La sequía y la falta de reservas en los embalses obligará a la compañía Endesa a detener la producción de electricidad en la central hidroeléctrica de Mequinensa (Baix Cinca), una de las mayores de la península, que nunca ha parado desde que se va inaugurar. El paro se realizará a mediados de noviembre, ya que el embalse se encuentra por debajo del 23% de su capacidad, el segundo peor registro de la historia de este pantano inaugurado en 1966.
Además, si no llueve, también se podrían parar las centrales de Talarn y Gavet de la Conca, en el Pallars Jussà, y las de Pont de Montanyana y Escales, en la Ribagorça. Este año se ha generado un 32% menos de energía que en la media de los últimos 10 años y habría que remontarse a 1989 para encontrar una producción tan baja.
Pese a la situación que ha provocado esta caída de la producción hidroeléctrica es "tensa y compleja" Endesa trabaja de forma coordinada con los diferentes reguladores – la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la Agencia Catalana del Agua (ACA) - así como también administraciones locales para poder dar respuesta a las necesidades puntuales relacionadas con la reserva de agua en el territorio.