Los carriles bici de las ciudades ya no son sólo para este vehículos, hace un tiempo que tienen un nuevo conductor: el del patinete eléctrico. En el último año se ha multiplicado por dos el número de ciudadanos que optan por este medio de transporte. Es más rápido que una bicicleta, más barato que el transporte público y menos contaminando que el coche, requisitos para la ciudad inteligente que estos días presenta el Smart City Expo. Se ha impuesto como un sistema de desplazamiento cómodo para muchos, pero un dolor de cabeza para los ayuntamientos que ahora tienen que regular su circulación. Y la legislación siempre va más lenta que la tecnología.
Lo han hecho dos grandes ciudades como Barcelona y Madrid, pero también Mollet, Lleida y tiene intención Sabadell. han entrado a través de ordenanzas municipales, puesto que hasta el momento sólo afecta la circulación urbana, pero el debate ya incluye los desplazamientos interurbanos, por el que las administraciones han pedir la intervención de la Dirección general de tráfico (DGT). Hoy por hoy, ha pedido tiempo. Primero quiere estudiar los tipos de patinetes que hay y las características de cada uno de ellos. Mientras tanto, la patata caliente está en manso de cada consistorio.
Un boom que acaba de empezar
"Son económicos, no contaminan y son prácticos porque los puertas en todas partes y los puedes combinar con el transporte público". Este son los argumentos que esgrimen la mayoría de usuarios del patinete, también el propietario de la tienda Urbanfun, Xavier Oliva, que espera un nuevo aumento de ventas para el 2019. Y no es sólo por las mismas ventajas que tiene, sino porque los usuarios están tan "fascinados" que se han convertido en prescriptors. "No hace falta publicidad, saben que funciona bien y lo recomiendan", añade.
Oliva: "Pagar 350 euros en vez de 500 euros hace que te lances a la piscina y es el paso necesario para acabar comprando uno de superior"
Hace tiempo que el widget aterrizó al mercado, pero marcas como Xiaomi le han dado visibilidad. Según Oliva, la misma compañía los ha vendido "a precio de coste" y ha animado muchos usuarios a comprar. "Pagar 350 euros en vez de 500 euros hace que te lances a la piscina", comenta, "es el paso necesario para entrar y acabar comprando uno de superior con el tiempo". Y es un producto por el cual muchas marcas están apostando: Seat, Cabify, Ford, Xiaomi y Uber son ejemplos de compañías que apuestan por la micro movilidad.
Se pueden encontrar modelos desde los 350 euros hasta los 3.000, todo que los más vendidos se sitúan en la franja de los 350 a los 1.000 euros. El perfil de pasajero es muy amplio. "Tanto, que incluso he vendido un patinete a un cliente de 93 años", afirma Oliva encara sorprendido. Aun así, reconoce que muchos usuarios venden de la moto buscando una opción más económica, sin gasolina, inspección, impuestos ni seguro.
Conducir con más precaución
Todos los vehículos tienen su peligro, también ir a pie tiene. Por eso el propietario de la tienda Urbanfun saca hierro al accidente entre un patinete y un camión en Sabadell este mes de octubre: "Por un caso que haya no tiene que saltar la alarma. Si quieres ir con patinete, tienes que ir a la velocidad adecuada y hacer caso de las normas viarias".
Oliva también recomienda adquirirlo en una tienda y no vía online porque se le hacen los ajustes necesarios de seguridad, por ejemplo a los frenos, y se hacen revisiones de mantenimiento. Además, se informa a cada cliente de las normas de circulación que hay que seguir. "Cada vez habrá más y es normal que se regule y se sancione el mal comportamiento. Lo tenemos que hacer si queremos tener cada vez ciudades más limpias, silenciosas y fluidas", apunta.
