24
de Abril
de
2017
Act.
24
de Abril
de
2017
Este 2017 se ha activado un nuevo servicio de contenedores entre el puerto cubano de Mariel, al oeste de La Habana, y el Puerto de Barcelona. Con esta nueva conexión, la infraestructura catalana actuará como hub de la naviera Melfi para la Mediterránea, puesto que la línea regular será clave para incrementar los intercambios comerciales entre Cuba y Europa. Según el puerto barcelonés, la importación de café cubano hacia el mercado europeo es uno de los productos que se puede beneficiar de la implantación de este nuevo servicio y al revés, las muchas empresas de logística que ya trabajan transportando mercancías de orilla a orilla.
Es el caso de la firma catalana Alfil Logistics, operador logístico integrado que habitualmente gestiona la logística del Grupo Damm y que, desde hace un año y pico, trabaja con Cuba. Para la firma, el negocio internacional representa un 16% de la facturación. El último mes del 2016 envió un total de 150 contenedores, una buena relación comercial que su responsable, Jaume Bonavia, considera que es resultado de la apertura del país. "Estamos viendo una apertura real, de hecho el último año en La Habana se está mejorando a marchas forcades: hay inversión extranjera, se están rehabilitando muchas casas, muchas fachadas, hay más actividad empresarial y se nota también en el tema turístico. Es lento, pero percibes que hay una apertura y que se están metiendo para abrir el negocio", explica a VÍA Emprendida. Según apunta, "Cuba tiene más sentido de estrategia que no de peso concreto, es una apuesta de futuro".
Por su parte, Xavier Casas, socio fundador de la empresa de transporte y logística barcelonesa Cargoflores SANO, ha empezado recientemente a trabajar con Cuba. "Hemos establecido una relación personal que no teníamos con quien ya estábamoscontacto vía e-mail y nuestro agente ya nos ha conseguido varias cargas de exportadores españoles para exportar hacia Cuba", explica el empresario.
Casas ha viajado al país recientemente en una misión comercial organizada por el Puerto de Barcelona, justificada porque las exportaciones catalanas cabe este país no han parado de crecer los últimos años. La consejería de Economía y Empresa apunta que el 2015 ha habido un crecimiento del 50% de las exportaciones respecto de los años anteriores y que se han logrado los 294 millones de euros, principalmente a sectores como maquinaria, pinturas y materias colorantes, materias plásticas, material eléctrico y vehículos.
En total, hay 1.032 empresas catalanas que están exportando actualmente en Cuba y el 30,5% de las ventas del Estado español en este país son de empresas catalanas. Ellas son las que pueden dar una visión más próxima del que se cuece en Cuba, puesto que tienen que pasar trámites y procesos que los hacen tratar de primera mano con el sistema. Es así como Casas apunta que "por la situación de Cuba, que se mueve bajo jurisdicción del Estado, no puedes mover uno peso o un euro sin supervisión. Todas son empresas compartidas entre el Estado y un socio cubano y esto ya te marca la pauta porque tienes que pasar por el Estado", apunta el directivo.
La relación con la Administración es también el que destaca Bonavia: "A todo el que son terceros países te tienes que adaptar a su legislación y entender sus peculiaridades. Cuba no es más diferente que el Brasil, incluso te diría que el Brasil es más complejo para poder hacer negocios porque tiene una situación fiscal totalmente diferente. En Cuba el que pasa es que tienes que hablar mucho con la Administración cubana para hacer negocios", explica el empresario.
Testigos de la noticia
Tanto la empresa de Bonavia como la de Casas son dos de las 49 firmas que en noviembre del 2016 participaron en la misión comercial organizada por el Puerto de Barcelona y la Generalitat, en que también participaron los consejeros Jordi Baiget y Josep Rull, en Cuba y también en el Panamá. La anécdota de la visita es que la muerte de Fidel Castro, una de las noticias más destacadas del año pasado, los cogió aterrizando en la isla caribeña. "Fue el comentario de todo el viaje, pero después a la práctica no nos afectó. Cuando nosotros salíamos de Cuba es cuando empezaba todo (en referencia a las celebraciones del funeral), pero la gente que se quedó porque quería aprovechar el viaje y hacer turismo, no pudo hacer nada porque se los cerraron todo", relata Xavier Casas.
