'Ensuciarse las manos' por Argelia

El exministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, cuestiona "las malas decisiones en política exterior" del Gobierno central por considerar que perjudican la competitividad económica

Lluís Caelles, moderador de la charla de Josep Piqué |Genaro Massot
Lluís Caelles, moderador de la charla de Josep Piqué |Genaro Massot
La Seu d'Urgell
17 de Junio de 2022

Las relaciones diplomáticas que caracterizan la política exterior están basadas en los equilibrios, las complicidades, las alianzas y amistades peligrosas. En pocas palabras, "la política exterior no es bonita". Así se expresó el exministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, en el transcurso de la comida tradicional de la XXXIII Trobada Empresarial al Pirineu en la Seu d'Urgell. Esta afirmación implica, según Piqué, que para resolver problemas y encontrar soluciones hay que ensuciarse las manos. Justo lo que no ha hecho el Gobierno del Estado con Argelia. "Las malas decisiones en política exterior hacen que España pierda su posición privilegiada como suministradora de gas natural a la UE", pudiéndose erigir en una alternativa a la dependencia rusa. La mala política, según Piqué, acaba perjudicando y recayendo sobre la competitividad empresarial. Al final, el fruto de esta decisión es que Italia se llevará el pastel del gas natural que ha dejado Rusia.

Pese a afirmar que prefería no entrar en valoraciones sobre las actuaciones delactual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, Piqué habló sobre la política exterior como una estrategia "sólida, fiable, coherente y con consensos básicos". Este supuesto lo confronta con las "formas inadecuadas en el conflicto con Argelia", que ha roto el acuerdo de cooperación con el Estado español y, de rebote, ha bloqueado el acuerdo comercial entre los dos países.

'Sorpresa occidental'

Piqué reconoce que, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, han surgido actores que disputan la hegemonía a los Estados Unidos. "Está China, que quiere sustituirlo como gran potencia global, pero también Rusia y la India, que tienen sus propias estrategias; y Turquía, e Irán o, por supuesto, la Unión Europea". Para Piqué, estos factores han generado una "sorpresa occidental".

"Los otros nos perciben como un país cambiante. Es esencial que mantengamos los consensos básicos en política exterior"

Desde el punto de visto de la geostrategia, Piqué dio un tirón de orejas al gobierno de Pedro Sánchez al subrayar que "el futuro de España pasa por la Unión Europea y OTAN. Y hay que tomarse muy en serio  los problemas en el norte de África". De nuevo, la apelación a la coherencia y a la fiabilidad. En este caso, el lamento se centra en la variación de la postura sobre el Sáhara sin contar con la oposición, que "hace que los otros nos perciban como un país cambiante. Es esencial que mantengamos los consensos básicos en política exterior".

Ante la incertidumbre generada por el actual contexto de crisis energética y carencia de suministros, Piqué instó a que "el Estado reparta los costes y los beneficios para que la inflación y el decrecimiento que sufrimos no provoquen un proceso de estanflación".

Riesgo de inflación crónica

Para Piqué, la época en que el politólogo norteamericano Francis Fukuyama denominó como el fin de la historia, ha tocado a su fin. Con ella, se acaba el periodo de occidentalización del planeta, basado en la extensión de la democracia, de la economía de mercado y de las sociedades abiertas. Ante este final, el nuevo escenario se caracteriza por la creciente tensión por la primacía mundial entre los Estados Unidos y China, pero también por la recolocación geoestratégica de actores regionales, a los que Piqué denomina 'los actores de reparto'.

El principal riesgo en la actualidad pasa porque los aumentos de precios en los mercados energéticos se autoalimenten y se transforme en un proceso inflacionario persistente. En opinión de Piqué, la manera de afrontar esta situación pasa por "recuperar la productividad y, para conseguirlo, son imprescindibles las políticas de oferta y las reformas en los mercados".

"Las políticas expansivas han sido útiles en el corto plazo, aun así muestran sus límites y ahora corremos el riesgo de una inflación crónica"

Para el exministro, la guerra de Ucrania ha agudizado los problemas derivados de la crisis energética, la escasez de semiconductores o fertilizantes; pero el punto de partida se debe buscar en la pandemia de Covid-19, que ha supuesto un cuello de botella de oferta desde el punto de vista económico. "Las políticas expansivas han sido útiles en el corto plazo, aún así muestran sus límites y ahora corremos el riesgo de una inflación crónica. Los bancos centrales están cambiando rápidamente de política y ya empiezan a dejar de comprar emisiones de deuda. Por eso, empezamos a ver incrementos de primas de riesgo", explicó.

La solución a la guerra de Ucrania

El escenario geopolítico, económico y energético después de la invasión de Ucrania han centrado la intervención del economista, empresario y exministro. Durante su intervención, Piqué destacó que "Occidente ha decidido apoyar a Ucrania con dos límites: no poner soldados en el territorio y no establecer una zona de exclusión aérea para evitar un conflicto directo con Rusia". Para Piqué se trata, pues, "de un compromiso limitado. Debemos ayudar a Ucrania a defenderse, es incontestable" y afirmó con contundencia que "el 'alto al fuego tiene que llegar lo antes posible,cuando las dos partes vean que no tienen nada a ganar continuando con la guerra".

Respecto al fin de la guerra, según Piqué, "la solución no será el hecho de parar, porque una cosa es la paz y, la otra, es el armisticio". Añadió que "el futuro de Ucrania debe estar a manos de los ucranianos". Respecto al rol que juega España, el exministro aseguró que "es importante como cuarta economía europea y miembro de la OTAN. La próxima cumbre a final de mes definirá el concepto estratégico de los próximos diez años y tenemos que ser coherentes con nuestros compromisos y asumirlos".