Una acumulación de primeras veces. Así se podría definir la trayectoria profesional de Pilar Pàmpols, acabada de nombrar presidenta del Consell de Col·legis d'Agents Comercials de Catalunya. La primera mujer miembro de la Junta del Col·legi en Lleida, su primera presidenta y la primera que también lo ha sido en Catalunya. Recuerda que se colegió hace 15 años, siendo mujer y dedicándose a la venta de espectáculos de teatro, una actividad considerada poco común para una comercial. Ahora, quiere implicar los jóvenes, las mujeres y profesionalizar todavía más el colectivo. Trabajo al adelante de una mujer que parece que se crezca con los retos.
¿Cómo se ha encontrado el Col·legi ahora que acaba de aterrizar como presidenta?
A pesar de que era colegiada y presidenta en Lleida desde el año 2019, me he dado cuenta que es una gestión compleja, que forma parte de una tarea voluntaria y que echas de tu actividad habitual. He comprobado que es igual que gestionar una empresa. En nuestro caso, yo presido un consejo formado por 10 presidentes: cuatro en Tarragona, cuatro en Barcelona, Lleida y Girona. Uno de mis objetivos iniciales ha sido deslocalizar la entidad. Además de ser la primera mujer presidenta también soy la primera de Lleida y el vicepresidente de la junta proviene de Girona.
¿Qué retos inmediatos se plantea para mejorar la situación de los profesionales?
Tenemos que ser capaces de potenciar el Col·legi cómo un punto de encuentro para el asesoramiento. No tenemos que olvidar que se trata de una profesión todavía demasiado individualista y que tenemos que crear comunidad a su alrededor. También tenemos que incrementar la presencia de las mujeres. Ahora somos una de cada 10, pero tenemos que eliminar del imaginario colectivo la imagen del comercial hombre que viaja solo y pasa muchos días fuera de casa. Necesitamos garantías de conciliar la profesión con la vida personal, la lactancia... Desde el Col·legi estamos potenciando la incorporación de las mujeres con beneficios con la inscripción o ventajas como no pagar la cuota de entrada. Los criterios para colegiarse se tienen que basar en la profesionalidad y no en si se trata de un hombre o una mujer. Nos encontramos en un ámbito machista y todavía se tiene que crear conciencia comunitaria y feminista en nuestra profesión.
¿En la junta del Col·legi, parece que también se ha apostado por nuevas formas de gestión
De momento, hemos optado por implantar cargos que duren cuatro años. De hecho, el anterior presidente ya estuvo solo durante este periodo. De la actual junta formamos parte gente de entre 40 y 50 años. Intentamos que sea una gestión más asamblearia y menos institucionalizada. Por otro lado, buscaremos trasladar al resto de la sociedad los valores con los cuales estamos trabajando en el Col·legi.
"Ser agente comercial es una profesión sin riesgo financiero aparente y una buena forma de emprender"
¿Cómo se puede seducir a los jóvenes para que se acerquen a la profesión?
Es un trabajo con el cual inicialmente necesitas poca inversión económica y no tienes que capitalizar dinero, puesto que eres un intermediario. Es una profesión sin un riesgo financiero aparente y con el cual contarás con el apoyo jurídico y el asesoramiento profesional de entidades como el Col·legi. Creo que es una buena forma de emprender.
¿Cómo la ha ayudado en su tarea proceder de otros mundos profesionales?
Ahora mi trabajo principal es la venta y distribución de los espectáculos de la compañía de comediantes leridana La Baldufa, que el año pasado recibió el premio Nacional de las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura. Mi formación proviene de la educación infantil y siempre me ha apasionado el teatro. Esto, unido a que viví muchos años en Francia, y la compañía quería gente que conociera el francés para ofrecer productos culturales allí, me impulsó a adentrarme en este sector. Recuerdo cuando volví a Catalunya, hace aproximadamente 15 años, que me colegié procediendo de Francia, siendo mujer y vendiendo obras de teatro. Causó un poco de sorpresa.
¿Cuál es la relación del Col·legi con las patronales?
Como entidad, somos socios de Pimec y en algunos lugares, la creación de los colegios está estrechamente vinculada a las sedes de las cámaras de comercio. Desde los inicios de la pandemia, hemos conseguido mantener o incluso incrementar la cifra de asociados de nuestra entidad. Esta época nos está sirviendo para apuntalar nuestra fortaleza a través de servicios como la gestión de ayudas, el asesoramiento jurídico o la intermediación con los préstamos, créditos o convenios.
¿Más allá de la covid, qué papel está teniendo la tecnología a la profesión?
Hasta ahora, la mayoría de los ingresos de los comerciales continúan vinculados a sus ventas. Es cierto que cada vez hay más asalariados, pero muchos siguen siendo autónomos. Nos encontramos en un periodo de crisis en el que se ha producido un descenso del consumo asociado a las ventas. En este contexto, es donde nuestro trabajo tiene más sentido para incrementar el valor de las marcas. Por otro lado, en este proceso tenemos que cambiar la manera de hacer, utilizando cada vez más la tecnología y aprender a convivir con ella. Nuestro colegio refleja una doble realidad que también recoge la sociedad: Actualizamos la información relevando cada semana a través de noticias por WhatsApp y a la vez hay profesionales que nos piden acciones y actas presenciales.
¿Ha mejorado el reconocimiento laboral de los agentes comerciales?
Hace unos años, los agentes comerciales no teníamos una formación reglada. Ahora, disponemos de un título acreditado que está avalado por el Ministerio de Comercio. Con este impulso, hay la esperanza de recuperar el prestigio de la profesión, que en los últimos tiempos ha menguado, haciendo perder el interés por el Col·legi y por ejercer la profesión.
"El buen comercial es el que sabe detectar las necesidades de los clientes, pero también las del vendedor"
Resulta curioso este cierto desinterés, cuando es una de los trabajos más demandados...
Somos profesionales muy buscados en sectores como el de la alimentación, el mobiliario o el textil. Ahora estamos solicitados porque es la forma más directa que tiene una gran marca de llegar a un cliente. Hacemos la parte necesaria de la intermediación. Poco a poco, las empresas van incorporando nuestra figura. Los agentes comerciales ya no solo vendemos fruta o coches, sino como en mi caso, podemos comercializar espectáculos de teatro. Las compañías están creando este lugar de trabajo porque cada vez creen más en esta necesidad. El buen comercial es el que sabe detectar las necesidades de los clientes, pero también las del vendedor.
¿Cómo se puede regular la ética a la hora de hacer una operación comercial?
Las buenas prácticas deontológicas están recogidas en los contratos mercantiles. Por nuestra parte, nos tenemos que adaptar constantemente a los cambios del mercado. Los comerciales estamos comprometidos con los proveedores, pero siempre con una relación transparente. Es cierto que existe mucha competencia, y que esta es legítima, pero nunca tenemos que caer en las malas praxis. Además, tenemos que volver a interiorizar el orgullo de formar parte de un colectivo profesional: El de los agentes comerciales.