Es el 130º Primero de Mayo de reivindicaciones, pero el primero de movilizaciones telemáticas. La crisis sanitaria y económica derivada de la covid-19 ha trastocado los planes de todo el mundo y, el año en que se tenía que celebrar parte de la derogación de la reforma laboral, se tendrá que reivindicar que la salida de esta situación no se construya sobre las bases de una precariedad injusta. Conversamos por teléfono con el secretario general de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco, que combina el confinamiento entre el trabajo en casa y días puntuales que va al sindicato. Porque los sindicatos también son un servicio esencial. El coronavirus no ha golpeado fuertemente, por suerte, a los miembros de CCOO. "Por cómo está la situación, me sobta mucho que haya tan pocos casos en el sindicato y la mayoría son leves", explica. Y esto es una suerte porque no paran de atender miles de llamadas de personas afectadas por los ERTE y/o las carencias de seguridad laboral, unas reivindicaciones que se suman a las acciones de cariz cultural y otras vinculadas al mundo del trabajo en un Dia Internacional de los Trabajadores totalmente virtual, pero, como siempre, muy reivindicativo.
¿Qué representa este año el Primero de Mayo?
Este, más que nunca, es un reconocimiento global porque esta crisis está afectando a todo el mundo. La solidaridad internacional es muy necesaria para poder establecer marcos de gobernabilidad sociales y comunes para hacer frente a esta crisis, que no atiende a criterios de organización económica, política y social. Tenemos que reforzar estos espacios de cooperación y colaboración, sobre todo en el mundo del trabajo para poder mantener las mínimas condiciones de vida de la sociedad.
"La solidaridad internacional es muy necesaria para poder establecer marcos de gobernabilidad sociales y comunes para hacer frente a la crisis"
¿Cómo reforzamos estos espacios?
El carácter de la fraternidad es establecer un cambio de modelo social que pueda encontrar de nuevo espacios de cohesión social y no continuar incrementando la segmentación económica de la sociedad. Tenemos que poner en valor el papel del trabajo y de los servicios esenciales. El espacio público está intentando aguantar el privado. Sería imperdonable para una comunidad que, a la salida de esta crisis, no pasemos de los aplausos hacia el reconocimiento de la dignidad del trabajo que necesitan algunos sectores precarizados y vinculados a los servicios de las personas.
Espacios de cohesión, como decía.
Esto es reforzar lo público y lo privado y reorientar un cambio de modelo económico reforzando algunas de las quiebras que se han demostrado en esta crisis. Tenemos que establecer una estrategia de reindustrialización que sólo se podrá plantear desde la iniciativa pública para poder orientar también la inversión privada porque algunos espacios de industrialización de bienes de primera necesidad que se han desindustrializado y han roto las cadenas de suministro.
Con el retorno a la actividad, ¿estáis detectando empresas que no toman todas las medidas de seguridad necesarias?
Hemos asesorado a más de 330.000 personas en esta crisis de manera directa y el 10% del asesoramiento ha acabado en denuncia a la Inspección de Trabajo porque sus empresas no garantizaban las medidas de seguridad o las condiciones de aplicación de un ERTE. Hemos hecho una denuncia muy clara a la estructura de vigilancia de la salud de las empresas, que está delegada a los servicios de prevención de empresas que dedican una ratio de tres horas y media el año para preservar la salud laboral de los trabajadores durante todo el año. Hay carencias estructurales que necesitan una reforma de carácter normativo claro para intentar garantizar que estas cosas no pasan. Cuando llega una epidemia, no sólo está en juego la siniestralidad y la accidentalidad, sino que, además, no hay instrumentos para garantizar que las empresas preserven la seguridad.
"Hay carencias estructurales que necesitan una reforma de carácter normativo claro para intentar garantizar que estas cosas no pasan"
¿Y qué evidencia todo esto?
