La enfermedad renal crónica también conocida como insuficiencia renal crónica provoca una pérdida progresiva de las funciones renales, de manera que los riñones no pueden filtrar la sangre como deberían. Puede catalogarse como tal cuando el filtrado glomerular es inferior a 60 ml/min durante más de tres meses.
¿Sabías que esta enfermedad supone un problema de salud pública grave dada su elevada frecuencia y trascendencia?
La causa más frecuente de esta enfermedad es la diabetes mellitus, seguida por la hipertensión arterial como segunda causa. La sintomatología va apareciendo cuando el filtrado glomerular va reduciéndose. Es variada, e incluye hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca, alteraciones del metabolismo óseo-mineral, anemia, alteraciones digestivas, y acúmulo de potasio y ácidos entre otras manifestaciones.
Las principales líneas de tratamiento incluyen restricción de la sal en la dieta, tratamiento de la hipertensión arterial, control de la proteinuria con inhibidores del sistema renina- angiotensina-aldosterona, tratamiento de la anemia y tratamiento de las alteraciones del metabolismo óseo-mineral.
Cabe destacar que cuando el filtrado es inferior a 10 ml/min o las líneas de tratamiento nombradas no son suficientes, se requerirá diálisis o trasplante renal.
Finalmente, es importante tener presente que hay varios factores de riesgo de progresión de la enfermedad renal crónica: exposición al tabaco, hipertensión arterial, mal control del metabolismo de la glucosa, presencia de albúmina en la orina, niveles elevados de ácido úrico, exposición a medicamentos nefrotóxicos, alteración del perfil de los lípidos, obesidad y sufrir alguna enfermedad cardiovascular.
Así pues, es fundamental optimizar todos estos factores para tener un mejor pronóstico de la enfermedad renal crónica.