Hace años que los aviones han dejado de ser la forma prioritaria de viajar entre Barcelona y Madrid, y el concepto del Puente Aéreo se ha diluido con la aparición del AVE español (un servicio específico de Renfe), el Ouigo francés y el Iryo hispanoitaliano. ¿La cuota de mercado? Un 82 % para los trenes y el 18 % restante para los aviones. Como consecuencia, el fin de un monopolio aeroportuario con décadas de historia.
En primer lugar, el servicio de Puente Aéreo fue inaugurado por Iberia en 1974 para comunicar Barcelona y Madrid por avión. Esta semana cumple 50 años, a pesar de la competencia que ha surgido tanto en el aire como en el ferrocarril. Durante su inauguración, el tráfico aéreo entre ambas capitales se caracterizaba por una elevada concentración de pasajeros en horas determinadas y por un considerable porcentaje de viajeros que no se presentaba a sus vuelos con reserva. ¿La solución? El nacimiento de un sistema totalmente nuevo en Europa, inspirado en otros casos existentes en Brasil y en Estados Unidos, en el que el pasajero podía comprar su billete y salir en el primer avión disponible, sin reserva.
Iberia tuvo el monopolio del corredor durante 20 años y, con la posterior liberalización del mercado aéreo, la escandinava SAS y las españolas Air Europa y Spanair ofrecieron nuevos servicios. Durante los años posteriores hubo varias denuncias cruzadas por el uso exclusivo de la marca Puente Aéreo, y finalmente, fruto de varias sentencias, fue adoptada por todas las aerolíneas.
Con el Puente Aéreo, el pasajero puede comprar su billete y salir en el primer avión disponible, sin reserva
Actualmente, y tras muchos giros de guion, Iberia opera el servicio en solitario y ofrece 86 vuelos semanales en cada sentido (172 en total) entre Barcelona y Madrid. Es decir, entre semana se operan 14 vuelos diarios de media y también cada día del fin de semana. La compañía ha recuperado la capacidad prepandemia y compite contra la alta velocidad ferroviaria, que ha incrementado su oferta en los últimos años con la llegada de los nuevos operadores Ouigo e Iryo. Desde la liberalización del transporte ferroviario, efectuada en 2021, el tren ha ganado 20 puntos porcentuales de cuota sobre el avión en esta ruta.
La apuesta por un nuevo corredor con Andalucía
Actualmente, tres de cada cuatro desplazamientos entre Barcelona y Madrid se realizan por vía férrea en lugar de en avión. Para hacerse una idea, algo similar podría ocurrir en un futuro entre Barcelona y Sevilla, que es considerado como uno de los corredores con mayor potencial de crecimiento en Europa, según un estudio elaborado por el Laboratorio de Políticas de Transporte Traspol de la Universidad Politécnica de Milán. En cuanto al recorrido Barcelona-Valencia, lo consideran una posibilidad futura, más que a corto plazo, debido a una infraestructura inexistente.
Barcelona-Sevilla es considerado como uno de los corredores con mayor potencial de crecimiento en Europa
En este momento, desde Barcelona se puede viajar a la capital andaluza gracias a cuatro circulaciones diarias por sentido, dos de ellas operadas por Renfe y las otras por Iryo, con una duración de seis horas. En cuanto al avión, operado por Vueling y Ryanair, hay nueve vuelos por sentido, con un tiempo medio de 1 hora y 40 minutos. Entre las ventajas del trayecto ferroviario destaca que los trenes también paran en Tarragona y Lleida, lo que facilita el viaje para los habitantes de la zona, que no tienen que desplazarse hasta el aeropuerto de El Prat.
Los principales puentes aéreos de Europa, entre Francia y Alemania
Como curiosidad, entre los puentes aéreos con más tráfico de Europa está el que une París con Toulouse (2,35 millones de pasajeros al año), dado que la conexión no está bien enlazada por la red ferroviaria de alta velocidad, y el trayecto puede durar más de 5 horas y 30 minutos, según cifras de Eurostat. Además, en 2006, el corredor aéreo Barcelona-Madrid llegó a ser la línea regular de avión más transitada del mundo.
En tercer lugar, está la ruta entre París y la Costa Azul, con una situación similar a la de Toulouse, específicamente con el aeropuerto de Niza. En cuarto lugar, están Roma y Catania, con poco más de dos millones de pasajeros. En quinto y sexto lugar figuran varias ciudades alemanas, como Múnich y Berlín, junto con Frankfurt y Berlín. Después están Atenas y Tesalónica, Hamburgo y Múnich, Barcelona y Palma, y, finalmente, Heathrow y Dublín.