Es evidente que el ecosistema innovador de la ciudad de Valencia, que poco a poco va equiparándose a Barcelona y Madrid y pugna con Málaga, se ha convertido en un referente nacional. Y no es extraño oír hablar de Demium, Plug and Play, Lanzadera o Startup Valencia.
A ello se une un hecho contrastado: muchas empresas de base tecnológica europeas y americanas son conscientes que los perfiles senior en España son más baratos que los junior en sus países. Así como que la mayoría de desarrolladores ya no quieren moverse de su lugar de origen. Con lo que sale más a cuenta contratarlos en remoto. Y hasta montar sedes al lado del Mediterráneo.
Sin embargo, pocas noticias parecen reparar en que el Distrito Digital de la Comunidad Valenciana, uno de los mayores hubs de innovación públicos del país. Que, ubicado en Alicante, alberga ya a más de 300 compañías y más de 1.000 trabajadores en su sede. La parte sur de la Comunitat casi siempre se ha asociado a la industria más tradicional. No en vano, el sector juguetero, zapatero y textil continúan dominando la economía del interior de la región, con una capacidad enorme de pivotaje como demostró la pandemia y su derivación hacia la fabricación de material médico sin apenas experiencia en el sector.
Pero a medida que uno se acerca a la playa, da la impresión (interior y exterior) de que se aleja del epicentro. Que las localidades siguen viviendo del mantra de sol y playa, que pese a tener un aeropuerto internacional se le ubica más en tránsito vacacional que de negocios y que el AVE todavía tarda demasiado (mejor no hablar del Euromed) para conectar rápidamente con los principales polos españoles.
Alicante acumula numerosos casos de éxito propios, pero como suele ocurrir en los grandes territorios, a veces la capital lidera el relato
Y, sin embargo, Alicante acumula numerosos casos de éxito propios. Pero, como suele ocurrir en los grandes territorios, a veces la capital lidera el relato. O, simplemente, desde los extremos no se es capaz de construir uno propio para ponerse en valor. Y se sigue viviendo feliz, con mejores precios y clima que en la mayoría del territorio, ajenos a la constante guerra por la atención en la que vivimos de manera permanente.
Puede levantar la mano quien no haya comprado, o estado a punto de hacerlo, unas gafas Hawkers a través de Facebook o Instagram. Un concepto nacido de la mente de cuatro emprendedores menores de 30 años (en aquel entonces) afincados en Elche. Muy cerca nació Binomio Ventures, considerada una de las aceleradoras de referencia en la aplicación de consultoría, acompañamiento e inversión en desarrollo o transformación de negocios y hasta abordaje de nuevos mercados. Con nombre de videoconsola de los años 90 aparece Energy Sistem, que no sólo se ha convertido en uno de los líderes del mercado del audio, sino que ya se ha asociado a marcas como Storytel o diseñado una línea específica para clientes infantiles.
Con sede en Japón, Cookpad tiene una gran parte de su actividad centrada en Alicante. En 2007 compró Mis recetas, en aquel momento la plataforma en español más grande del mundo, y hoy llega a más de 70 países en 30 idiomas. El nombre propio de Nuria Oliver va asociado a DataPop Alliance, pero también a numerosos gobiernos que han decidido contratar sus servicios para analizar desde el Big Data la evolución de la pandemia y las posibles soluciones a tomar en función de una información que antes quedaba demasiado atomizada. Y también el de Javier García destaca, puesto que desde el MIT fundó en 2012 Rive Tecnology, cuyos catalizadores se utilizan en varias refinerías, aumentando significativamente la producción de combustible y la eficiencia energética del proceso.
Ya va siendo hora de planear algo en el conjunto del territorio, con un mensaje unitario y ventajas claras para quien quiera afincarse o emprender
Algo que todavía no ha afrontado la Generalitat Valenciana (y sí lo han hecho los gobiernos de Andalucía o Canarias) es una estrategia real para atraer talento a sus tierras. Porque, como el turismo, hay una parte que llega por inercia. Pero, como ocurre precisamente en ese sector, cada vez más agentes exhiben sus virtudes.
Ya va siendo hora de planear algo en el conjunto del territorio, con un mensaje unitario y ventajas claras para quien quiera afincarse o emprender. Pero, mientras tanto, seguimos machacando a los autónomos, poniendo trabas administrativas a la creación de empresas. Y, al mismo tiempo, otras regiones van recogiendo ya los frutos de la atracción no solo al nomadismo digital, sino a familias enteras que han decidido vivir donde les apetezca… mientras se lo pongan un poquito fácil.