Pasan dos cosas: o se incrementa el nivel de contagio y, por lo tanto, el impacto que tiene sobre el conjunto de la sociedad; o las empresas no pueden poner en marcha y se incrementa la pobreza, que también es otro factor de muerte. Son cosas que venimos denunciando desde el mundo sindical desde hace mucho tiempo, pero el criterio economicista que el mercado está por encima de las personas, imposibilita estos cambios. Ahora la pandemia lo ha puesto de manifiesto.
¿Corremos el peligro de que el mundo laboral se vuelva todavía más precario?
Los cambios no se promueven sólo con las emociones y se ha despertado una cierta emocionalidad en estos sectores precarios que hoy en día están dando servicio a la ciudadanía, pero la voluntad y la emoción no da la capacidad para solucionar problemas. Tiene que haber una clara voluntad de reorientarlo e imponer que esto se convierta en una reivindicación clara y mayoritaria para que tenga capacidad real de negociación en la mejora de las condiciones de trabajo. Tenemos que mirar hacia los gobiernos, pero también hacia las empresas para cambiar la realidad. Las personas que cuidan a gente mayor, no cobran ni el salario mínimo en muchos casos porque no están contratados. O la gente de la campaña de recogida de la fruta, que todavía espera que se negocie el convenio colectivo e incorpore el salario mínimo interprofesional.
Este Primero de Mayo también tenía que ser el día en que se celebrara parte de la derogación de la reforma laboral. Y la salida de esta crisis se está construyendo precisamente sobre estas bases.
Ahora hay una prioridad del conjunto del país que es preservar la salud de la gente y que no muera, así como encontrar el equilibrio entre la rotura de la transmisión del contagio con la recuperación económica para no caer en una extremidad de pobreza. Pero para la salida del desconfinamiento, si queremos romper los espacios de precariedad, es imprescindible que se deroguen aquellos aspectos que habíamos hablado en esta primera fase. Si no, la salida condenará a mucha gente a espacios de precariedad y de pobreza y, por lo tanto, se juntará el peligro relacionado con la seguridad laboral con el peligro de un rebrote de contagios. Y así volveremos a los niveles de precariedad de la otra crisis.
"Si no rompemos los espacios de precariedad, la salida condenará a mucha gente a espacios de precariedad y pobreza"
Los niveles de precariedad de la otra crisis, pero sumando que ya venimos debilitados de esta situación.
Mucha gente no tendrá la posibilidad de incorporarse, habrá pérdidas de empresas y un incremento importante de registros del paro. Esta gente, ya tendrá un problema serio de precariedad social y, por eso, tenemos que fortalecer los sistemas de protección social. Cuando la gente que se incorpore, que lo haga con criterios de dignidad, que quiere decir que cuánto más se gana, más se contribuye para poder garantizar mejores prestaciones. Se le llama reparto de la riqueza.
¿Cómo se está haciendo ahora?
Si miramos los datos macroeconómicos de la distribución de la riqueza de los últimos años, se ha disparado la acumulación con las rentas de capital y se han disminuido las rentas de trabajo y de recaudación impositivas. Tenemos que romper esta precariedad derogando la reforma laboral, no sólo por criterios de sensibilidad social, sino también por criterios de rentabilidad económica.
Si como trabajador no tienes ninguna certeza sobre tu futuro, difícilmente consumirás más allá de lo que necesites.
Es eficiencia económica, tenemos una crisis de demanda y de oferta. Si reactivamos la oferta y se ponen las empresas en marcha, pero la gente no tiene para activar la demanda, las empresas volverán a caer. Es justicia social, pero también eficiencia económica para salir de esta crisis lo mejor posible.
¿Prevéis que los ERTE puedan convertirse en ERE?
Es un peligro. Esto lo tenemos que trabajar con las medidas que estamos planteando de carácter económico y social. Es importantísimo continuar reforzando la protección que están ofreciendo los ERTE para evitar la pérdida de ocupación. Y hay que establecer un mecanismo de financiación de la liquidez y el mantenimiento de la capacidad creditícia para poder sostener una situación como esta. Aquí Europa también tiene un papel muy importante. Sobre todo para los sectores como el turismo, el comercio y la restauración que tardarán en recuperar la normalidad y que si no tienen ayudas que puedan llegar directamente de los ámbitos públicos, será muy difícil que no hagan ERE. El mantenimiento de la protección fomentando los ERTE para evitar el despido y garantizar la liquidez de las empresas es capital para evitar que el riesgo se convierta en una realidad.
