El estado español quiere liderar la creación de la Unión de Mercados de Capitales europea. Es un objetivo que la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ya marcó hace unos meses y que el gobierno central ha buscado impulsar con un encuentro esta semana. A la cita, que se ha adelantado unos días ante la "urgencia" de la situación, han acudido Alemania, Francia, los Países Bajos, Luxemburgo, Polonia e Italia.
Bautizado con el nombre de Laboratorio de Competitividad, el proyecto quiere ser "una herramienta ágil para poder avanzar en la integración del mercado único en Europa". "Podremos tener un grupo de estados miembros que actúe por delante del resto, para poner sobre la mesa proyectos de integración que nos permitan de manera ágil y rápida poder avanzar en la creación de un mercado único y hacerlo de manera coordinada con las iniciativas que tiene la Comisión Europea", ha resumido el ministro de Economía del gobierno español, Carlos Cuerpo, en una atención a los medios previa a la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona (el Eurogrupo).
Dada la dificultad de alcanzar un gran pacto entre los 27 estados miembros, Cuerpo planteó llegar a pequeños acuerdos entre al menos tres países y avanzar en propuestas legislativas. Así, esta primera reunión ha servido para establecer las líneas maestras y para buscar un primer gran proyecto de inversión paneuropea. Según ha detallado el ministro español, los primeros proyectos que se están analizando en el marco de esta iniciativa tienen que ver con que la capacidad de ahorro que se produce en Europa se traslade a proyectos que otorguen una mayor autonomía estratégica y más seguridad económica en términos estratégicos al Viejo Continente. Anteriormente, Cuerpo también había mencionado la creación de una normativa común para las calificaciones de las pymes.
De nuevo a tres estados miembros: más agilidad
Es importante destacar que la herramienta planteada por el gobierno español es diferente de la cooperación reforzada, un procedimiento por el cual un mínimo de nueve estados miembros pueden establecer un mayor grado de integración o cooperación en un ámbito determinado cuando es evidente que la Unión Europea, en conjunto, no puede alcanzar los objetivos de esta cooperación en un plazo razonable. "La cooperación reforzada apenas se ha utilizado en los últimos diez años, y se emplea como solución de último recurso; [...] nosotros le damos la vuelta para comenzar a colaborar desde un inicio con los países que quieren avanzar en proyectos concretos", indicó Cuerpo en su momento.