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El inviable sistema de pensiones español

El economista Ivan Aguilar analiza como la demografía y la evolución del mercado de trabajo están hundiendo de forma inevitable la viabilidad de las prestaciones para los jubilados

Los dolores de cabeza con el sistema de pensiones apenas acaban de empezar | Acistock
Los dolores de cabeza con el sistema de pensiones apenas acaban de empezar | Acistock
Ivan Aguilar
22 de Junio de 2017

La preocupación por el estado del sistema de pensiones no para de aumentar año tras año. El último que hemos sabido es que su hucha ya no tiene dinero ni para pagar el extra de julio. En este sentido, el más habitual es ver a los medios de comunicación que los culpablesson los salarios bajos salarios y la precariedad laboral. El deterioro del fondo de pensiones parece no tener freno y el pasado año 2016 se ha reducido en 18.100 millones de euros:

 

 

 

 

 

El año 2011 el fondo logró su volumen máximo con 66.815 millones de euros, mientras que el cierre de 2016 ha dejado un saldo de 15.020 millones. Es decir, 3.000 millones de euros menos que el déficit de la seguridad social del 2016.

El funcionamiento del fondo de reserva es bastante simple. Los ingresos provienen mayoritariamente de tres fuentes: las cotizaciones sociales de las empresas, las de los trabajadores y las de los parados que cobran prestación. Con esta recaudación se pagan las pensiones y el coste ordinario de la Seguridad Social. Si hay superávit, como pasó hasta el 2011, este se traslada al fondo de reserva. A la vez, el dinero del fondo de reserva se invierten en deuda pública. Por lo tanto, los intereses de estas inversiones se añaden al fundes vía presupuesto. Entre el 2000 y el 2016 el Fondo de Reserva ha ingresado 28.000 millones de euros en concepto de intereses provenientes del mercado secundario de deuda pública español. 

Un repaso a la contabilidad nacional de la Seguridad Social sirve para comprobar cuando empezaron los déficits intensivos:

figura dos

El 2008 empezaron a reducirse los superávits de la seguridad social y el 2010 es el primer año de déficit. Los ingresos por deuda pública, pero, permitieron aumentar el fondo aquel año y no sería hasta el siguiente -2011- que el fondo empezaría la reducción de su volumen. El más relevante de la gráfica es ver como los ingresos todavía caen a pesar de que a una velocidad más lenta del que aumentan los gastos, que están en máximos históricos. Ahora bien, a que se debe de esta reducción de los ingresos? Es cierto que es debido a los salarios bajos y la precariedad laboral? La siguiente gráfica aporta respuestas muy claras:

 

 

 

Caída de las aportaciones

Las aportaciones de las empresas al sistema fueron de 94.700 millones de euros en 2008. Esta cantidad fue bajando hasta los 81.400 millones del 2013. Desde entonces, no hace más que aumentar y cerró el 2016 con una aportación de 90.000 millones de euros, el 62,5% de los ingresos totales.

Las aportaciones de los trabajadores son pequeñas y son poco sensibles al ciclo. Por ejemplo, en 2009 llegaron al máximo aportando 38.000 millones de euros; y desde allá cayeron hasta los 34.700 millones el 2015. Por lo tanto, el que explica el gran aumento del déficit público desde el año 2009 es la caída de la ocupación del sector privado.

Cuando las aportaciones empresariales empiezan a caer el Estado empieza a pagar prestaciones de paro y se produce un efecto sustitución dentro de la Seguridad Social: aquel dinero que ponían emprendidas los pone el Estado. A medida que el número de parados sin prestación empieza a aumentar y cae la tasa de paro, las aportaciones estatales caen más rápido del que aumentan las de las empresas. Si, además, añadimos que los gastos aumentan cada año, es fácil comprobar que la estabilidad del sistema está comprometido: hay demasiados pensionistas y, en general, las pensiones son demasiado elevadas. España tiene una cunya fiscal (la proporción de la renta que se dedica al pago de impuestos) del 40%, la más elevada de la OCDE, así que subir impuestos no es posible. 

