El sector textil ha sido históricamente el gran motor de la industria en Catalunya. Su importancia en generación de riqueza y de ocupación fue fundamental durante el siglo XX. Pero a la vez, ha sido un ámbito que ha sufrido grandes sacudidas y se ha visto obligado a una evolución constante para garantizar la supervivencia. Una transformación que se ha logrado con éxito y que ha convertido el sector catalán en un hub de referencia a nivel internacional.
Son las conclusiones del Papel del Observatorio de la Industria, que ha analizado cómo la moda ha evolucionado hacia la nueva industria, creando nuevas cadenas de valor y servicios de valor añadido. "La moda y los sectores que lo rodean son capaces de adaptarse rápidamente y con éxito en un mundo que cambia muy rápido", recalcó Miquel Ribé, presidente de la Fundació per la Indústria, organizador de la presentación del informe.
Maria Pedrals: "A menudo ha sido considerado en crisis permanente"
"El textil es el tractor histórico de la industria de Catalunya, pero ha tenido crisis fuertes. A menudo ha sido considerado en crisis permanente, pero si miramos la evolución de los últimos años vemos una cadena de valor diversa, rica y que transciende el textil tradicional", resumió Maria Pedrals, coautora del informe.
De manera breve, esta transformación ha consistido en dejar las fábricas tradicionales para impulsar actividades de más valor añadido alrededor de la moda cómo las marcas propias, el e-commerce, los proveedores tecnológicos o los expertos en logística. Si antes solo se requerían trabajadores manuales para las fábricas, ahora se ha creado un ecosistema muy diverso donde la tecnología juega un papel fundamental.
Esta evolución ha posicionado Catalunya "cómo uno de los hubs internacionales" del mundo del tèxtil, enfatizaba Natàlia Mas, directora general de Industria del Departamento de Empresa y Trabajo. Aún así, este camino no ha sido gratuito, reconoce Pedrals: "Algunos cambios han supuesto una sacudida para una parte del sector, para las actividades más de fábricación tradicional". Es decir, muchas empresas se han quedado por el camino.
14.000 millones de euros
Pero muchas otras han ido configurando la nueva industria de la moda, que pasa por una cadena de valor que va mucho más allá de la fabricación. La marca, el retail, la tecnología, la logística o el diseño son algunos ejemplos. El ecosistema catalán está formado por 793 empresas del sector de la moda, con una facturación de más de 14.000 millones de euros y más de 64.000 trabajadores.
"Es el ejemplo de la transformación de la industria tradicional a una nueva industria. Se ha configurado cómo uno de los sectores líderes y competitivos a escala estatal e internacional", aseguraba Pedrals. Además, una realidad es que grandes gigantes de la moda cómo Mango han contribuido a fortalecer toda la cadena de valor y ha obligado a las empresas a evolucionar y crecer para estar a su nivel de exigencia.
Los tres grandes retos
La "crisis permanente" que vive el textil se ha traducido en los últimos veinte años en tres grandes transformaciones: la marca propia como gran valor, la digitalización y la sostenibilidad. Tres palancas que han impulsado la evolución del sector. Algunos ejemplos que han crecido exponencialmente con la marca como bandera son Munich, Misako o EseoEse.
"Si miramos la evolución, vemos que el textil continúa siendo muy importante en Catalunya. La parte productiva pesa menos, pero han aparecido más perfiles que tienen unos sueldos medios más elevados", resumía Lluís Ramis, coautor del estudio, que añadía: "En un sector que puede parecer más tradicional, hay mucha innovación tecnológica, en modelo de negocio y generación de nuevas empresas".
Cada gran cambio ha supuesto nuevas necesidades, tanto en cuanto a perfiles profesionales como proveedores y empresas. La mano de obra por fábricas ya no es necesaria y ahora se requieren nuevos especialistas en ámbitos cómo el software, la experiencia de usuario, la logística o el retail.
Manzanedo: "O somos tecnológicos o no seremos. Las empresas que no lo entienden, fracasarán"
"El cambio más importante ha tenido que ver con la incorporación del e-commerce, ha implicado un cambio muy profundo en la empresa", reflexionó Arancha Algás, directora general de la marca de moda Bóboli, que señalaba factores cómo los nuevos perfiles profesionales o la logística y la cadena de producción.
Para Juan Manzanedo, consejero delegado y fundador de la empresa dedicada a la logística Logisfashion, uno de los grandes retos actuales es encontrar perfiles profesionales que respondan a las necesidades tecnológicas de las empresas. "O somos tecnológicos o no seremos. Las empresas que no lo entienden, fracasarán", advertía. Una empresa logística ya no es un almacén y unos camiones, sino es tecnología e innovación.
Bordas: "No nos entendían, nos tomaban por locos"
Pero a pesar de que Catalunya se sitúa cómo uno de los hubs más destacados, no siempre ha supuesto un camino más fácil para las empresas tecnológicas. Es el caso de Photoslurp, que ofrece tecnología para la venta por internet. "Haber nacido en Catalunya no nos ha ayudado mucho o todo lo que esperábamos. Cuando explicamos la tecnología, nos tomaban de locos", afirmaba su CEO, Eulogi Bordas.
Es por eso que el 80% de su facturación está fuera de España. "Cuando íbamos a hablar no nos entendían. Y cuando nos han empezado a entender, han preferido optar por soluciones americanas, que son más conocidas, tienen más marca", lamentaba Bordas, que reclamaba la necesidad de tejer alianzas entre tecnología y empresas para potenciar las compañías locales.
Barcelona tiene poder
Aún así, la marca Barcelona sí que les ha ayudado en su proceso de internacionalización: "Es el que me ha ayudado más para vender en Holanda, Inglaterra o Estados Unidos. Todo el mundo ubica Barcelona en el mapa y tiene una imagen positiva". De hecho, por Bordas, no hay ningún territorio igual en el Estado donde se reúna innovación, conocimiento, tecnología e industria. "Tenemos una ventaja competitiva para ser más relevantes en el mundo", animaba.