El turismo encara otro verano complicado; no tanto como el anterior, pero con una incertidumbre de última hora provocada por el aumento de contagios reciente, de los más elevados de Europa, que no facilita la atracción de turistas internacionales. El presidente de Turisme de Barcelona, Eduard Torres, es relativamente optimista. El hotel que tiene en propiedad, el Duquesa de Cardona -situado en el Passeig de Colom de Barcelona-, ha estado abierto sin interrupción desde la desescalada de 2020. Hay indicadores positivos, que destaca, como la apuesta de las aerolíneas por Barcelona, que tiene impacto en el resto del territorio. Pero también lo hay negativos para la capital catalana: los datos sanitarios y la voluntad de los visitantes de salir de las ciudades y tocar la naturaleza.
¿Cuáles son las previsiones para este verano?
La facturación del sector turístico catalán solía ser de 30.000 millones de euros al año. En 2020, tuvo una afectación del 70%, que representan 20.000 millones. Preveíamos que este año, del 70% pasaríamos a un 40%, pero al final acabará siendo un 50% prácticamente. Todo esto, si no hay ningún incidente, porque ahora hay un repunte de contagios y tenemos que ver cómo nos afectará. Tenemos indicadores buenos, como que la oferta de vuelos es elevada: las líneas aéreas han puesto mucha conectividad y apuestan por Barcelona. En plazas de vuelos, somos el primer destino europeo y el sexto mundial. La parte negativa es la subida de la pandemia; tendremos que ver si acaba prevaleciendo la facilidad al viajar o el número de contagios.
Los confinamientos en todo el mundo han hecho que mucha gente busque destinos para estar en contacto con la naturaleza. ¿Lo nota Barcelona?
Sí: un 55% de los hoteles en Barcelona siguen cerrados, mientras que en la Costa Brava está todo abierto y lleno. Es evidente que el turismo se redistribuirá.
¿Cuándo tenéis previsto que vuelvan los niveles de visitantes previos a la pandemia?
Siempre hemos ido pensando en escenarios optimistas y la cosa siempre ha ido peor de lo que preveíamos. Pensamos que en 2022 será el año de la recuperación. Ahora se ha hecho el MWC, que ha sido un gran esfuerzo, pero ha venido relativamente poca gente. La contratación para febrero del año que viene es espectacular. Con el ISE, serán dos acontecimientos que pueden marcar mucho la tendencia de cara al resto de año. No llegaremos a las cifras de 2019, pero si nos podemos poner con un 70% o 80% de lo que teníamos, ya será un paso muy significativo.
¿Es deseable para Barcelona recuperar los niveles precrisis?
Es deseable que tengamos el turismo que teníamos antes, pero distribuido de una manera diferente: más repartido al resto de Barcelona y al resto del territorio, y con unas estancias más largas. Esto es lo que ya trabajábamos antes de la pandemia para hacer el turismo más sostenible. Hemos sufrido dos años con muy poco turismo y hemos visto la afectación que esto ha tenido en el paisaje de la ciudad, con comercios y establecimientos cerrados. Muchas zonas que quizás sufrían de masificación han pasado al otro lado.
¿Se tiene que mantener el turismo de masas?
A mí no me gusta este concepto. Desconcentremos el turismo.
¿Cómo se consigue este cambio de modelo?
No hay una fórmula mágica; es un conjunto de cosas. En primer lugar, ya teníamos una estrategia de marketing turístico de la ciudad en la que nos explicábamos de una manera diferente: no tanto como un destino de sol y playa, sino con un relato cultural, de innovación, de formación, de investigación biomédica... de las cosas que pasan en la ciudad. En segundo lugar, se tiene que integrar la tecnología en la promoción. Esto permite hacer campañas de promoción microsegmentadas. Estamos preparando una plataforma digital de la que colgará un hub de datos turísticos, Amazing Barcelona, para que el destino tenga herramientas tecnológicas para interaccionar con los visitantes.