Después de esta última experiencia personal, Bonavia opina que "la apertura es imparable, más lenta, pausada o paseada, pero es imparable porque hay una generación de gente joven que voces por las calles (todo y su bajo poder adquisitivo) que quiere conectarse con el mundo. Será más o menos lenta, pero creo que es imparable", argumenta.
Es el caso de la firma catalana Alfil Logistics, operador logístico integrado que habitualmente gestiona la logística del Grupo Damm y que, desde hace un año y pico, trabaja con Cuba. Para la firma, el negocio internacional representa un 16% de la facturación. El último mes del 2016 envió un total de 150 contenedores, una buena relación comercial que su responsable, Jaume Bonavia, considera que es resultado de la apertura del país. "Estamos viendo una apertura real, de hecho el último año en La Habana se está mejorando a marchas forcades: hay inversión extranjera, se están rehabilitando muchas casas, muchas fachadas, hay más actividad empresarial y se nota también en el tema turístico. Es lento, pero percibes que hay una apertura y que se están metiendo para abrir el negocio", explica a VÍA Emprendida. Según apunta, "Cuba tiene más sentido de estrategia que no de peso concreto, es una apuesta de futuro".
Por su parte, Xavier Casas, socio fundador de la empresa de transporte y logística barcelonesa Cargoflores SANO, ha empezado recientemente a trabajar con Cuba. "Hemos establecido una relación personal que no teníamos con quien ya estábamoscontacto vía e-mail y nuestro agente ya nos ha conseguido varias cargas de exportadores españoles para exportar hacia Cuba", explica el empresario.
Casas ha viajado al país recientemente en una misión comercial organizada por el Puerto de Barcelona, justificada porque las exportaciones catalanas cabe este país no han parado de crecer los últimos años. La consejería de Economía y Empresa apunta que el 2015 ha habido un crecimiento del 50% de las exportaciones respecto de los años anteriores y que se han logrado los 294 millones de euros, principalmente a sectores como maquinaria, pinturas y materias colorantes, materias plásticas, material eléctrico y vehículos.
En total, hay 1.032 empresas catalanas que están exportando actualmente en Cuba y el 30,5% de las ventas del Estado español en este país son de empresas catalanas. Ellas son las que pueden dar una visión más próxima del que se cuece en Cuba, puesto que tienen que pasar trámites y procesos que los hacen tratar de primera mano con el sistema. Es así como Casas apunta que "por la situación de Cuba, que se mueve bajo jurisdicción del Estado, no puedes mover uno peso o un euro sin supervisión. Todas son empresas compartidas entre el Estado y un socio cubano y esto ya te marca la pauta porque tienes que pasar por el Estado", apunta el directivo.
La relación con la Administración es también el que destaca Bonavia: "A todo el que son terceros países te tienes que adaptar a su legislación y entender sus peculiaridades. Cuba no es más diferente que el Brasil, incluso te diría que el Brasil es más complejo para poder hacer negocios porque tiene una situación fiscal totalmente diferente. En Cuba el que pasa es que tienes que hablar mucho con la Administración cubana para hacer negocios", explica el empresario.
Testigos de la noticia
Tanto la empresa de Bonavia como la de Casas son dos de las 49 firmas que en noviembre del 2016 participaron en la misión comercial organizada por el Puerto de Barcelona y la Generalitat, en que también participaron los consejeros Jordi Baiget y Josep Rull, en Cuba y también en el Panamá. La anécdota de la visita es que la muerte de Fidel Castro, una de las noticias más destacadas del año pasado, los cogió aterrizando en la isla caribeña. "Fue el comentario de todo el viaje, pero después a la práctica no nos afectó. Cuando nosotros salíamos de Cuba es cuando empezaba todo (en referencia a las celebraciones del funeral), pero la gente que se quedó porque quería aprovechar el viaje y hacer turismo, no pudo hacer nada porque se los cerraron todo", relata Xavier Casas.
Después de esta última experiencia personal, Bonavia opina que "la apertura es imparable, más lenta, pausada o paseada, pero es imparable porque hay una generación de gente joven que voces por las calles (todo y su bajo poder adquisitivo) que quiere conectarse con el mundo. Será más o menos lenta, pero creo que es imparable", argumenta.