Cualquier proyecto que se pretenda poner en marcha requiere, siempre, un análisis de viabilidad. Al menos así me lo enseñaron a hacer desde que empecé a tener alguna responsabilidad. Y todavía lo practico en el trabajo diario. A menudo no hacen falta demasiados detalles. Una primera aproximación nos permite detectar si merece la pena utilizar más recursos para entrar al por menor y continuar analizando la bondad del negocio.
Uno de los problemas que tiene España como estado miembro de la Unión Europea (UE) es que hace muchos años que no quiere analizar -bien, quizás lo hace alguien, pero no lo explica- si los números cuadran. Quiero decir si lo que gastamos es superior a lo que ingresamos. No hablo ahora del déficit ni del endeudamiento que en general tienen que permitir, como sucede en las familias, encarar inversiones. Hablo del gasto corriente, el recurrente, el que nos permite ir a plaza a comprar.
Uno de los problemas que tiene España como estado miembro de la UE es que hace muchos años que no quiere analizar si los números cuadran
Si ustedes se fijan, tiene lugar un efecto recurrente. España va tirando hasta que se presenta una crisis y, entonces, la UE le tiene que inyectar dinero. El hecho se repite, digo, desde que la transferencia de fondos estructurales fue acabando. Dicho de otra manera, una vez integrada en la UE (entonces Comunidad Económica Europea) en 1986, España empezó a recibir -como sucede con todos los nuevos estados miembros "pobres"- una cantidad ingente de dinero que, dependiendo de los años, llegó a superar el 1% del PIB. Y así durante mucho tiempo.
Se esperaba que esta situación, excepcional, finalizara por los alrededores de 2013. No está mal haber chupado de la moma veintisiete años, ¿no creen? Pero he aquí que vino la Gran Recesión de 2007 y esto ya fue bastante para volver a mendigar. Y, hagan memoria, la UE nos dio un préstamo para poder rescatar la banca. Pero es que, además del préstamo, la UE decidió continuar dándonos dinero a fondo perdido. Y la fecha de 2013, cuando España tenía que convertirse, almenos, contribuyente neutro de la UE -es decir, no recibir ayudas- pasó a mejor vida. Ahora, a finales del segundo decenio del milenio se esperaba que España se convirtiera, finalmente, en contribuyente neutro. No ha sido así. La excusa, esta vez, fue la pandemia. De los fondos NextGen España es el primer beneficiado de la UE en euros por cápita. Y aunque otros estados miembros combinan la recepción de subvenciones con préstamos, España solo ha solicitado subvenciones. Ninguna cantidad a devolver. ¿Por qué? Pues porque no podemos devolver los hipotéticos préstamos que nos pudieran otorgar.
De los fondos NextGen España es el primer beneficiado de la UE en euros per cápita
Lo que recibe y da cada sido miembro está en la base de datos de Eurostat, concretamente aquí. No es demasiado fácil encontrarlo. La Comisión no quiere generar euro-escepticismo entre la población, a pesar que estados miembros como España se afanen a estimularlo con su frivolidad presupuestaria.
Pero yo me he trabajado algunos datos y los expongo a continuación. He cogido las grandes economías de la UE (Alemania, Francia, Italia y España) y le he añadido el consolidado de los estados que conocemos como frugal (Países Bajos, Austria, Finlandia y Suecia).
Aun así, para comprender la magnitud de la tragedia, mejor mirarlo como ciudadano de la UE.
Los datos presupuestarios están disponibles hasta 2020. Es de suponer que se está trabajando para incluir los datos a partir de aquella fecha, para incluir el programa NextGen y otras ayudas.
El rebrote de las ayudas a España entre 2009 y 2014 corresponde a la Gran Recesión. Bien, el caso es que ahora, en 2020, cuando se esperaba que España empezara a ser contribuyente neutro, vino la pandemia. Y el ciclo empieza de nuevo. Cuando nos quedamos cortos de dinero siempre hay algo que nos salva. ¡Milagro!
Los gráficos, de paso, nos ayudan a comprender dos hechos. Uno, el nivel de enfado de los llamados frugal respecto a la permanente cancioncita de las ayudas a determinados países que, mira por donde, siempre son los mismos. No se enfadan porque sí. Dos, poner en el mismo saco a Italia y España como acostumbra a hacer nuestra prensa es una manera, como tantas utiliza, para mentir. Italia es, desde el principio, contribuyente neto en la UE y hace años que da ayudas a España intermediando el presupuesto de la UE.
Todo esto, en fecha de 2020. De lo que ha sucedido después hablaremos más adelante. Y de la viabilidad económica de España, también.