Un plan picado muestra dos manso lavándose en una pica de baño. El siguiente plan revela una operación de cirugía que ejecutan tres médicos para salvar la movilidad de un paciente. El tercero pone cara a la voz de la doctora que dirige la operación: lo hace desde otra ciudad gracias a unas ojeras de realidad virtual y un teléfono. Sólo. Es la descripción de las principales secuencias del cortometraje Podré, creado por un grupo de jóvenes valencianos (Endika, Esther, Hugo, Jenny y Patricia), tutorizados por el Centro Servef de Ocupación de Silla, que han sido los participantes del concurso Imagina el trabajo en 2030.
El pasado martes Jordi Serrano, codirector del Future For Work Institute -centro que los ha premiado con 1.000 euros- ha participado en Valencia en la jornada Esperando los robots, organizada por el #NouServef. Un encuentro para dialogar sobre automatización, tecnología y el horizonte que nos espera. Todo a la hora.
No es casualidad. Justamente ahora lo debate que la nueva industria necesita un nuevo modelo está en el aire. Exo-esqueletos que ayudan a montar las piezas de un automóvil a la factoría Ford de Almussafes, los xatbots que conversan con la peluquera para reservar cita y hora, los robots que sustituyen los trabajadores de un gran almacén en la siempre esgotadora tarea de inventariar un establecimiento...
Son los ejemplos que ha puesto sobre la mesa Jordi Serrano. "En el mundo del trabajo está pasando un cambio climático, que dice mucha gente, puesto que hay varios vendavales y el primero es el de la deslocalización, que ya pasó en 80", apunta Serrano. De esta deslocalización habla el cortometraje premiado, que ha dejado unos minutos a los espectadores para reflexionar, una vez ha sido proyectado en la sala del MuVIM, el museo de la Ilustración y la Modernidad valenciano que, como una paradoja, ha acogido el congreso sobre el futuro del trabajo al País Valenciano.
Los vendavales que nos atenazan
Desde los años ochenta han pasado algunas cosas, enumera Serrano: "Por ejemplo, aquellos países que empezaban a enviar trabajo en la China ahora están enviándolo a países más baratos y, tranquilos!, que nos queda toda la África para crecer. La diferencia es que ahora enviamos trabajo digital, que va a la velocidad de la luz", explica Serrano. "También ahora a los supermercados están poniendo ya robots que hacen el inventario de forma que los empleados están liberados para atender el público. La automatización siempre se ha cargado trabajos pero ahora vemos que van a una mayor velocidad", comenta el también especialista en sistemas de información y desarrollo de personas.
Serrano: "La automatización siempre se ha cargado trabajos pero ahora vemos que van a una mayor velocidad"
Amazon y amigos
El otro vendaval del cual habla Serrano es la llegada de las plataformas digitales. "Evidentemente hay Amazon, porque ahora si quieres repartir paquetes de Amazon, te pagan 14 euros la hora para repartirlos, pero no es sólo esto: la más rara que he encontrado es Encuentra confesores, una app útil cuando alguien tiene una necesidad religiosa inmediata. Pero la realidad es que inclús el Ministerio de Ocupación ha creado una app", explica Serrano.
Aun así Serrano continúa destacando que "antes las empresas definían su valor por los activos físicos, pero hoy en día a la cotización pesan más los activos intangibles, como Spotify, donde trabajan 700 personas en un piso", expone. La rapidez de estas plataformas, de estos negocios, por haber visto el nicho y posicionarse es la clave de su éxito, según reconoce.
Cómo apunta Serrano, "los posibles escenarios se van abriendo. Tenemos todos los posibles, unos escenarios más probables que otros y tenemos otros que podemos crear. Pero la tecnología no manda, sino que mandarán las decisiones que vamos tomando. De hecho, hoy en día no es el pescado grande quién se come el pequeño sino que es el ágil quién se come el lento. Ahora tienes que encontrar un punto medio entre ser sólido o gaseoso", cita recordando al a pesar de Zygmunt Bauman.