
Hace un año los embalses de las cuencas internas llegaron al 14 % de su capacidad. Llevábamos tres años de sequía y la situación era angustiante. Llegó la primavera de 2024 y las cosas comenzaron a cambiar, pero sobre todo las últimas lluvias de marzo de 2025 han dado un giro decisivo al escenario hídrico.
Este 27 de marzo, los embalses catalanes del Ebro estaban al 79,15 % de su capacidad y los embalses de las cuencas internas al 58,63 %. La iglesia del pantano de Sau vuelve a estar inundada. Los pantanos de la Baells y Rialp están desembalsando agua al superar la cantidad entrante su capacidad de reserva y, también, en prevención de nuevas avenidas. En Núria hace un año había 12 cm de nieve; hoy hay 60. En Port del Comte hace un año había 11 cm; ahora hay 96 cm. Es agua abundante y reservas recuperadas. Salvo el norte del Empordà, podemos afirmar que hemos superado la sequía. Sin embargo, sabemos que un día próximo dejará de llover lo suficiente y no sabremos cuánto tiempo durará la nueva sequía.
Tal como dice la canción de Raimon: "en mi país, la lluvia no sabe llover: o llueve poco o llueve demasiado, si llueve poco es la sequía, si llueve demasiado es la catástrofe". Hemos vivido tres años de sequía y en Valencia les ha llegado la catástrofe.
Ahora que volvemos a tener agua, la pregunta que corresponde hacer es si hemos aprendido la lección. Para contestar esta pregunta debemos fijarnos en el desarrollo de cuatro vectores clave. En primer lugar, el vector cultural, si ha habido avances en una cultura de responsabilidad colectiva sobre el agua con una visión holística capaz de relacionar el uso del agua con las necesidades (agua potable, medioambientales, alimentarias, industriales o turísticas) que justifican este uso. En segundo lugar, el vector gestión, poniendo el énfasis en la gobernanza, la calidad y eficacia de las normativas reguladoras, la desburocratización necesaria, etc.
En tercer lugar, el vector oferta y calidad del agua, preguntándonos si estamos poniendo los medios para mejorar la disponibilidad del agua. Finalmente, en cuarto lugar, el vector demanda de agua, en relación con si estamos reduciendo los consumos en todo aquello que sea técnicamente posible y en todo aquello que sea culturalmente necesario evitando consumos sin sentido en una sociedad más igualitaria.
Vector cultural
En positivo, la preocupación sobre la importancia del agua ha llegado a todas partes. En la ciudad, la gente se ha acostumbrado a desear que llueva. A pesar de ello, la memoria suele tener fecha de caducidad. Al mismo tiempo, en el Gobierno ven clara la continuidad de las actuaciones previstas en situación de sequía. La nueva consejera, Sílvia Paneque, ha dicho que "debemos mantener las inversiones para reducir la dependencia pluviométrica, a pesar de la lluvia". Efectivamente, hay que preparar la siguiente sequía.

A pesar de todo, no estoy seguro de que la sequía haya clarificado los conceptos en algunos entornos urbanos. No hace muchos meses, un artículo culpaba de la sequía a la ganadería, una actividad que consume el 2% del agua regulada. Fruto de la desinformación y el menosprecio del mundo agrario, se han cometido errores, incluso en los órganos gestores del agua. Por ejemplo, se ha establecido que en situación de emergencia climática se reduciría el 50% del consumo de agua a la ganadería, lo que significa la muerte de los animales. Se ha culpado al regadío, el primer usuario del agua, sin relacionar este consumo con su motivo, que es la producción de alimentos, como si estos dos aspectos (agricultura y alimentos) no estuvieran relacionados.
Vector gestión
Entre los efectos esperanzadores, la sequía ha acercado la colaboración entre las dos realidades hidrográficas (cuencas internas y Ebro), representadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la Agencia Catalana del Agua (ACA). Ha movilizado todos los recursos disponibles a un ritmo de economía de guerra que ha permitido visualizar mejor las problemáticas y potencialidades. La tensión también ha mostrado las barreras burocráticas, un primer paso para resolverlas. Se ha producido una intensa implicación y coordinación de la sociedad civil en la búsqueda de soluciones y en la planificación de estas. Finalmente, se ha resuelto la estulticia de dejar fuera de la ACA a los principales usuarios del agua, es decir, los regantes, así la Asociación Catalana de Comunidades de Regantes (ACATCOR) tendrá una silla en la ACA.