"Hay demasiados pensionistas y, en general, las pensiones son demasiado elevadas"

 

Las variables del sistema

La teoría sobre sistemas de pensiones es numerosa y, además, no es especialmente compleja. Los sistemas de pensiones de reparto, como es el español, dependen básicamente de tres variables:

  1. La demografía . Cuánto más grande es el peso de los jubilados sobre el total, más aumentan los gastos en relación a los ingresos. 
  2. El mercado de trabajo. Cuánto menor sea la tasa de ocupación, menos ingresos y, por lo tanto, menor sostenibilidad del sistema. 
  3. Eficiencia de la pensión mediana hacia la productividad de toda la economía. Es el que denominamos tasa de sustitución de las pensiones y analiza la relación entre pensión mediana y salario mediano. Cuánto más elevada sea esta relación menos sostenible es el sistema. 
  4.  

La evolución del cuadro demográfico español no es el mejor para la sostenibilidad de las pensiones. Cómo muestra la figura siguiente, la proporción de personas en edad de jubilarse no para de aumentar. Durante la década de los 2000 esta proporción era estable en el 15%, pero desde el 2011 no para de aumentar y a finales de 2016 ya era del 17,9%.

"La evolución del cuadro demográfico español no es el mejor para la sostenibilidad de las pensiones"

 

Es esto el que explica que el gasto en pensiones esté en máximos históricos. La peor noticia por el sistema de pensiones es que las proyecciones de la INE dicen que estamos a medio camino, puesto que esta proporción aumentará seis puntos más en 2030 hasta el 23%. Por lo tanto, los ingresos no aumentarán mucho pero los gastos pueden seguirlo haciendo. 

figura4 pensions

Vemos en la misma gráfica que la medida del mercado de trabajo se reduce constantemente. El 2009 la proporción de la población en edad de trabajar era del 69%, pero actualmente es del 66%. Una tendencia que limita mucho la recuperación de los ingresos, con el añadido que las proyecciones auguran una caída adicional de tres puntos el 2030 hasta el 63%.

La demografía y el mercado de trabajo van ligados también a la esperanza de vida. Las pensiones se empiezan a pagar a los 65 años, pero si el aumento del tiempo mediano que viven las personas es importante, puede poner en riesgo la viabilidad del sistema puesto que más esperanza de vida es más gasto. 

 

 

 

España tiene una de las esperanzas de vida más altas del mundo. Es por este motivo que el 2016 se introdujo el factor de sostenibilidad para el cálculo de la pensión. Por lo tanto, si la esperanza de vida sigue aumentando esto hará caer el importe de la pensión percibida y viceversa. 

"Si la esperanza de vida sigue aumentando esto hará caer el importe de la pensión percibida y viceversa"

 

La relación entre pensiones y salarios en España no ha sido positiva. Las pensiones han aumentado mucho por encima del salario sucio anual, que se ha mantenido estable debido a las subidas de impuestos generalizadas después de la Gran Recesión:

 

 

 

Esta gráfica explica por sí sola porque el 2015 se aprobó retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. El cierto es que el conjunto de medidas que hasta ahora se han tomado son necesarias pero no parecen suficientes para asegurar la viabilidad del sistema. Este 2017 la reserva se quedará sin fondo para financiar el sistema, tal y como el Gobierno central ha notificado a la UE.

Medidas urgentes que no vendrán

Así pues, hacen falta medidas extras urgentes. El motivo es que la deuda pública es muy elevado. Si no estabilizamos el sistema habrá que financiar las pensiones vía presupuesto general del Estado y esto es algo que hay que evitar como sea. El motivo? De hacerlo así habrá que recortar otros servicios básicos como sanidad, educación o protección social. Las pensiones tienen que evolucionar de forma similar a los salarios y este es el reto que tiene por adelantado la Seguridad Social.

A pesar de todo, soy mucho pesimista. Miren el Congreso y verán que los dos principales partidos tienen un porcentaje muy elevado de voto pensionista, así que no tienen ningún incentivo para hacer el que hay que hacer. Vienen tiempos malos para el estado del bienestar español.