Con la llegada del otoño, se celebra la Castanyada, una festividad que coincide con el Día de Todos los Santos. Esta celebración es una oportunidad para recordar a los seres queridos que han partido, además de ser un momento comercial importante, especialmente para la venta de castañas y panellets. Uno de los establecimientos más icónicos es el de Oriol Ginés, situado en Mollerrussa, en la carretera Nacional 2, frente a la iglesia y cerca del Ayuntamiento. Este negocio, que lleva más de cuarenta años abriendo sus puertas desde principios de octubre hasta dos semanas después de la Castanyada, representa la tercera generación de castañeros de la familia.
Según Joaquim Soler, responsable del Centro de Manipulación de la Castaña de Viladrau y única productora catalana de castañas situada en el Parque Natural del Montseny, este año prevén igualar las ventas de castañas respecto al año pasado. "Nosotros contamos con unas 12 toneladas, es lo que tenemos previsto, pero aún estamos en pleno proceso de cosecha", afirma. La empresa cultiva sus castañas en una finca propia y se enorgullece de ofrecer un producto 100% local. Soler destaca que la calidad de las castañas de este año es excelente y difiere de la del año anterior. "Como no hemos tenido temperaturas tan altas, el Valuminus, uno de los insectos que afecta la castaña, no ha encontrado las condiciones idóneas para desarrollarse, y, por tanto, la calidad es muy buena", añade.
Este negocio, que lleva más de cuarenta años abriendo sus puertas, representa la tercera generación de castañeros de la familia
En cuanto al precio, Soler comenta que trabajan con tres calibres de castaña, ajustándose a las preferencias de los clientes. "Nosotros vendemos mallas de medio kilo, y este año los precios son de 4,50, 5,50 y 7,50 euros, según el calibre", explica. Además, resalta que el año pasado sufrieron muchas pérdidas, pero este año no han experimentado tantas. "Ha habido una pequeña variación en los precios debido a la buena calidad, por lo que hemos decidido hacer un pequeño ajuste a la baja", añade.
Ginés recuerda que, años atrás, se podían vender muchos más kilos de castañas al día. Ahora, afirma: "Un día normal podemos vender entre 40 y 60 kilos", lo que supone aproximadamente entre una tonelada y media y dos toneladas por temporada. "El año pasado fue un año nefasto porque la calidad era muy mala. En cambio, este año, la castaña está saliendo buenísima. Por tanto, la venta dependerá de cómo vaya la cosecha", añade.
El valor de una tradición que resiste a las nuevas tendencias
La castañera es un personaje icónico de la festividad, habitualmente representada como una anciana con una falda larga y un pañuelo decorativo en la cabeza. Se dedica a asar castañas sobre una brasa y las vende en paperinas de diario, convirtiéndose así en un símbolo inconfundible de la celebración. "Somos de los poquitos que quedan de la tradición de siempre. Cuando sales fuera, te das cuenta de que antes había más abuelos y abuelas; todos los castañeros nos conocíamos un poco. Ahora, lo que ves son paraditas de niños de los institutos que lo hacen para sacar un poco de beneficio estos días, o recién llegados que han tomado estas paradas como una especie de supervivencia. No hay esa tradición de antes. Quedamos cuatro contados, como quien dice, que lo soportamos más por amor a la tradición que por beneficio", confiesa Ginés.
Ginés (Castañero): "Quedamos cuatro contados, como quien dice, que lo soportamos más por amor a la tradición que por beneficio"
La situación de los panellets es bastante diferente. Para esta Castanyada, el Gremio de Pasteleros de Barcelona estima vender aproximadamente 11 millones de panellets artesanales. Esta cantidad reafirma su posición como el dulce estrella de la festividad, que no se ve afectada por la popularización de otras tradiciones como Halloween. Entre los más populares, los panellets de piñones son los preferidos, seguidos de los de coco y chocolate. En cuanto a los ingredientes, no se ha observado un aumento en el precio de productos como la almendra o el piñón, por lo que no se espera un incremento en el coste de los panellets. El gremio prevé que cada familia gastará entre 20 y 22 euros.