El KremlinGate sigue dando horas y horas de entretenimiento masivo en los Estados Unidos. Hace dos semanas Paul Manafort, la cabeza de campaña del presidente Donald Trump, y Richard Gates fueron imputados por el fiscal especial Robert Mueller III. La misma semana supimos que Papadopoulos, un asistente de política exterior de campaña que fue detenido por el FBI, reconoció haber tenido contactos no declarados -cómo obliga la ley americana- con oficiales rusos.
Un hijo russòfil
Las novedades del KremlinGate, que se tomó un descanso la semana pasada, no se han hecho esperar. El gran protagonista de esta semana ha sido el hijo grande del presidente Trump, Don Jr. Hace unos meses el New York Times publicó la transcripción de unas grabaciones que se obtuvieron en una reunión de Don Jr. con Natalia Veselnitskaya, una abogada rusa íntima del Fiscal General de Rusia, así que las conexiones de Don Jr. con Rusia ya son conocidas hace meses. A raíz de esta publicación, las comisiones de Inteligencia del Congreso y del Senado pidieron la colaboración de Don Jr. en su investigación sobre el KremlinGate. La oficina de Robert Mueller también ha sido investigando el hijo grande del presidente Trump. La noticia de la semana es que algún miembro del Congreso o del Senado ha filtrado una información hasta ahora desconocida: los mensajes directos que Wikileaks y Don Jr. intercambiaron los últimos dos años por Twitter.
The Atlantic ha publicado un buen resumen sobre las conversas pero en quiero destacar dos aspectos. El primero, que Wikileaks intentó conseguir que la familia Trump le filtrara la declaración de la renta para "parecer más neutro", con un reconocimiento explícito que Wikileaks es de todo excepto neutro. Está claro que tampoco hay que ser una llumenera. La segunda, a raíz del encuentro de Don Jr. con Veselnitskaya, Wikileaks le pidió los correos electrónicos pero Don Jr. prefirió publicarlos él mismo en su cuenta de Twitter. Al menos en cuanto a Don Jr., no parece existir colusión con Wikileaks -según los especialistas, Wikileaks forma parte del GRU, la unidad de Inteligencia del ejército de Rusia. En todo caso el que parece existir más bien una persecución de Wikileaks en Don Jr. Esto no saca, pero, que, como pasa en casa nuestra, Don Jr. simplemente ignorara el que es Wikileaks.
La justicia y la política
El fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sesiones, fue citado el pasado martes a la Comisión Judicial del Senado en sesión abierta. El que tenía que ser una comparecencia sin demasiada historia se ha convertido en un escándalo -otro más-, puesto que Sesiones se negó reiteradamente a contestar preguntas básicas sobre reglas democráticas. El contexto de la comparecencia es importante, puesto que el presidente Trump estuvo tuitant el día anterior presionando el DOJ (Department of Justice) a raíz del caso del Uranium Oro y, no hay que decirlo, de los emails de Hillary Clinton. Seguramente es por eso que cuando el congresista demócrata por Michigan John Conyers -de 88 años- preguntó a Sesiones si "en una democracia funcional es habitual que el Presidente ordene al sistema judicial tomar represalias contra los rivales políticos? Sí o no, por favor." El fiscal general no quiso responder la pregunta y le contestó preguntando si "esta es la pregunta?". Después de un intercambio breve, Sesiones respondió que el sistema judicial no tiene que ser utilizado por represaliar rivales políticos. Cuál es el escándalo? Un matiz no menor: el sistema judicial no puede ser utilizado por represalias. El hecho de utilizarlo es, per se, un delito y en realidad este fue el segundo artículo en el cual se basó el impeachment del presidente Richard Nixon. Varios juristas han explicado que estos tuits del presidente Trump son una "impeachable offense" y que la respuesta del Ffscal general es inaceptable.
El alud de acusaciones de acoso sexual sigue su curso. El mundo de los artistas ha abierto camino al campo de la justicia y el que fue ninguno del sistema judicial de Alabama, Roy Moore, ha recibido cinco acusaciones de intento de violación. La última a cargo de Beverly Young Nelson cuando ella era menor de edad y sólo tenía 15 años. Sin duda, los Estados Unidos están descubriendo cómo de dura y cruel es la vida de las mujeres incluso en la primera potencia mundial. La infamia parece no tener límite.