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Es el emprendedor quien elige al inversor (y no al revés)

El inversor catalán Elies Campo explica cómo se gestó la compra de Whatsapp: "Zuckerberg negoció el precio como quien cambia cromos"

Un cartel de Silicon Valley, donde Elies Campo és inversor | iStock
Un cartel de Silicon Valley, donde Elies Campo és inversor | iStock
Barcelona
21 de Octubre de 2020
Act. 21 de Octubre de 2020

En SiliconValley, el poder es de los emprendedores. Es probablemente el hub tecnológico más reputado del mundo y referente para muchas ciudades que quieren convertirse en epicentro del emprendimiento. Las diferencias entre el ecosistema de Estados Unidos y los de Europa son muchas, pero más todavía cuando hablamos de esa zona tan concreta de California. Mientras que startups de todo el mundo luchan para conseguir cualquier tipo de financiación para sacar adelante su negocio, en Silicon Valley son los inversores quienes hacen cola para participar en las empresas emergentes con más potencial.

 

Elies Campo es un ingeniero catalán establecido en Palo Alto (California) que ha trabajado en empresas como Whatsapp y Telegram y se ha convertido en los últimos años en inversor. "Las oportunidades más interesantes son cuando el inversor tiene que hacer el pitch a los emprendedores", explica en un encuentro virtual organizado por Acció, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat. En estos casos, relata, es el inversor quien explica a la startup por qué tiene que aceptar su dinero, cómo la podrá ayudar durante las fases iniciales y las siguientes y qué valor puede aportar a la compañía. Así, los emprendedores valoran el portfolio de cada inversor, qué éxito han tenido sus apuestas, etc.

Es una tendencia que a Campo le gustaría que se instaurara en Catalunya: "No hay una cultura de auditoría de los emprendedores hacia los inversores: se coge el dinero pero no se cuestiona qué valor aportará el inversor a la compañía". En este sentido, califica de "old school" el sistema catalán y lo atribuye a una competitividad más baja. Un cambio hacia el modelo de Silicon Valley en este sentido, provocaría que "los emprendedores pudieran contribuir al ecosistema y mejorar la calidad del capital", asegura el actual responsable de crecimiento, partnership y desarrollo de negocio de Telegram.

 

Antes de llegar a la multinacional de mensajería, trabajó poco más de un año y medio para otra empresa de la misma rama: Whatsapp. Abandonó la compañía a finales de 2014, justo cuando Facebook la compró, y no fue casualidad que coincidiera con la operación. "Yo fui muy elocuente con mi equipo, les decía que no era beneficioso que Facebook comprara Whatsapp, que lo que construíamos nosotros era mejor", recuerda. Campo no comparte los valores de la red social en términos de privacidad y esta discrepancia fue definitiva a la hora de decidir abandonar la compañía. La compra fue muy rápida, según relata: "En 15 días se produjo el primer encuentro entre Mark Zuckerberg y los fundadores de Whatsapp; negociaron el precio como quien intercambia cromos". Fue en aquel momento que decidió, junto con su pareja, adentrarse en el mundo de la inversión como business angel, es decir, la inversión de dinero en startups a título personal a cambio de una participación.

Los secretos de invertir

Durante los cinco años que se ha dedicado a ello, ha tenido tiempo de conocer el mercado y descubrir las claves para tener cierto éxito. Considera que lo primero que se tiene que saber al entrar en este juego es que "la mayoría de inversiones fallarán, pero habrá algunas que te devolverán toda la inversión que has hecho". Así, la estrategia es muy clara: probarlo todas las veces posibles. "Hemos intentado conocer al máximo de emprendedores e invertir en un rango grande de empresas", explica Campo como experiencia personal. En estos últimos cinco años ha invertido en entre 65 y 70 empresas. De éstas, "entre un 25% y un 30% han cerrado; hay entre 10 y 15 que empiezan a ser rentables y un par que ya son unicornios". Estas empresas valen más de 100.000 millones de euros y, por tanto, les supondrá un retorno altísimo.

