La farmacia, la trinchera sanitaria

Los ciudadanos acuden a las farmacias para hacer consultas sobre el estado de salud mientras el sistema sanitario está saturado por el coronavirus

El cartel lluminós de una farmàcia, en una imagen de archivo | iStock
El cartel lluminós de una farmàcia, en una imagen de archivo | iStock
Barcelona
24 de Marzo de 2020
Act. 24 de Marzo de 2020

El impacto del Covid-19 llega también en primera persona a las farmacias catalanas. Las medidas de prevención, la modificación de horarios, los desdoblamientos de los equipos de profesionales que están al frente de estos establecimientos, cómo se tiene que actuar con el personal en prácticas... todo para atender a una población que sigue acudiendo a las farmacias para comprar medicamentos y productos de higiene, pero también para hacer consultas sobre su estado de salud.

 

"¿No tendré el coronavirus, no?", es la pregunta que se hacen ahora muchas personas ante unos profesionales sanitarios, unos 10.000 en Catalunya, que están actuando como barrera de contención en la primera línea del frente sanitario, contribuyendo a evitar que el sistema de salud se colapse. La oficina de farmacia y la información que da su profesional sanitario es un paso previo en muchísimas ocasiones a una consulta en el Centro de Atención Primaria (CAP) o una visita de urgencia al hospital.

Además de proporcionar al paciente argumentos fehacientes a una prescripción recibida y sobre la que le van surgiendo dudas, "el farmacéutico con su experiencia y la confianza que transmite refuerza la credibilidad del sistema sanitario", manifiesta Antoni Torres, presidente de la Federació d'Associacions de Farmàcies de Catalunya (FEFAC).

 

Esta tarea es tan o más importante que el alcance social que se deriva de ella en un contexto como el actual, en el que, debido a la propagación del Covid-19, el sistema sanitario está saturado y lo que hace falta es no presionarlo más y no recorrer a él si es prescindible. El Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB) ha alertado reiteradamente de esta situación ante el exceso de demanda de mascarillas o gel desinfectante y otros productos de prevención e higiene por la pandemia del coronavirus.

"Estamos proporcionando información veraz sobre lo que se tiene que hacer, insistiendo en que se tiene que cumplir estrictamente con el confinamiento que ha decretado la autoridad sanitaria, estamos adaptando nuestra sistemática interna de trabajo para garantizar la atención a todas las personas que acuden a nuestros establecimientos y advirtiendo de que no tiene sentido acaparar productos", recuerda Núria Bosch, vicepresidenta del Col·legi, que explica cómo las jornadas laborales de los equipos también se están ampliando y cómo la gente valora "el servicio extraordinario que estamos realizando".

"Estamos adaptando nuestro sistema para garantizar la atención a todas las personas que acuden a los establecimientos", según Núria Bosch

Conocer a la clientela

La red catalana de farmacias, configurada por 3.200 establecimientos, tiene una capilaridad enorme en el territorio, de forma que el 99% de la población tiene uno en su municipio. Por regla general, un mismo licenciado regenta una farmacia durante prácticamente toda su vida profesional, con lo cual tiene un conocimiento bastante profundo de su clientela. Se trata de una red altamente tecnológica que trabaja con un sistema centralizado que facilita la atención del usuario en cualquiera de sus puntos de venta. Esta realidad es el resultado de un modelo de sector –que también encontramos con algunas variaciones en países como Italia, Francia u Holanda- que viene regulado por ley y que entiende la farmacia como un establecimiento sanitario privado de interés público.

Estas ventajas le proporcionan la competitividad que se ha reafirmado en las últimas semanas y que permitirá a las farmacias ir resolviendo los problemas derivados de la aplicación del confinamiento, como por ejemplo la caducidad de las órdenes de prescripción médica para enfermos crónicos. Desde el Colegio y en coordinación con el Institut Català de la Salut (ICS), se está trabajando en la receta electrónica que tiene para la seguridad de los pacientes una serie de controles que comprueba la farmacia. Ahora, el objetivo es que el farmacéutico pueda valorar si una persona tiene que ir al médico sí o sí, o si puede continuar con la medicación, como medida excepcional para evitar que el paciente vaya al CAP y pueda continuar tomando la medicación.

Las farmacias podrán resolver problemas derivados de la aplicación del confinamiento, como la caducidad de las órdenes de prescripción médica para enfermos crónicos

A la espera de que esto pueda entrar en funcionamiento, "todos estamos haciendo lo que está en nuestras manos para que los pacientes tengan sus tratamiento al día y adecuadamente", concreta Núria Bosch. "Los farmacéuticos hacemos lo que hace falta y después, cuando haya pasado toda esta situación, ya veremos cómo lo gestionamos con la Administración", insiste Antoni Torres. Así, defiende que "ningún farmacéutico dejará colgado a un paciente", a pesar de advertir que los usuarios también tienen que entender que algunas veces no se pueden suministrar determinados fármacos o tratamientos que no son aconsejables para el enfermo: "Hay veces que tenemos que decir 'no' por criterio profesional".

Garantizado el suministro

No hay, ni se prevé, falta de suministro –más allá de estos cuatro productos que las personas por un comprensible miedo se han abalanzado a comprar-; las empresas de distribución tienen stock en sus almacenes. Lo que sí se detecta es quizás alguna "incomodidad" porque hay que esperar unas horas más para tener algún medicamento a disposición del paciente, pero aquí también las tecnologías y los nuevos sistemas de comunicación personal son una buena respuesta: las farmacias avisan a sus clientes por Whatsapp que ya les ha llegado el fármaco y les indican a qué hora lo pueden ir a recoger.

