La semana empezaba con la incertidumbre de si la bolsa iría hacia arriba o hacia bajo. Este lunes nos levantamos con noticias que nos podían hacer pensar que iríamos hacia ambos lados. Por un lado, Mike Pompeo, el secretario de estado de los Estados Unidos, declaró que había grandes evidencias que el virus se había originado en el famoso laboratorio de Wuhan. Estas declaraciones seguro que no le hicieron nada de gracia a los chinos, que están rechazando cualquier tipo de investigación internacional al respecto, sospechosamente como si tuvieran que esconder algo. Esto podía hacer prever un aumento de las tensiones con China de consecuencias inciertas.
Por otro lado, se aprobó el uso de emergencia del remdesivir para el tratamiento de la COVID-19 por los resultados positivos que se habían visto en los estudios. Japón también se unió a la iniciativa a finales de semana y utilizará el medicamento patentado por Gilead Sciences para el tratamiento contra el coronavirus. Con estas noticias en mente, los mercados americanos empezaron lunes bajando, pero recuperaron las bajadas durante el día para cerrar ligeramente en positivo.
Mientras en España todavía no estaba claro si el PSOE y Podemos tenían bastantes apoyos para alargar el estado de alarma por cuarta vez, en Estados Unidos se anunció que la Reserva Federal estaba pensando a inyectar más dinero en los mercados y que Estados Unidos emitiría tres billones de deuda para más estímulos en los sectores más afectados. Las bolsas volvieron a subir, pero cada vez vemos más claro que no es un crecimiento orgánico, sino que es un crecimiento por culpa de los estímulos. Esto se puede equiparar con el dopaje en los deportes. Esperamos que la salud económica no se vea demasiado resentida en el futuro.
"Todos los bancos centrales tienen al menos un mandato en su política monetaria, y la del Banco Central Europeo es controlar la estabilidad de precios"
Pero todo esto fue antes de que el tribunal constitucional alemán declarara que este "dopaje" que también está haciendo el Banco Central Europeo era ilegal. Para entender los razonamientos tenemos que saber qué es la política monetaria de un banco central. Todos los bancos centrales tienen al menos un mandato en su política monetaria, y la del Banco Central Europeo es controlar la estabilidad de precios, manteniendo la inflación por debajo del 2% pero a un nivel muy próximo.
En Estados Unidos, la Reserva federal tiene una política de dos mandatos. El primero es, como Europa, mantener la estabilidad de precios, y el segundo es mantener el máximo nivel de ocupación laboral. Para conseguir este objetivo, los bancos pueden subir y bajar tipos de interés. Cuando los tipos de interés están al 0% o muy cerca y quieren estimular la economía, no les queda más remedio que inyectar nuevos billetes acabados de salir de la impresora y prestarlos a los gobiernos para que sean ellos quienes los gasten. Se tiene que tener cuidado de no inyectar demasiado dinero, porque se puede llegar fácilmente a uno entorno de alta inflación o de hiperinflació (sólo hay que mirar Argentina o Venezuela).
A los alemanes, que sufrieron un episodio de hiperinflación entre las dos grandes guerras, aprenden de sus errores y no quieren volverlos a repetir. El caso es que el tribunal alemán argumentó que el BCE se estaba extralimitando de sus funciones. Recordamos, el único mandato del BCE es la estabilidad de precios, y el tribunal lo acusa de inyectar dinero para hacer crecer la economía y no para mantener la inflación al 2%.
Cómo era de esperar, el BCE salió a defenderse. Aseguró que el único objetivo que hay detrás de este "dopaje" era el de mantener la estabilidad de precios, y que sólo velaban para que la inflación se mantuviera alrededor del 2%. El hecho de que se reactive la economía es una consecuencia de querer mantener los precios constantes, puesto que si se quisiera reactivarla se tendrían que tomar las mismas medidas. Nunca sabremos cuáles eran las intenciones del BCE, pero el caso es que todo esto hizo que el euro cayera casi hasta mínimos de esta presente crisis.
Mientras pasaba todo esto, se empezaban a ver "brotes verdes" en el mercado del petróleo. Pero ya no tenemos demasiado claro si nos podemos fiar de su precio, que no ha dejado de subir desde la semana pasada. Nunca en la historia ha habido tanta volatilidad en este mercado. A pesar de que la demanda empieza a subir ligeramente, los inventarios de petróleo han seguido aumentando. No lo han dejado de hacer desde el 23 de enero. Quizás volveremos a ver precios negativos en los contratos de futuros de junio, quien sabe. Esto sólo lo sabremos seguro el 19 de mayo, que es el día de vencimiento de los contratos.
A finales de semana conocimos como los Estados Unidos y China apartaron diferencias y acordaron trabajar para implementar el pacto al que llegaron hace unos meses. Seguramente fue el empujón final que permitió que esta semana fuera positiva para la mayoría de índices, con las mayores subidas al continente americano. La S&P 500 subió más de un 3%, el Dow Jones un 2,5%, y el índice tecnológico, el NASDAQ, un 5,5%, cosa que lo convierte en el único índice que ya está con subidas desde el inicio del año. En Europa, el DAX cerró ligeramente en positivo, el británico FTSE 100 subió un 2,5% y en Francia y España las bolsas cerraron llanas (ni subieron, ni bajaron).
"Nunca en la historia ha habido tanta volatilidad en este mercado"
De nuevo, Grífols es noticia esta semana. Anunció que ha desarrollado un test con una alta sensibilidad para detectar el SARS-CoV-2. También afirmaron que tienen una capacidad de producción de 1 millón de tests semanales en su planta de San Francisco. Celebramos estas noticias de la empresa catalana que nos ayudan a estar un paso más cerca del fin de esta pesadilla.