"Es deseable que tengamos el turismo que teníamos antes, pero más repartido al resto de Barcelona y al resto del territorio, y con unas estancias más largas"
¿Cómo funciona esta plataforma?
La hemos impulsado con partners como Vueling, el Barça o Telefónica y tendrá una aplicación a través de la que podemos hacer llegar a los visitantes protocolos sanitarios, por ejemplo.
Este verano tendrán más éxito los destinos seguros en términos sanitarios. ¿Cómo se potencia esta imagen de Barcelona?
Hasta ahora, habíamos ido muy bien, porque el ritmo de vacunación había sido muy bueno. Ahora nos encontramos con este problema que esperamos que se pueda contener. Tenemos que destacar el esfuerzo que ha hecho el sector hotelero, que puso los hoteles a disposición de la administración al inicio de la crisis. Cuando ha habido el MWC, también se ha hecho un esfuerzo para dar esta sensación de seguridad: se han hecho tests masivos. Lo mismo pasa con los festivales de música que ahora se han puesto en marcha.
Cuando hablamos de la innovación y la investigación como reclamo turístico, ¿hablamos de turismo de negocios?
Pondré un ejemplo: el MWC se ha establecido en Barcelona y de alguna manera tiene presencia durante todo el año, no solo los días que dura la feria. Esto ha ayudado al sector digital, de las aplicaciones, todo el ecosistema que se ha ido generando en Barcelona. Ha hecho que personas que visiten Barcelona se interesen por estas iniciativas. También puede haber hecho que mucha gente haya querido instalarse aquí porque ha pensado que era un buen lugar para instalarse, los nómadas digitales, las oportunidades que supone el teletrabajo...
¿Cuáles son ahora mismo los mercados más importantes de turistas?
Desde que se abrieron los confinamientos municipales, el primer cliente fue el español durante unos meses y esto no pasaba desde hacía muchos años. La pandemia nos ha obligado, en primer lugar, a interaccionar con los barceloneses. Había una distancia entre los negocios turísticos y los barceloneses y esto nos ha permitido un reencuentro muy bonito, que esperamos que se mantenga en el tiempo. Y después con el cliente nacional, de Francia y de Italia. Durante este año, serán los mercados más importantes que tendremos. Esperamos que en el mes de agosto, el visitante británico y americano -que eran los dos primeros mercados tradicionalmente- se reactiven.
"No hay ciudad más atractiva que aquella en la que el local se mezcla con el turismo"
¿Qué se tiene que ofrecer a los barceloneses para mantener la relación?
Básicamente, dirigirnos a ellos. Hemos hecho paquetes para los barceloneses, nos hemos publicitado, les tenemos que hacer noticiable que son bien recibidos. La respuesta de los barceloneses ha sido muy buena. En muchos establecimiento hoteleros, por ejemplo, los barceloneses han respondido, una cosa que parecía impensable. Se irá diluyendo con el tiempo, pero tenemos que mantener esta sensibilidad.
¿Esto significa que la oferta de zonas como la Rambla se renovará?
Ha pasado de una manera natural, también en la Rambla. No hay ciudad más atractiva que aquella en la que el local se mezcla con el turismo. Si hacemos un llamamiento al ciudadano, la experiencia para el visitante será mejor. Esperamos que pogamos mantener esta relación.
Una de las grandes esperanzas económicas se presenta en forma de ayudas llegadas de la Unión Europea. ¿Cree que el reparto de los fondos Next Generation es justo?
La asignación que hace el Estado de todo este paquete no se corresponde con el peso del sector turístico. Hay 3.500 millones de euros de un total de 140.000 millones que estarán dirigidos a la Secretaría de Estado de Turismo, con esto está todo dicho; la cifra es bastante más reducida que el peso que tiene el sector. Tenemos un reto importantísimo para utilizar bien este dinero. Además, en otros países de Europa ha habido ayudas directas y aquí ha habido muy pocas. El sector podría haber sido mejor tratado en cuanto a la ayuda asistencial para parar el golpe.