La semana económica viene marcada por la publicación de los datos trimestrales de crecimiento económico, que muestran que el retardo se ha parado y estabilizado en torno el 2,5% anual para todo el Estado y por la afiliación a la Seguridad Social, que ha dado la sorpresa agradable, puesto que han vuelto a acelerar después de muchos meses de desaceleración en Cataluña. En el ámbito político algo se mueve dentro del bloque independentista, puesto que el presidente Carles Puigdemont y el vicepresidente Oriol Junqueras han iniciado conversaciones para lograr la unidad estratégica que el bloque independentista los reclama. Las municipales vuelven despacio a la primera llanura después de la impàs de las últimas dos semanas, a la vez que los independentistas al Congreso han decidido no aprobar el presupuesto de Pedro Sánchez.
Estancamiento y afiliación
Desde hace algunos meses que se habla de desaceleración en esta columna y, además, últimamente la prensa económica y generalista tambiénhablan abiertamente. Los datos que el INE ha publicado esta semana sobre el crecimiento del PIB van en linea con las previsiones del resto de organismos (Airef y Banco de España) y ha estado de un 0,6% trimestral y un 2,5% en términos anuales. Si todo va normal, el último trimestre del año replicará los mismos datos, que sin duda son muy buenas teniendo en cuenta que traemos ya más de cinco años en ciclo económico expansivo.
En Cataluña seguimos desacelerando y hemos cerrado el tercer trimestre de este año con un crecimiento del 0,6% -el mismo que a todo el Sido- viniendo de 0,7% el segundo trimestre y 0,6% el primero. En términos interanuales la tasa de crecimiento se sitúa en el 2,7% -dos décimas más que la Sido- viniendo de un 3% el segundo trimestre y un 3,2% el primer trimestre (3,5% el 4t trimestre de 2017). Es evidente ya la desaceleración -casi un punto entero- y que tendrá efectos sobre los ingresos públicos. Comento esto porque ahora que viene periodo electoral se comenta poco que tanto municipios como Gobierno tendrán que seguir haciendo ajustes presupuestarios, puesto que la desaceleración también llegará a los ingresos públicos cómo, de hecho, ya está pasando.
La afiliación a la Seguridad Social nos ha dado la buena noticia de la semana: la creación de ocupación ha acelerado en Cataluña el pasado mes de octubre. A todo el Sido el aumento de la afiliación ha sido del 3,1% anual, una décima por encima del esperado gracias al sector de la educación, que ha contratado más del que es habitual (siete décimas por sobre). Mientras que la creación de ocupación es estable a todo el Estado en torno el 3,3% anual, Cataluña hace meses que sufre desaceleración que había hecho bajar el ritmo de ocupación por debajo del 2,5%. Este mes, pero, los datos de afiliación han rebotado hacia arriba y se han situado en el 2,6% y habrá que ver su evolución los últimos dos meses del año, puesto que este rebote ha sido inesperado y pone en entredicho las previsiones existentes al respeto.
Juicio televisado, calle calentada
En el ámbito político sin duda la noticia más importante de la semana ha sido la negociación que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras están llevando a cabo para conseguir la unidad estratégica del independentismo. La presentación el pasado viernes del escrito de acusación de la Fiscal General de la Sido -solicitando penas muy duras- ha desvanecido todas las dudas existentes sobre la posibilidad de resolver la situación legal de presos y exiliados vía negociación política tal como algunos han insinuado de forma reiterada -y perversa e injusta en mi opinión-. Además, la Abogacía del Estado -no me creo que las siglas AE, que coinciden con Llega España, sean casualidad- ha elevado la petición de penas desde malversación a sedición, a pesar de que la extrema derecha española lo ha criticado duramente porque considera traición el hecho de no pedir rebelión.
En este contexto de conflicto en vías de complicarse, los dos líderes independentistas negocian sobre qué tienen que ser los objetivos comunes a corto y mediano plazo -una mediación y un referéndum válido internacionalmente. Pero sospecho -y una sospecha es una sospecha y nada más- que estos objetivos pasarán a un segundo plan rápidamente cuando empiece el juicio. El motivo es que el juicio será televisado -esto parece, al menos- y cuando los catalanes comprueben hasta dónde es capaz de llegar la mentira y la manipulación de las fuerzas de seguridad del Estado y del sistema judicial y legal español difícilmente la población podrá ser contenida. Venden meses dificilíssims y de alta incertidumbre política y social, cosa que también implica incertidumbre económica elevada.
Unidad municipal
Las municipales vuelven despacio al primer plan y el en torno a Puigdemont cada vez se mueve más en su busca de un candidato atractivo y un proyecto innovador. El nombre de Ferran Mascarell parece ya olvidado y descartado del todo porque el ticket Forn-Artadi parece el dúo con más opciones por ahora. Sin embargo, la consejera Laura Borràs también ha pasado al primer plan los últimos días. Más allá de nombres -parece como si ahora estuvieran en fase de descartar nombres- el hecho de no tener candidato y proyecto y el hecho de no saber si El Llamamiento se presentará en Barcelona está restando opciones de conseguir la unidad política en Barcelona.
A pesar de que es cierto que ERC se ha negado hasta ahora a hacer listas unitarias, el hecho que tanto el Fiscal General del Estado como la Abogacía de la Sido hayan pedido penas durísimas para los presos dificulta mucho acuerdos políticos entre ERC y PSC. Esto no descarta Podemos y Comunes, ni mucho menos, pero con los tripartitos fuera de circulación es obvio que ERC tiene que mirar y cuidar bien el entorno Puigdemont si no quiere perder gobiernos municipales. Dado que no es nada claro que ERC y Comunes sumen absoluta en Barcelona, en las próximas semanas se podrían abrir puertas por una lista única en Barcelona, pero por eso el entorno Puigdemont tiene que presentar un candidato y un proyecto creíble -lo gran punto débil del PDeCAT de los últimos cinco años- y que haga daño a ERC en términos electorales. Si Puigdemont consigue estos dos puntos -avanzar hacia la unidad política-, tal como los electores reclaman a todas las concentraciones de los presos políticos, estará más cerca que nunca.