral con la finalidad de poder obtener una pensión.
Afiliados Catalunya | Edad media |
Homes | 41,62 |
Dones | 45,95 |
Global | 42,57 |
Al respecto tuve la ocasión de publicar un artículo técnico en la revista Indice promovida por el Instituto Nacional de Estadística. En el artículo titulado ¿Por qué contamos mal los agricultores? exponía los datos de ocupados agrarios en España en el cuarto trimestre de 2019. La siguiente gráfica es una reproducción.
Puede observarse la gran diferencia entre, por un lado, la realidad, en la que en España solo un 2,18% de los ocupados agrarios son mayores de 65 años. Y, por otra parte, la información de que el 40,9% de campesinos son mayores de 65 años, de la que hablan -de forma desinformada- las estadísticas catalanas. Las cuales se refieren a conceptos distintos pero la interpretación de la ciudadanía las hace equivalentes.
El coste de la desinformación
Cuando expongo estos datos objetivos, cuando explico que la edad media de los campesinos es de 42 años (dato de 2011) el retorno que tengo es de incredulidad, ya que estoy contradiciendo lo que todo el mundo sabe. Más aún, debido a que la propia Conselleria de la Generalitat afectada confirma que el 40,95% de los campesinos tienen más de 65 años. Un dato, asimismo, repetido por todos los medios de comunicación.
¿Qué interés puede tener un sector que está formado por un grupo de "abuelos"? Hemos leído editoriales y artículos identificando la falsa edad elevada del campesinado con el retraso
Pero esta desinformación que en lugar de contar a la gente que trabaja, contabiliza perceptores de la DUN, a menudo propietarios de edad avanzada, distorsiona en serio la realidad del sector y propicia el distanciamiento y el menosprecio del sector. ¿Qué interés puede tener un sector que está formado por un grupo de abuelos? Hemos leído editoriales y artículos identificando la falsa edad elevada del campesinado con el retraso. Todo ello deja oculto a un sector que se está preparando para jugar un papel decisivo en la gran transformación y que está viviendo un serio proceso de reestructuración y de modernización.
Sin embargo, el hecho de que el traspaso de titularidad de la finca no se produzca hasta la muerte del propietario, tal y como es mayoritariamente la situación actual, sí frena la actualización tecnológica del sector. En este sentido, debería favorecerse la transmisión de titularidad con incentivos fiscales y garantías que dieran seguridad a los viejos propietarios. Una acción en este sentido favorecería los necesarios procesos de transformación, los cuales requieren un horizonte temporal alargado que sólo la juventud puede ofrecer.
Hacia la normalización de los identificadores del sector agrario
En el sector agrario, como en todos los sectores, hay empresas, empresarios, propietarios y ocupados o trabajadores con múltiples funciones diferenciadas, desde el director al peón. Es necesario acabar con la deformación de estos conceptos. La señora Antonia no es campesina, es propietaria y empresaria. Las tierras las lleva una empresa agraria del entorno que sí tiene trabajadores ocupados en la producción agrícola, éstos son los campesinos.
Es necesaria una información que no desinforme. La pereza que tanto la administración pública como los sindicatos agrarios han tenido al modificar el tratamiento de los datos, hacia una información clarificadora, solo está causando perjuicios en la ya deteriorada imagen del campesinado. Un error que debería corregirse lo más rápido posible y explicarlo a la sociedad urbana y no urbana. ¿Cómo queremos que nos entiendan si no se lo explicamos bien?