Elies Campo, inversor a Silicon Valley, en una imatge d'arxiu

Elies Campo, inversor en Silicon Valley, en una imagen de archivo

Hay dos secretos que Elies Campo comparte para acceder a las oportunidades más atractivas como inversor. La primera es encontrarse en un hub tecnológico -como Silicon Valley-, hecho que atrae a una gran cantidad de empresas emergentes con ganas de conseguir capital y talento. "Esta es la mitad del trabajo de un inversor", asegura el ingeniero, establecerse en el lugar adecuado. El otro requisito para conseguir buenas operaciones es tener acceso a todas estas oportunidades. ¿Cómo se consigue? "Nosotros teníamos experiencia de trabajar en grandes compañías y esto nos ha abierto muchas puertas", admite. La red de contactos -como en otros muchos sectores- es esencial.

Un consejo que da a los inversores que apenas empiezan y todavía no tienen contactos en Silicon Valley es hacer pequeñas aportaciones en empresas para irse creando un nombre en el ecosistema. Para las startups también tiene sugerencias para encontrar financiación: "Yo contactaría con otros emprendedores que vayan algo más avanzados, tomaría un café y que te aconsejen para tener feedback antes de intentar captar inversión". A pesar de que en un inicio es complicado que los fondos más grandes se fijen en emprendedores de los que no tienen ninguna referencia, Campo cree que es positivo dejarse ver y crear vínculos para después poder acceder a ellos. 

"Entre un 25% y un 30% de las empresas donde he invertido han cerrado, entre 10 y 15 empiezan a ser rentables y un par son unicornios", según Elies Campo

Avisa también de un par de alarmas que les saltan a los inversores cuando conocen un proyecto. Según el ingeniero, "nos encontramos a startups con participaciones muy elevadas de inversores, que llegan al 40% o al 50%, y esto dificulta mucho que pueda entrar más financiación: nadie querrá invertir". El nivel recomendable de capital inversor, asegura, está entre el 15% y el 20%. La otra señal negativa es cuando una empresa se encuentra en un marketplace para levantar financiación: "Esto quiere decir que ha intentado conseguir inversión en fases iniciales y no ha sido capaz de encontrarla".

Las tendencias en Silicon Valley

Elies Campo destaca dos novedades que ha detectado en el ecosistema emprendedor y el mercado de financiación en Silicon Valley. Cada vez hay más plataformas de software para gestionar las inversiones en fases iniciales. "Todos los procesos los hace el software, hecho que libera a los inversores para hacer lo que realmente es importante: buscar oportunidades y conocer a emprendedores", indica el ingeniero. Uno de los más conocidos es AngelList. La segunda tendencia son los rolling funds.

La covid-19 ha provocado una descentralización de los ecosistemas y los inversores de Silicon Valley empiezan a abrir la mirada a todo el mundo

A pesar de que no tienen nada que ver con los softwares de gestión de inversiones, el objetivo final va en la misma línea: agilizar los procesos. Los rolling funds son fondos de inversión que no se quedan nunca sin capital. Esto se consigue con aportaciones trimestrales de los inversores -con toda la burocracia automatizada gracias a los softwares-. Normalmente, cuando se encuentra una oportunidad de inversión, hay un proceso en el que quien la ha encontrado tiene que convencer al resto de inversores del fondo para poder activar el capital. Con los rolling funds no es necesario porque siempre hay capital disponible.

De hecho, Campo se encuentra en proceso de crear un rolling fund que le permita dar acceso a las oportunidades de Silicon Valley a inversores de Catalunya y de todo el mundo. Pero el propio ecosistema californiano está cambiando con la irrupción de la covid-19. Los elevados costes de Silicon Valley han hecho que algunas empresas opten para trasladarse. "Los ecosistemas se están descentralizando y los inversores empiezan a abrir la mirada a todo el mundo", explica Campo. Falta por ver si la financiación de SIlicon Valley llegará a empreses de cualquier rincón del mundo.