Barcelona ha limitado la velocidad a 30 km/h y la circulación a carriles bici y calles de plataforma única
La capital catalana ha sido pionera al regular este vehículo de movilidad personal. El Ayuntamiento ha limitado su circulación a los carriles bici, en las calles de plataforma única y a los parques, y las velocidades permitidas oscilan entre los 10 km/h y los 30 km/h según la vía. No puede conducir un menor de 16 años y es obligatorio el casco en los modelos más grandes. Toda una serie de medidas que para el Bicicleta Club de Cataluña (BACC) son insuficientes porque, según su secretario, Adrià Arenas, tendrían que ser comparados a la bicicleta eléctrica: "Tienen potencias muy superiores. Tampoco se sabe si tienen que traer luces, timbre, frenos y otros elementos básicos de seguridad que se los exigen a las bicis". Y es que la Unión Europea regula el uso de ciertos tipos de bicicletas eléctricas, pero no el del patinete.
Un diseño obsoleto
"El ayuntamiento de Barcelona ha echado por el derecho y ha equiparado el patinete eléctrico a la bicicleta. Se lo ha clasificado por pes y no por velocidad. Cada vez hay widgets más ligeros y que van más rápido, es un poco peligrosa esta distinción", explica el técnico en movilidad y geógrafo Javier Villena. Precisamente aquí hay un punto en discordia entre los usuarios de los carriles bici: los patinetes van más rápido y no hay espacio para los adelantos ni se señalan correctamente los giros. Por eso el experto considera que uno de los problemas del diseño de las ciudades actuales es que los carriles son demasiado estrechados para la afluencia y diversidad de vehículos que circulan.
Villena: "Hay que dejar la última palabra a los municipios porque regulen sus casuísticas concretas"
A pesar de que Villena reconoce que la capital catalana ha hecho un esfuerzo importante en la ampliación de los carriles bici en los últimos años, cree que la infraestructura todavía no es suficiente. Tampoco las exigencias que pide a cada pasajero: "Las bicicletas tienen que llevar luz delante y al última y es imperativo señalar cuando se gira. En el patinete no está claro, quizás se tendría que resolver con intermitentes". Y a pesar de que el geógrafo admite que la intervención de la DGT puede ser beneficiosa, recomienda "dejar la última palabra" a los municipios porque "regulen sus casuísticas concretas".
Rey: "Hay que revisar los problemas generados en ciertos puntos, tener cruces resueltos y pensar en la seguridad"
Por su parte, el Racc pide ahora al consistorio mejorar la seguridad del espacio. "Es importado tener una red cumplida y conectada que permita llegar a todo el mundo, pero no creemos que sea necesario ampliar los kilómetros o la anchura, excepto en puntos de sobrecarga, que creemos que no hay", afirma la ninguno de estudios de movilidad de la Fundación Racc, Alba Rey, "el que hace falta es revisar los problemas generados en ciertos puntos, tener cruces resueltos y pensar en la seguridad".
El organismo tampoco es partidario de extender la circulación a las vías interurbanas. Según la experta, "no atienen a necesidades de movilidad y comportan riesgos superiores porque la velocidad que logran es inferior a la del tránsito habitual y pueden generar interferencias". Además que los hace, dice, "vulnerables" en situaciones como la de lluvia.
Educación vial para todos
Cuando la bicicleta en la ciudad se popularizó, los coches y peatones criticaban que no seguían las normas viales. Ahora que lo han hecho los widgets eléctricos, los toca el recibir a él. "En general, hace falta educación vial para todo el mundo, indiferentemente de si conduces o vas a pie", matiza Villena. Él es partidario de insistir más en este aspecto en las escuelas y a la ciudadanía, porque, como dice, "un semáforo se lo salta todo el mundo y esto también es ir contra las normas, pero sólo nos fijamos en la novedad y cuando nos molesta".
Rey, del Racc, también es partidaria de poner esfuerzos en este aspecto, por eso pide en el Ayuntamiento que aborde el paso siguiente de "divulgar la normativa de bicicletas y vehículos de movilidad personal porque lleguen a todos los usuarios" y sepan por donde tienen que circular.