"Hay que romper la precariedad también por eficiencia económica porque tenemos una crisis de demanda y de oferta"
¿Las negociaciones con Seat son un buen ejemplo del camino a seguir para evitarlo?
Demuestran que cuando hay una buena estructura de participación de los trabajadores sindicalizados en una empresa con cultura de diálogo social, las cosas se pueden plantear de manera equilibrada: con complementos para los trabajadores, con capacidad operativa para la empresa, con flexibilidad para abordar situaciones de excepcionalidad, con criterios sobre las medidas de seguridad para los trabajadores... Es un ejemplo claro de que si fortalecemos también el papel del diálogo social reforzando su capacidad de intervención en el ámbito de las empresas, las soluciones son compartidas y más eficaces.
¿Nos hace falta tomar conciencia de la importancia del papel de los sindicatos?
En esta crisis se ha recuperado una parte de la conciencia real del papel que tienen los sindicatos. La gente ha encontrado la solución en todos nosotros y lo tenemos que consolidar. Se tienen que habilitar marcos normativos y mecanismos de participación porque esto beneficia a la ciudadanía. ¿Cuántas empresas están tirando del protocolo de actuación que pactamos sindicatos y patronales?
Es la guía.
Las empresas han tenido que mirar hacia allí porque no tenían nada. Los sindicatos estamos cuando hay problemas y cuando no los hay. Y, si cuando no hay estamos más organizados, no caerán derechos. Si cuando tenemos la necesidad de conquistar el derecho estamos muy juntos, pero cuando lo tenemos nos relajamos, nos fastidiaremos otra vez. Por eso hay que recordar la importancia de la sindicalizacinó de los trabajadores, para ganar mejores cuotas de dignidad social.
"Si no se ponen dinero público, los ERTE se convertirán en ERE"
¿Qué diferencias hay entre las empresas que tienen representación sindical y las que no tienen?
Tenemos análisis hechos sobre el impacto de la crisis y uno que queremos probar es la relación de los ERTE negociados en empresas con representación sindical cuántos tienen complemento y cuántos tienen en empresas sin representación. Por eso es importante que la gente esté sindicalizada aunque no tenga comité en su empresa. Se tienen que fortalecer estos espacios.
Hablábamos del buen ejemplo de Seat, pero, mientras tanto, los sindicatos habéis hecho un llamamiento a la huelga a Nissan a partir del 4 de mayo, cuando se tiene que retomar la producción. ¿Cuál es el objetivo?
Están planificando la producción sólo para hacer la entrega de un compromiso comercial que se quedó colgado con la covid-19. Quieren poner en marcha la fábrica sólo para hacer esta producción y volverla a parar. Tenemos pendiente un anuncio de un proceso de reestructuración a nivel global y, con el riesgo de que podemos encontrarnos con una decisión de cierre de la empresa, muchos entendemos que no quieren que volvemas a ponernos en marcha. Decimos que si no queréis poner en marcha la fábrica, nosotros tampoco cumpliremos con los compromisos. Y por eso hemos hecho un llamamiento a la huelga indefinida. El conflicto tiene que llegar a todas las fábricas que tiene Nissan en España, la de Inglaterra y ocho de Renault entre Francia y España. Lo pararemos todo. Queremos que el Gobierno, también el español, haga una acción clara para evitar esta situación.
¿Qué está poniendo en evidencia esta pandemia?
Que los servicios esenciales para mantener a una sociedad son los más precarizados. Tenemos que garantizar que se dé la vuelta a esta situación y que estos sectores dignifiquen sus condiciones de trabajo fortaleciendo su capacidad de negociación colectiva. Tenemos más de 50.000 representantes en Catalunya que necesitan tener el apoyo de los sindicatos.