15
de Marzo
de
2016
"El ahorro no es una virtud, se tiene que consumir". El osado que lo afirma es Jesús Palau, profesor del departamento de Economía de Esade, que en una conferencia a la escuela de negocios se ha propuesto desmontar la buena prensa que tiene en el imaginario colectivo la acción de ahorrar. Según Palau, "sólo pueden ahorrar los que ganen más de 6.000 euros al mes, y de estos hay pocos". Su tesis es que puesto que la mayoría de población no tiene margen para el ahorro, más vale concentrarse a estimular el consumo y la actividad económica empujándola hacia un círculo virtuoso. En el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, no está de más conocer en que gana el consumismo a su compañero siempre más muy ver, el ahorro.
"Alguien nos prèn el pelo, no hay manera de ahorrar!"
Pero por qué no conviene ahorrar? "Si trabajamos durante 40 años, para jubilarnos con 1.000 euros al mestendríamos que ahorrar 500 limpios cada mes", dice Palau. Esto serían unos 7.500 euros sucios anuales, cuando el salario mediano en España, según el INE, es de 18.400 euros. Misión imposible.
El profesor de Esade recuerda que los últimos 15 años los fondos de pensión han obtenido una rentabilidad mediana del 1,58%, mientras que al Íbex 35 los beneficios han llegado al 4,62% y la media de aumento de los Bonos del Estado ha estado de un 5,40%.
"7,8 millones de personas participan de estos fondos con unos 67.000 millones de euros. Por lo tanto, la riqueza mediana es de 9.000 €. Cuántos años puedes sobrevivir con esto?", reflexiona Palau cuestionando el rendimiento de los planes de pensiones privados, los cuales no lo convencen como alternativa a la magro situación de las pensiones públicas. "Alguien nos toma el pelo. No hay manera de ahorrar!", se exclama.
Todo ello en un contexto donde el 40% de la población convive con contratos temporales y/o parciales. "Con inseguridad todavía será más difícil que la gente ahorre". En cualquier caso, si aún así todo el mundo haz el esfuerzo de ahorrar el máximo posible, cuál sería el resultado? Por Jesús Palau, no hay ninguna duda: "Provocarían una recesión espectacular por la rebaja del consumo".
"Si hablamos de sociedad de consumo, por algo será"
Palau reconduce su tesis hacia las bondades del consumo. "El motor del crecimiento es el consumo. Si hablamos de sociedad de consumo, por algo será", asegura. La razón queve es que "sin expectativas de consumo futuro, nadie invertirá para producir nada ni se crearán puestos de trabajo". Por lo tanto, anima a "hacer el que haga falta para potenciar el consumo, y no el ahorro".
Ahora bien, a la vez también advierte que "son más importantes los derechos de los consumidores que los de las empresas". Y lo son porque "todos somos consumidores, pero no todos somos empresas. Si hay que escoger, tenemos que escoger los derechos del consumidor".
"La desigualdad es más inducida que natural"
Pero por qué tiene tan buena fama el ahorro? El profesor de Esade detalla que los que realmente ahorran son los agentes económicos que generan mucho dinero. "Parte del fortalecimiento de los fondos propios de las grandes empresas provienen de la reducción en el volumen salarial", señala. Palau lamenta que "las empresas ganan dinero, reparten dividendos, y para hacerlo se tienen que endeudar. Tenemos accionistas súper ricos y empresas súper endeudadas. Esto no parece un camino de sostenibilidad".
Las consecuencias de todo se encuentran en la gran concentración de la riqueza. En España, el 10% de la población tiene el 58% de la riqueza, mientras que el 50% de la población no llega al 10% del total de patrimonio disponible al país. "El gran problema de la desigualdad es fruto de este ahorro excesivo en pocas manso", asegura Jesús Palau.
A su entender, "la desigualdad es más inducida que natural". Además, pone de manifiesto que esta desigualdad nunca se acaba traduciendo en más inversión o más trabajo, contradiciendo la teoría Reagan, por la cual rebajar impuestos a los ricos generó más trabajo. "Esto no pasa", asegura con contundencia. Y no sucede porque "ahorran mucho, pero la inversión no va en términos reales sino financieros, que no crean valor". De hecho, la gran mayoría de este ahorro va a parar a los paraísos fiscales. "Si la desigualdad aumenta así, se cargará la mano invisible", sentencia haciendo referencia a la conocida cita de Adam Smith.
"Tanto de ahorro y austeridad no puede ser bueno"
"El capitalismo es bueno produciendo, el que tenemos que cambiar es su sistema de distribución", espeta Palau. "Tanto de ahorro y austeridad, no puede ser bueno. Hay que mejorar la distribución, darla a los que no ahorran en lugar de hacerlo a los que ahorran en inversiones financieras", propone.