A través de la mesa del Centre de Coordinació Operativa de Catalunya (CECAT) se ha consensuado con los mayoristas que operan en Catalunya (Fedefarma, Alliance Healthcare, Hefame y Cofares) el protocolo para seguir para la distribución de pedidos de productos y medicamentos a las farmacias catalanas confinadas en la Conca d'Òdena.

Las farmacias también están intensificando el trabajo de sus propios laboratorios para, a través de su capacidad de hacer formulaciones magistrales y productos cosméticos, poder elaborar gel desinfectante, por ejemplo, "a un precio asequible", indican para evitar la especulación que se había generado en los mercados online.

Las farmacias han intensificado el trabajo en los laboratorios propios para hacer gel desinfectante y evitar la especulación de los mercados online

"Nuestro modelo de farmacia es un sistema de salud", un aspecto muy relevante para el funcionamiento del sector, como argumenta Torres y recuerda como la red de farmacias fue de las que más sufrió en los años de los recortes públicos. "Se nos llegaron a deber 460 millones de euros, pero nunca ninguna farmacia se negó a dispensar un medicamento, y lo estaba sufragando con su dinero".

Con el nuevo panorama, la patronal sectorial de farmacias pide que "las administraciones valoren lo que la farmacia está haciendo en estos momentos –como lo hacen otros colectivos de muchas áreas, la sanitaria básicamente-, lo que significa su tarea para descongestionar el sistema, para hacer frente al Covid-19", dice Torres. "Si la estructura del sector farmacéutico ha contribuido a minimizar los efectos de la pandemia y ha sido muy útil para el servicio sanitario, habrá que preguntarse si la mejor opción sería descapitalizarla, empobrecerla y hacerla más débil, porque todo esto tendría un impacto negativo en la sociedad", sentencia.

Europa tiene que reflexionar

Desde la Federació d'Associacions de Farmàcies de Catalunya (FEFAC) advierten que hará falta que, una vez superada esta sacudida sanitaria, Europa reflexione sobre algunos ámbitos de la sanidad y de la industria farmacéutica. Su presidente, Antoni Torres, expone que muchos países de la Unión Europea han decidido bajar los precios de los medicamentos, una de las razones por las que las compañías farmacéuticas han reducido sus ingresos y beneficios y el sector ha propiciado la concentración industrial por la vía de las fusiones y absorciones.

Un dels últims gels desinfectants que queden en una farmàcia | ACN

Uno de los últimos gels desinfectantes que quedan en una farmàcia | ACN

Automáticamente, se ha reducido el número de productores, y estos necesitan reducir sus costes de producción, de forma que una gran parte de la fabricación se ha deslocalitzado a Asia, básicamente. Así, actualmente China produce industrialmente el 80% de los principios activos del mundo y después la fabricación de las dosis se hace en la India.

Esta cadena de suministro que hasta ahora –con alguna excepción coyuntural- no se había interrumpido, se ha roto con la paralización de las producciones que por cierre de empresas se han hecho en los países asiáticos a raíz de los confinamientos de la población para afrontar el coronavirus. La situación puede tardar unos meses en recuperarse y situarse a niveles normales y también habrá una demora en los transportes y la entrega de pedidos.

Por otro lado, hay determinadas producciones que se ajustan mucho a la demanda. Hay que tener en cuenta que continentes como Asia o África están incrementando la demanda por la mejora de la calidad de vida y el poder adquisitivo de una parte de la población. Por estas razones, habrá que analizar si el sector farmacéutico en Europa –el continente del mundo con más calidad de vida y más longevidad y, por lo tanto, con más demanda de medicamentos- tiene que asumir una parte de la producción de medicamentos estratégicos.

Las farmacias, un sector en evolución

En el ámbito estatal, el sector de las farmacias se encuentra en constante evolución, como demuestran los datos del barómetro del sector que elabora anualmente el bufete Escura, en base a entrevistas con más de 100 farmacias del área metropolitana de Barcelona. El último informe –en referencia a datos de 2018- evidencia la consolidación de un proceso de cambio en los ingresos de las oficinas de farmacia que se inició hace 10 años y que determina que el 55% de las ventas provienen de productos libres y el 45% restante, de medicamentos.

El 55% de las ventas de las farmacias provienen de productos libres y un 45%, de medicamentos

Esta tendencia se incrementa según la capacidad de negocio de cada establecimiento. De hecho, según el citado informe, en las oficinas de farmacia de menos de 800.000 euros de facturación la venta libre supone un 50,20% y la venta de medicamentos, un 49,80%. En las que facturan entre 1,5 y tres millones de euros, los porcentajes se sitúan en un 61,81% de venta libre y un 38,19% de medicamentos.

En el conjunto de 2018, los principales indicadores del sector (ventas, gastos y márgenes) se mantuvieron estables en relación al año anterior y su beneficio bruto de explotación se situó en una media del 14%, mientras que los costes de personal fueron entre un 11% y un 15%, según la dimensión del establecimiento.

La media del sector determina que una oficina de farmacia destina un 13,10% de los ingresos a gastos de personal, un 65,35%, a compra de productos y medicamentos, y un 7,68% son gastos de explotación (suministros básicos, alquiler, mantenimiento, servicios profesionales diversos...).