El producto interior bruto (PIB) de Catalunya registra un aumento interanual del 2% el segundo trimestre de 2019, el mismo que el trimestre precedente, según el Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat). La economía catalana mantiene el crecimiento principalmente por la evolución positiva de las exportaciones (3,1%), que compensa la desaceleración de la tasa de crecimiento de la demanda interna (1,5%) en relación con la del trimestre anterior (1,9%).
La evolución de la economía catalana el segundo trimestre del año sitúa el crecimiento del PIB catalán tres décimas por debajo de la economía española (2,3% avance trimestral) y seis décimas por encima de la de la UE-28 (1,4%). La tasa de variación intertrimestral en Catalunya (0,5%) muestra la reducción de una décima respecto al trimestre anterior y es equivalente a la del conjunto de España (0,5%). Respecto a la UE-28 (0,2%), el crecimiento es tres décimas superior.
El PIB, desde la óptica de la demanda, muestra por segundo trimestre consecutivo una reducción de la demanda interna, que pasa de crecer un 1,9% a un 1,5%. Esta evolución es el resultado de una dinámica fuerza diferenciada entre los suyos varios componentes. El consumo de los hogares registra el mismo crecimiento del trimestre anterior (1,4%), pero dentro de una tendencia general de moderación desde la segunda mitad del año 2018. El consumo de las administraciones públicas también crece a una tasa bastante establo (2,3%), una décima superior al trimestre anterior.
En cambio, la formación bruta de capital frena el crecimiento desde el 3,2% del trimestre anterior hasta el 1,0% de este segundo trimestre. Esta evolución se explica por la intensa reducción de la inversión en bienes de equipamiento, puesto que pasa de un 4,0% el primer trimestre a un -0,6% el segundo trimestre. La inversión en construcción mantiene un aumento de actividad de un 3,4%.
Más consumo extranjero en Catalunya
En cuanto al sector exterior, se tiene que destacar la recuperación de las exportaciones, que se incrementan a una tasa del 3,1%, en contraste con la evolución negativa del trimestre anterior (-1,6%). Este resultado es consecuencia de un crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios (3%) y del consumo de los extranjeros en el territorio (3,7%). Esta última variable se mantiene bastante estable a lo largo del primer semestre del año. Las importaciones de bienes y servicios muestran una tasa de variación de un -0,2%, que contrasta con la del trimestre anterior (0,7%). El consumo de los residentes en el extranjero registra un aumento notable este segundo trimestre (7,2%), a pesar de que mantiene una desaceleración continuada desde el inicio del año anterior.
La industria mantiene un crecimiento negativo (-0,6%), pero esta tasa implica una mejora relativa respecto a los últimos trimestres. Los indicadores de producción industrial muestran una evolución negativa de las ramas manufactureres más relevantes, que comprenden desde el -1,7% de la industria alimentaria hasta el -8% de la fabricación de material de transporte. Estos datos contrastan con el crecimiento de la energía eléctrica (4,9%) y el suministro de agua (11,7%).
Respecto a la evolución del sector de la construcción, se consolida un crecimiento elevado, de un 4,9%, tres décimas superior al del trimestre anterior. Por su parte, los servicios mantienen un crecimiento de un 2,7% principalmente impulsado por las actividades inmobiliarias, profesionales y otras (3,4%). El valor añadido de las actividades comerciales, de transporte y hostelería muestra un aumento moderado de un 1,9%, tres décimas inferior al trimestre anterior. Y, en cuanto a las ramas de la Administración pública, educación, sanidad y servicios sociales crecen a una tasa de un 2,6%, igual que al trimestre anterior.
Finalmente, el sector agrario registra una tasa de crecimiento negativa, con un -2,5%, continuando con la reducción iniciada el tercer trimestre de 2018.