Para ejemplificarlo, hace referencia al DIW, el instituto alemán de investigación económica, que ha advertido que "se podría haber ganado mucho más invirtiendo los beneficios de las exportaciones a mejorar el país en lugar de hacerlo en fondo de inversión". Con este panorama, Palau lamenta que "los alemanes se han olvidado de Keynes".
"El recorrido de la política monetaria está agotado"
Con los precios de las materias primeras por tierra y unos tipos de interés bajo mínimos, Jesús Palau alerta que "hay indicadores de recesión que van apareciendo". Para combatirla, advierte, "el recorrido de la política monetaria está prácticamente agotado". Por este motivo, asegura que "el único que nos queda es la política fiscal. Tiene que ser expansiva y productora de inflación. El BCE ya no sabe qué hacer porque suba la inflación".
Otra de las medidas que propone el profesor de Esade es el aumento del salario mínimo interprofesional, una tesis también defendida con vehemencia por el economista Miquel Puig. Por los que rápidamente se abraonen contra esta medida, Palau los recuerda las palabras de Barack Obama sobre la cuestión. "Los queson contrarios que intenten vivir dos años con el salario mínimo".
A la vez, Palau reivindica que "no puede ser que las mujeres ganen un 25% menos que los hombres haciendo el mismo. Igualar los salarios es un buen camino para aumentar la demanda", asegura.
"Hay que fomentar la competencia, no la subvención"
Jesús Palau también pone en evidencia la poca efectividad de la recaudación impositiva en España, ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la zona euro. "Los tipos españoles son altos, pero fiscalmente se recauda poco". Destaca que donde más diferencias hay respeto Europa no es en el IVA, sino en el IRPF y el Impuesto sobre sociedades. Por el profesor de Esade, que el IRPF represente tres veces más de recaudación que el de Sociedades no es una buena señal.
"El tipo impositivo efectivo de las empresas cotizadas fue del 10%, y en los grupos consolidados del 7%", lamenta Palau recordando que la ley lo fija en el 25%. Por eso reivindica "igualar las rentas de capital y las de los dividendos", una medida que habría que aplicar a escala europea.
Finalmente, Palau afirma que "no se tiene que ser business friendly, sino market friendly. Hay que fomentar la competencia y no la subvención". De hecho, apuesta para equiparar las subvenciones públicas a un fondo de capital riesgo. "Si hoy subvenciono, estoy ayudando alguien. Si se hace tiene que ser con equity". El profesor de Esade también es muy crítico con medidas como reducir los impuestos del juego para facilitar proyectos como el de BCN World. "Las empresas tienen que competir, si no, la economía no es eficiente. La misión de la Sido tiene que ser fomentar la competencia como bien público", deja claro.
"Alguien nos prèn el pelo, no hay manera de ahorrar!"
Pero por qué no conviene ahorrar? "Si trabajamos durante 40 años, para jubilarnos con 1.000 euros al mestendríamos que ahorrar 500 limpios cada mes", dice Palau. Esto serían unos 7.500 euros sucios anuales, cuando el salario mediano en España, según el INE, es de 18.400 euros. Misión imposible.
El profesor de Esade recuerda que los últimos 15 años los fondos de pensión han obtenido una rentabilidad mediana del 1,58%, mientras que al Íbex 35 los beneficios han llegado al 4,62% y la media de aumento de los Bonos del Estado ha estado de un 5,40%.
"7,8 millones de personas participan de estos fondos con unos 67.000 millones de euros. Por lo tanto, la riqueza mediana es de 9.000 €. Cuántos años puedes sobrevivir con esto?", reflexiona Palau cuestionando el rendimiento de los planes de pensiones privados, los cuales no lo convencen como alternativa a la magro situación de las pensiones públicas. "Alguien nos toma el pelo. No hay manera de ahorrar!", se exclama.
Todo ello en un contexto donde el 40% de la población convive con contratos temporales y/o parciales. "Con inseguridad todavía será más difícil que la gente ahorre". En cualquier caso, si aún así todo el mundo haz el esfuerzo de ahorrar el máximo posible, cuál sería el resultado? Por Jesús Palau, no hay ninguna duda: "Provocarían una recesión espectacular por la rebaja del consumo".
"Si hablamos de sociedad de consumo, por algo será"
Palau reconduce su tesis hacia las bondades del consumo. "El motor del crecimiento es el consumo. Si hablamos de sociedad de consumo, por algo será", asegura. La razón queve es que "sin expectativas de consumo futuro, nadie invertirá para producir nada ni se crearán puestos de trabajo". Por lo tanto, anima a "hacer el que haga falta para potenciar el consumo, y no el ahorro".
