Menos Eros, pero más trabajadores despedidos. Se acerca la tormenta? Mientras el Gobierno español insiste en que salimos de la crisis y presume de los datos de ocupación, muchas grandes empresas se están lanzando de hacia abrir Expedientes de Regulación de Ocupación (ERO) para deshacerse de parte de su personal. El 2018 ha sido un año marcado por los anuncios de Eros de varias compañías punteras como Caixabank -que encara hoy continúa negociando con los sindicatos-, Ford, Naturgy, Cellnex, Ikea, Vodafone o Esteve . Pero, qué las ha traído a hacer esto?
El economista y presidente de la consultora de recursos humanos Icsa Grupo, Ernesto Poveda, lo dibuja así a VÍA Emprendida: "Esto es cómo cuando viene un huracán: primero viene el viento fortet, después más fuerte y finalmente llega el huracán y lo destroza todo". A parecer suyo, el hecho que empresas punteras estén haciendo Eros "es el primer síntoma que ven venir la tormenta y que pasamos a una futura recesión".
Si bien es cierto que este 2018 ha habido menos Eros que el 2017 -315 frente a 400-, también lo es que los despidos afectan además trabajadores: 6.459 empleados afectados hasta noviembre del 2018 ante los 6.436 el 2017. Dedo de otro modo: si el número de Eros se ha reducido un 21,25%, la cifra de trabajadores que han ido a la calle se ha incrementado un 0,36%.
Los números asustan. Si antes de la crisis, el 2006, se llevaron a cabo 133 Eros y se despidieron 6.305 trabajadores, este 2018 se han hecho más del doble y la cifra de despedidos supera ligeramente la de hace 12 años. Poveda recuerda que "el 2007, la crisis nos cogió con un fondo de reservas, poco endeudamiento, etcétera..., pero ahora nos coge después de empezar a recuperarnos un poco del ciclo de ajustes que se hicieron: pasamos de 1,7 millones de parados el 2007 a seis millones el 2011 y ahora tenemos 3,2 millones". Y añade: "Cuando vino la crisis, fue muy rápido el crecimiento de parados, pero la repercusión de bajada va muy lenta y, además, ahora nos coge en otro ciclo que es el preludio de una cierta crisis o recesión".
A primera línea
Poveda se lamenta que "es muy significativo que empresas de primera línea hagan esto porque tienen beneficios" y esto quiere decir, según subraya, que "se están preparando por el que viene". Caixabank, por ejemplo, registró durante los nuevo primeros meses del 2018 un beneficio de 1.768,8 millones de euros, cifra que supone un incremento del 18,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, ya anunció a finales de año -durante la presentación de su plan estratégico 2019-2021- su previsión de cerrar 821 de las 4.461 oficinas que tiene actualmente en España, pero, aún así, prevé lograr una rentabilidad del 12% el 2021.
Poveda: "El modelo de transformación del sector financiero está siendo tan rápido que las entidades bancarias se tienen que adaptar"
Estos cierres irán acompañados de un ERO que, cómo han planteado a los sindicatos, afectará 2.157 trabajadores, un 7,3% del total, con el objetivo de reducir la plantilla en función de sus necesidades. En este sentido, Poveda tiene claro que "el modelo de transformación del sector financiero está siendo tan rápido" que, por lo tanto, las entidades bancarias se tienen que adaptar. "Estamos en un momento transformador tecnológico tan bestia... Que cruces, que Caixabank no ve el peligro que representa Amazon o Alibaba?", se cuestiona.
De momento, pero, Caixabank ha anunciado su intención de pactar estos despidos con sus trabajadores y, de hecho, más de un centenar ya se han acogido voluntariamente.
Cambio de hábitos
La cosa, parece, va de transformación digital, nuevos perfiles y... recesión? Vodafone también quiere despedir 1.200 trabajadores en todo España -un 23,5% del total de la plantilla- y justifica la ERO por "razones económicas, productivas y organizativas", así como por un cambio de comportamiento del cliente.
Según explicaba la compañía, han tenido una caída de ingresos y de Ebitda pero, además, quiere potenciar un modelo organizativo "más simplificado" y más "competitivo". "Vodafone, siendo sensible al impacto de esta medida, aborda la negociación con la determinación de llegar al mejor acuerdo posible con la representación social tanto por los empleados como por la empresa", asegura Vodafone.
La guerra del fútbol y el cambio de tarifas ha perjudicado la empresa de telecomunicaciones, que ingresó un 3,2% menos durante el primer semestre fiscal del 2018 que en el mismo periodo del año pasado.
