"La forma en qué entramos a España fue un error. No tuvimos en cuenta ni el contexto ni la regulación local". La frase es del director de Uber en España, Juan Galiardo, durante la jornada El taxi y los vehículos de alquiler con conductor (VTC), en la que la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) presentaba su informe sobre el sector y su propuesta de liberalización para asimilar las condiciones de taxistas y VTC. Uber reconoce el pecado, acepta negociar las nuevas normas del juego, pero no se saca de sobre la penitencia. Después de argumentar que la compañía ha entendido que "hace falta una regulación para lograr objetivos comunes en medio ambiente, seguridad y accesibilidad", Galiardo recibía una batería de golpes desde un alborotado gallinero en el cual los representantes de los taxistas se hicieron fuertes. "Por qué sus conductores no saben circular por la ciudad sin un GPS? Por qué se multiplican el número de denuncias por servicios cobrados pero nunca atendidos?". Silenzio Stampa.
Más allá de la incomodidad y las pocas ganas de entrar en una pelea pública, el silencio de Galiardo tenía que ver con que la mayor parte de las preguntas de los taxistas estaban fuera de concurso. El que se presentaba en la jornada era un informe para valorar si es necesaria una nueva regulación que cambie el mercado para taxis y nuevos servicios como Uber y Cabify. La respuesta de la ACCO es uno sí rotundo, justamente cuando el área Metropolitana de Barcelona ha aprobado un nuevo reglamento para limitar la acción de estas empresas. Un reglamento que Unauto VTC ya ha llevado a los tribunales.
Según el informe de la Autoridad el actual modelo del taxi, con precios fijas, restricciones geográficas por los conductores y, sobre todo, una política de numerus clausus que limita el número de licencias adjudicadas y, en consecuencia, la competencia, ha provocado un sobrepreu por carrera del 14,4%, una reducción artificial de 1.061 licencias y una pérdida de hasta 6.158.719 desplazamientos. Una gotera que, siempre según los cálculos del estudio, ha supuesto una pérdida del bienestar por los consumidores de 56.301.373 euros.
"Nuestra recomendación es establecer un régimen único para el taxi y el VTC y eliminar las restricciones innecesarias, desproporcionadas y discriminatorias por el acceso al mercado"
Hecho el análisis, el ACCO apuesta por la liberalización del mercado. "Nuestra principal recomendación es establecer un régimen único para el taxi y el VTC, en el que se eliminen las restricciones innecesarias, desproporcionadas y discriminatorias por el acceso al mercado", argumentaba la técnica de la autoridad, Victoria Siguan.
Entrando en detalle, las medidas recomendadas por la ACCO son la eliminación del numerus clausus en la concesión de títulos, la liberalización de los precios, la generalización del uso compartido de los desplazamientos por diferentes usuarios, la libertad de calendario y horarios para taxis y la flexibilización de las limitaciones geográficas, que impiden a muchos taxistas salir de la ciudad donde tienen concedida la licencia.
Una reforma necesaria
Ya estén más o menos de acuerdo con las propuestas concretas de la ACCO, todos los actores del sector coinciden que hace falta una reforma legislativa para adecuar el servicio a los nuevos tiempos. "Tenemos que recordar que hace tres años, cuando empezábamos a hablar de economía colaborativa, parecía que cualquiera podría hacer el que fuera sin atender a regulaciones económicas y administrativas, y hoy todo el mundo tiene claro que hace falta un marco de actuación", valoraba con optimismo el subdirector general de ordenación del Transporte y Desarrollo Sectorial del Departamento de Territorio y Sostenibilidad, José María Fortuny. "Estamos en un escenario más cierto del que teníamos hace un tiempo, puesto que sabemos qué tipo de intervención tiene que hacer la administración", apuntaba.
Por su parte, la representante de MyTaxi, Elia Ferrer, consideraba que no era acertado plantear una reforma legislativa como una batalla de taxis contra VTC, sino que hay que empezar a hablar del taxi del futuro. "Los taxis tienen normas demasiado inmovilistas y hay que empezar a flexibilizar las normas para modernizar el sector y hacerlo más competitivo".
Ferrer se presentó con el listado de reformas propuestas por MyTaxi, no siempre coincidentes con las de la ACCO. Flexibilización de tarifas sí, pero siempre con un máximo y un mínimo "para no menystenir el interés económico del conductor ni atentar contra los derechos de los consumidores", argumentaba Ferrer recordando la "indefensión de los taxistas, que en las horas de menos demanda tienen que mantener precios y los VTC los pueden bajar a niveles insostenibles".
Galiardo: "La regulación tiene que favorecer la competencia en igualdad de condiciones. Esto no va de que los VTC tengan que asumir la regulación del taxi ni que los taxis se conviertan en VTC"
La compañía apuesta también para mantener el sistema de licencias como sistema de seguridad que garantice que sólo quien tenga el permiso pueda coger a pasajeros de la calle. En cuanto a la flexibilización horaria, la empresa recuerda que más del 50% de las demandas de servicio que entran por su aplicación no pueden ser satisfechas por el simple hecho que muchos taxistas están obligados a descansar, por el que piden que los conductores puedan decidir cuando trabajan, imitando el modelo del VTC, pero con límites legales para garantizar la seguridad.
A su vez de palabra, Galiardo prefirió no ser tan concreto en su propuesta de reforma. "La regulación tiene que favorecer la competencia en igualdad de condiciones. Esto no va de que los VTC tengan que asumir la regulación excesiva del taxi ni que los taxis se conviertan en VTC a través de una desregulació total. Hay que partir de la reflexión sobre qué es mejor para el ciudadano y, a partir de aquí, discutir los detalles".
En un guiño inesperado a los taxistas, Galiardo aseguró que "el taxi es un cliente natural para Uber, y esperamos colaborar con ellos para competir con MyTaxi". Una afirmación que tuvo el efecto contrario al esperado. El que era una mano extendida encontró una réplica en forma casi de maldición. "Los días de Uber en España están contados", preveían los taxistas en su turno de palabra. Uber sigue cargando el pecado original.