"Los aeropuertos han hecho un mundo mejor y se han acercado personas, culturas y sociedades". Con el auditorio de La Caixa lleno a rebosar, y bajo la atenta mirada de personalidades del estilo Josep Sánchez Libro -presidente de Fomento del Trabajo- o del todavía presidente de la Cámara de comercio de Barcelona, Miquel Valls, el presidente de Aena, Mauricio Lucena, ha anunciado las inversiones previstas para el aeropuerto de Barcelona hasta el 2026. La intención de la compañía es lograr los 70 millones de viajeros el 2026 que, si se suman a los que prevén tener al aeropuerto de Girona, Cataluña tendría unos 80 millones de pasajeros el año.
Si bien es cierto que el aeropuerto de Barcelona-El Prat Josep Tarradellas es el sexto aeropuerto con más pasajeros de la Unión Europea, también lo es que es, por ejemplo, el segundo mejor de Aena en carga aérea. El de Barcelona ya tiene una capacidad para un total de 55 viajeros y este 2018 ya ha llegado a lograr los 50 millones. La previsión es que el 2019 se logre este hito. "Lograremos la capacidad antes del que teníamos pensado", asegura Lucena.
El problema, pero, viene derivado "de algunas limitaciones en cuanto al crecimiento del aeropuerto principalmente en cuanto a las pistas de vuelo: limitaciones medioambientales y en torno natural y vecinal". Según el presidente de Aena, la propia compañía "se autoimposa una limitación de la utilización de las pistas por los vecinos", pero, aún así, hace un llamamiento al consenso para poder aprovechar todas las capacidades que tiene el aeropuerto.
A pesar de que, entre otros cosas, la pista paralela está condicionada por el mar -y, evidentemente, esto hace muy difícil su ampliación-, Lucena reclama "conseguir un consenso en la discusión" porque, subraya, "es un aeropuerto extraordinario, pero con limitaciones si las cosas se siguen planteando como por ejemplo".
Ampliar el espacio para evitar una reducción
La intención de Aena, pues, es invertir entre el 2017 y el 2021 en mejoras funcionales de la infraestructura de la Terminal 1, adecuar el campo de vuelo o mejorar el acceso ferroviario. Para conseguirlo, la inversión entre el 2022 y el 2026 será de 690 millones de euros, una inversión que servirá para construir una terminal satélite, una nueva plataforma de estacionamiento de aeronaves y un nuevo edificio de aparcamiento y de conexión entre terminales, por, anuncia Lucena, "expandir la capacidad del aeropuerto hasta los 70 millones de pasajeros" el 2026.
Además, Aena también quiere hacer "una fuerte inversión" en una nueva estación de AVE para el aeropuerto de Girona, así como ampliar su terminal de pasajeros. En total, la compañía pondrá 23 millones de euros entre el 2017 y el 2021 y 360 millones de euros entre el 2022 y el 2026. Pero también tiene previsto que el AVE llegue al aeropuerto de Barcelona porque sólo así se podrán "cubrir razonablemente bien las próximas décadas", destaca Lucena. En total, la inversión prevista en este periodo para los dos aeropuertos catalanes es de 1.600 millones de euros. Sin embargo, sobre el aeropuerto de Reus, ha puesto encima la mesa que no ha hecho especial énfasis porque, a banda que "me he ajustado al tiempo que me ha asignado", "vamos mucho la mano de los aumentos de demanda, de momento, y con Reus vamos de la mano".
Y es que, según el presidente de Aena, "Cataluña, como país, tiene buena venta" y, seguramente por eso, la compañía celebrará en Barcelona -a pesar de tener la sede en Madrid- su próximo consejo de administración el 26 de marzo. "Una buena conectividad incrementa el atractivo económico y turístico, favorece la instalación de empresas y promueve intercambios comerciales con terceros países y fomenta la internacionalización de la economía de la región", concluye Lucena.