En este sentido, destaca la tarea del nuevo Observatorio Intercolegial del Agua, formado por los cuatro colegios profesionales de ingeniería de caminos, ingeniería industrial, ingeniería de agrónomos y colegio de economistas. Desde este Observatorio se ha hecho una gran concentración de talento técnico, desde una posición distanciada de diferentes intereses locales o electorales, con la voluntad de ofrecer soluciones que liberen la disponibilidad del agua de la irregular meteorología.
Se ha producido una intensa implicación y coordinación de la sociedad civil en la búsqueda de soluciones y en la planificación de estas
Como resultado de este esfuerzo, se ha publicado un informe titulado Catalunya 2050, Bases para la Transición Hídrica. Entre las soluciones que defiende el documento, hay la reutilización, la desalinización y también la interconexión de redes, para hacer frente a situaciones de sequía, pero también para "garantizar caudales ecológicos y mejorar la seguridad ante problemas de contaminación".
Vector oferta y calidad del agua
En este apartado y siguiente se parte de lo que se propuso en los artículos Sequía y alimentos, no hemos sido previsores y Preparándonos para la próxima sequía y se analiza si se ha progresado adecuadamente en las medidas propuestas.
- Construcción de desalinizadoras de seguridad suficientes en las áreas de la costa. Hay buenas noticias. Actualmente, Catalunya dispone de dos desalinizadoras, la de Prat de Llobregat, con una capacidad para producir 60 hm³ / año, y la de Tordera (20 hm³ / año). Con el objetivo 2029, se prevé doblar esta oferta con la ampliación de la de Tordera (80 hm³ / año) y una nueva en la cuenca del Foix (20 hm³ / año). Al mismo tiempo, el Consorcio de Aguas Costa Brava Girona se plantea adquirir 12 desalinizadoras móviles y en Barcelona se programó una nueva desalinizadora flotante en situación de excepcionalidad de sequía, hoy en espera.
- Impulso de la regeneración de aguas hacia recuperación de caudales naturales y regadío de proximidad. La regeneración de aguas en Catalunya es una realidad que se está ampliando. Actualmente, según los últimos datos publicados, hay una cuarentena de estaciones de regeneración con un caudal potencial de 190 hm³ / año, cerca de la capacidad del pantano de Camarassa. En positivo, cabe decir que ha sido un tema que no ha tenido un rechazo social y pasa a convertirse en una herramienta esencial en la oferta de agua. Se trata de que el agua que llueve tarde mucho en llegar al mar después de haber servido a diferentes usos. Esta opción va acompañada de un riguroso control de usos en función de los grados de regeneración aplicados y la calidad requerida: usos ambientales, agrícolas, lúdicos (campos de golf, por ejemplo) y municipales (riego de zonas verdes y calles). En Catalunya, en 2023 ya se habían reutilizado 80 hm³ provenientes de agua regenerada.

- Interconexión de cuencas en situaciones de emergencia. La interconexión de cuencas es un tema destacado en las medidas que darían seguridad a nuestro sistema hidrográfico. Incluso, en referencia a la pasada sequía, el Ebro ha tenido agua abundante, mientras que en las cuencas internas vivían una sequía extrema. Me he referido a ello en anteriores artículos. Se podría hablar de compensaciones territoriales, pero el cerrado cierre por criterios difíciles de explicar más allá de la insolidaridad impediría que este tema avance, sobre todo teniendo en cuenta el costo electoral que podría tener.
- Replanteando las políticas forestales. Los bosques recuperados a partir del abandono agrícola son grandes consumidores de agua con una afectación aguda en los caudales de los ríos. Se tiene la conciencia de que hay que cambiar hacia un modelo con un bosque más esponjado, en forma de mosaico compartido con agricultura y ganadería. Se están realizando las primeras experiencias con el apoyo del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Catalunya. Se está impulsando el financiamiento con créditos climáticos. Un tema que cambiará nuestro paisaje, dará mejores árboles, más biodiversidad, buenos alimentos y más agua a los ríos.
- Corregir pérdidas de las conducciones de agua. Nos sorprendió enterarnos de que en muchos municipios había pérdidas inmensas de agua por fugas. Cabe decir que desde los ayuntamientos y desde la conciencia de la sequía se han realizado muchas de las obras necesarias para controlar fugas y evitarlas.
