El uso global del euro se ha mantenido estable en 2019 a un nivel históricamente bajo después de un declive iniciado en la crisis financiera y de haber "tocado fondo" en 2016. Según apunta un informe sobre el papel internacional del euro del Banco Central Europeo (BCE), la moneda de la eurozona recupera escaso peso internacional después de la bajada causada por la crisis y se mantiene sin cambios como segunda moneda a nivel internacional por detrás del dólar de los Estados Unidos.
A pesar de los intentos de impulsar su uso global, el euro ha mantenido la segunda posición desde que se introdujo ahora hace 20 años. Según el informe, el euro representó en 2019 el 20,5% de las reservas globales de divisas, dos décimas más que el año anterior, mientras que su participación en títulos de deuda internacionales pendientes disminuyó del 22,4% al 22,1%. En cambio, el euro ha sido la "principal moneda" para la emisión de bonos verdes.
En el informe, la presidenta de la institución monetaria, Christine Lagarde, insta a "profundizar" y "completar" la unión monetaria para hacer más atractiva la moneda, incluyendo adelantos en la unión de mercados de capitales. "El Eurosistema da apoyo a estas políticas y enfatiza en la necesidad de hacer más esfuerzos para completar la unión monetaria", apunta Lagarde.