Paseo por Barcelona y solo veo bares y panaderías de unas cadenas y franquicias en concreto. Baguetes congeladas, cafés muy malos. También supermercados, que ya nos entendemos, venden productos el doble de caros y a menudo, si no te fijas, caducados. ¿Este es el país que queremos? ¿En nuestra ciudad de referencia? Y lo peor de todo es que nos hemos quedado sin industria.
Lo comentaba hace unos días el gran Xavier Roig en VIA Empresa y no puedo estar más de acuerdo: "Se observa que tenemos demasiado comercio y bares. Es de esperar que la pandemia lo corrija, aunque la transición será trágica para los afectados. Aun así, las cifras muestran que el ajuste es inevitable si queremos ir bien". Continúa con "la moda entre nosotros ha consistido en asegurar que una sociedad es más avanzada cuanta más porción de su PIB esté orientada a los servicios. Indirectamente, se ha venido a decir que la industria contamina, que es de países atrasados y por eso se trasladan las producciones a la China. Las sucesivas crisis (la de la pandemia, sin ir más lejos) han demostrado que no es así. Que los países más resistentes tienen una industria fuerte."
Necesitamos una industria fuerte, puestos de trabajo estables y preparados por todo lo que venga: crisis climática, nuevas pandemias, crisis de materias primas, pero sobre todo necesitamos un sector servicios fuerte, de calidad y una industria puntera. ¡Manos a la obra!
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