- Mejorar el abastecimiento de agua a municipios con dificultades. Hay que valorar los múltiples trabajos hechos para mejorar el abastecimiento de agua a diferentes poblaciones, sobre todo a partir de la iniciativa de la ACA y de las Aguas Ter-Llobregat (ATLL).
- Recuperación de acuíferos. Las aguas subterráneas son la más grande de nuestras reservas. Estas aguas se realimentan de manera natural, pero sería necesario impulsar infraestructuras adecuadas que permitieran reponer acuíferos a partir de grandes avenidas torrenciales. Este tema, hoy, aún no está en cartera pero no es fútil indicar su posibilidad.
- Gestión de aguas grises en edificios y locales diversos. En este tema, algunos municipios han facilitado ayudas y consultoría técnica para la aplicación en nuevos edificios de un sistema de reutilización de aguas grises. Pero aún no tiene una suficiente aplicación.
- Placas solares en canales, balsas y pantanos para producción de energía, y reducir la evaporación del agua. En Catalunya tenemos una gran superficie de embalses, balsas de riego y canales de riego. Se conocen los ventajas que aportan las placas solares flotantes o sobre canales de riego con mejoras en la producción de electricidad y una notable reducción de la evaporación de agua. El tema está comenzando con algunos proyectos en el Segarra-Garrigues. Sin embargo, ha encontrado una avalancha de mala gestión burocrática desde la Administración Pública.
Vector demanda de agua
- Transformación tecnológica del regadío hacia la eficiencia y la precisión. Este es un tema capital. La mitad de la superficie de regadío en Catalunya se riega por gravedad (a manta). En este aspecto, Catalunya va por detrás del resto de España. Hay que saber que la modernización del regadío puede reducir mucho los consumos y aportar unas dotaciones de agua muy importantes para nuevos regadíos. Muy necesarios, estos, dado el bajo grado de autoabastecimiento de Catalunya. Al mismo tiempo, puede aportar precisión mediante el uso del regadío con gestión automatizada (digital) y fertirrigación. Sin embargo, este tema está teniendo posiciones resistentes en la agricultura. El Gobierno, sin embargo, está apostando decididamente por avanzar. Catalunya no se puede permitir un regadío del siglo XIX cuando las necesidades y las tecnologías son del siglo XXI.
- Disponer de datos de consumos y publicación de estos. Conocer y comparar es el primer paso para el ahorro. Es bien notorio que este tema ha mejorado. Mucha información crítica y muy detallada está a disposición pública.
- Establecer precios más progresivos para los consumos de agua según tipos de usos. Tema que requeriría aún una mejor regulación que establezca claramente las prioridades y comporte un mayor costo económico para usos excesivos o innecesarios.
- Limitar coercitivamente consumos excesivos. En este tema aún no se han dado pasos efectivos, incluso ha habido incapacidad para multar a los municipios con consumos muy por encima de los consumos establecidos en sequía.
- Impulsar planes de reducción de consumos en industrias y establecimientos ludo-turísticos. Se está impulsando pero con notable desgana en algunos lugares.
- Incorporación de técnicas agrícolas para retener la humedad. Hay técnicas de cultivo que facilitan la retención de agua y requieren, por tanto, menos riego. Son básicamente la cubierta vegetal, mulching, o la práctica del no laboreo y la agricultura regenerativa. La PAC está impulsando estas prácticas y cabe decir que en Catalunya tienen una buena y creciente implantación.
- Orientar a los agricultores sobre las mejores opciones productivas, hacia óptimos de productividad y consumo de agua. Las políticas agrarias tradicionales siempre han hecho una tarea de orientación sobre la idoneidad de los cultivos en atención a las características edafoclimáticas. Sin embargo, ahora habrá que tener en cuenta las previsiones climáticas a largo plazo.
- Xerojardinería y paisaje resiliente con cambio climático. Un país que no tiene agua no puede parecer Suiza. Así lo saben los ayuntamientos y cada vez hay más conciencia, pero es necesario que la población también tenga esta conciencia. Nuestros jardines y parques públicos deben nutrirse principalmente de especies autóctonas o poco exigentes con agua.
Como resumen, Catalunya ha entendido los riesgos y los costos de la próxima sequía y se ha puesto a trabajar. Convendría que todos los grupos políticos, sindicatos y otras agrupaciones de "defensa del territorio", incluidas las ecologistas, se implicaran hacia la prioridad de disponer de agua atendiendo a los criterios de equilibrio medioambiental, social y económico.