Ahora bien, a la vez también advierte que "son más importantes los derechos de los consumidores que los de las empresas". Y lo son porque "todos somos consumidores, pero no todos somos empresas. Si hay que escoger, tenemos que escoger los derechos del consumidor".
"La desigualdad es más inducida que natural"
Pero por qué tiene tan buena fama el ahorro? El profesor de Esade detalla que los que realmente ahorran son los agentes económicos que generan mucho dinero. "Parte del fortalecimiento de los fondos propios de las grandes empresas provienen de la reducción en el volumen salarial", señala. Palau lamenta que "las empresas ganan dinero, reparten dividendos, y para hacerlo se tienen que endeudar. Tenemos accionistas súper ricos y empresas súper endeudadas. Esto no parece un camino de sostenibilidad".
Las consecuencias de todo se encuentran en la gran concentración de la riqueza. En España, el 10% de la población tiene el 58% de la riqueza, mientras que el 50% de la población no llega al 10% del total de patrimonio disponible al país. "El gran problema de la desigualdad es fruto de este ahorro excesivo en pocas manso", asegura Jesús Palau.
A su entender, "la desigualdad es más inducida que natural". Además, pone de manifiesto que esta desigualdad nunca se acaba traduciendo en más inversión o más trabajo, contradiciendo la teoría Reagan, por la cual rebajar impuestos a los ricos generó más trabajo. "Esto no pasa", asegura con contundencia. Y no sucede porque "ahorran mucho, pero la inversión no va en términos reales sino financieros, que no crean valor". De hecho, la gran mayoría de este ahorro va a parar a los paraísos fiscales. "Si la desigualdad aumenta así, se cargará la mano invisible", sentencia haciendo referencia a la conocida cita de Adam Smith.
"Tanto de ahorro y austeridad no puede ser bueno"
"El capitalismo es bueno produciendo, el que tenemos que cambiar es su sistema de distribución", espeta Palau. "Tanto de ahorro y austeridad, no puede ser bueno. Hay que mejorar la distribución, darla a los que no ahorran en lugar de hacerlo a los que ahorran en inversiones financieras", propone.
Para ejemplificarlo, hace referencia al DIW, el instituto alemán de investigación económica, que ha advertido que "se podría haber ganado mucho más invirtiendo los beneficios de las exportaciones a mejorar el país en lugar de hacerlo en fondo de inversión". Con este panorama, Palau lamenta que "los alemanes se han olvidado de Keynes".
"El recorrido de la política monetaria está agotado"
Con los precios de las materias primeras por tierra y unos tipos de interés bajo mínimos, Jesús Palau alerta que "hay indicadores de recesión que van apareciendo". Para combatirla, advierte, "el recorrido de la política monetaria está prácticamente agotado". Por este motivo, asegura que "el único que nos queda es la política fiscal. Tiene que ser expansiva y productora de inflación. El BCE ya no sabe qué hacer porque suba la inflación".
Otra de las medidas que propone el profesor de Esade es el aumento del salario mínimo interprofesional, una tesis también defendida con vehemencia por el economista Miquel Puig. Por los que rápidamente se abraonen contra esta medida, Palau los recuerda las palabras de Barack Obama sobre la cuestión. "Los queson contrarios que intenten vivir dos años con el salario mínimo".
A la vez, Palau reivindica que "no puede ser que las mujeres ganen un 25% menos que los hombres haciendo el mismo. Igualar los salarios es un buen camino para aumentar la demanda", asegura.
"Hay que fomentar la competencia, no la subvención"
Jesús Palau también pone en evidencia la poca efectividad de la recaudación impositiva en España, ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la zona euro. "Los tipos españoles son altos, pero fiscalmente se recauda poco". Destaca que donde más diferencias hay respeto Europa no es en el IVA, sino en el IRPF y el Impuesto sobre sociedades. Por el profesor de Esade, que el IRPF represente tres veces más de recaudación que el de Sociedades no es una buena señal.
"El tipo impositivo efectivo de las empresas cotizadas fue del 10%, y en los grupos consolidados del 7%", lamenta Palau recordando que la ley lo fija en el 25%. Por eso reivindica "igualar las rentas de capital y las de los dividendos", una medida que habría que aplicar a escala europea.
Finalmente, Palau afirma que "no se tiene que ser business friendly, sino market friendly. Hay que fomentar la competencia y no la subvención". De hecho, apuesta para equiparar las subvenciones públicas a un fondo de capital riesgo. "Si hoy subvenciono, estoy ayudando alguien. Si se hace tiene que ser con equity". El profesor de Esade también es muy crítico con medidas como reducir los impuestos del juego para facilitar proyectos como el de BCN World. "Las empresas tienen que competir, si no, la economía no es eficiente. La misión de la Sido tiene que ser fomentar la competencia como bien público", deja claro.