Despedir para contratar
Ikea se lo ha montado diferente: anunció en el mismo momento que despediría 7.500 personas, pero calmó los ánimos asegurando que contratará 11.500, cosa que, tal y como subrayaron, se enmarca en un proceso de transformación para las nuevas tiendas y la digitalización del grupo.
A pesar de que la compañía sueca aseguró que no todos los países donde opera se verán afectados del mismo modo porque las medidas afectarán, sobre todo, a las oficinas y servicios centrales, Poveda cree que la empresa despedirá para volver a contratar porque "las retribuciones serán entre un 25% y un 30% más bajas". Esto, pero, "tiene el efecto perjudicial para ellos porque a nivel global de economía y actividad empresarial, si hay menos renta salarial habrá menos consumo".
Las ventas de Ikea han crecido entre septiembre del 2017 y agosto del 2018 un 4,5%, cifra que representa 38.800 millones de euros. De momento, el grupo tiene una plantilla de 160.000 trabajadores repartidos en treinta mercados de todo el mundo.
Eros de todas las formas
Ford también hizo un ERO el 2018 en la fábrica de Alumssafes, pero un ERO que comportaba nuevo días de paradas. El primer día fue el pasado 9 de noviembre y las paradas se están repartiendo en diferentes paradas hasta el 31 de enero de este 2019. Apenas hace un año, la empresa de automoción anunciaba una inversión de más de 750 millones de euros para fabricar el Ford Kuga a la planta valenciana. Las ventas de la filial española de Ford superaron el 2017 los 14.000 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 111 millones de euros.
Naturgy también pasó la tisora y cerró el 2018 con 400 despidos pactados. La multinacional aseguró que estas son salidas consensuadas con trabajadores de más de 55 años. El primer semestre del año pasado, la compañía perdió 3.281 millones de euros por la depreciación de activos, principalmente las centrales de generación eléctrica convencional en España, como nucleares o ciclos combinados.
Esteve, de su banda, rebajó de 103 a 85 los afectados por el ERO, pero ya aseguró que la mitad de los despidos del conjunto del Estado se harán a la central de la compañía en la Zona franca. La compañía justificó en octubre los despidos para "intentar parar y recuperar las pérdidas operativas" que acumula desde el 2017 y "adecuar la dimensión de Esteve Pharmaceuticals a la nueva realidad del mercado". Actualmente, Esteve ocupa 1.290 personas. El 2017 facturó 803 millones de euros, un 1,23% menos que el año anterior, pero registró un resultado limpio positivo. El 2013, la farmacéutica ya presentó otro ERO, en qué despidió 225 trabajadores.
Mientras tanto, Cellnex también acordó un ERO de 180 trabajadores para sus filiales españolas Tradia y Retevisión, dedicadas a la gestión de la red de televisión terrestre y que suman una plantilla de unos 1.200 empleados. La compañía de telecomunicaciones obtuvo durante los nuevo primeros meses del 2018 un beneficio comparable de 20 millones de euros, un 31% menos que el 2017. De hecho, perdió 26 millones de euros, unos resultados que, según explicaron, estaban alterados por factores no recurrentes a la actividad ordinaria del negocio como el impacto del plan voluntario de prejubilacions y bajas incentivadas.
El Nobel de Economía Paul Samuelson decía que "el mercado de valores pronostica nuevo de cada cinco recesiones"
Lacoste se sumó al plan de prejubilacions anticipadas y rebajó el ERO anunciado inicialmente después de negociar con los sindicatos, pero la medida implicó el cierre del almacén de Barberà del Vallès, donde hay 58 empleados, de la tienda outlet de Barcelona, donde trabajan siete personas, y las oficinas de Badalona, con 35 afectados.
El pescado que se muerde la cola
El premio Nobel de Economía Paul Samuelson bromeaba con que "el mercado de valores pronostica nuevo de cada cinco recesiones". Y Poveda se suma a la ironía sosteniendo que "me temo mucho que se cumplirá el que decía Samuelson".
Fuera bromas, la tormenta que se acerca preocupa al economista. No sólo por la cantidad de gente que se quedará sin trabajo cuando se apliquen estos Eros -y los que pueden venir-, sino porque nos afecta a todos. "De la macroeconomía a la microeconomía no va tanto", pone encima la mesa, al mismo tiempo que apunta que "si estamos en esta dinámica, habrá una congelación del consumo y si hay retención en la producción, habrá más Eros".
A todo ello se tiene que añadir que "la gente joven, con estas subidas del precio de la vivienda y del precio de la vida, que no se reflejan al IPC, no puede afrontar la vida si no vive con los padres". Y concluye: "Globalmente, el enfermo está perfecto, pero hay síntomas que no me gustan". Pintan bastos.