
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado medio punto el crecimiento de la economía mundial para este 2025 y lo ha situado en el 2,8% por el impacto de la guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El organismo ha publicado este martes una actualización de sus previsiones de enero y justifica que con el plan de aranceles del magnate norteamericano las tensiones comerciales han alcanzado tasas “no vistas en un siglo”. Es por este motivo que el FMI insiste en decir que la “rápida” escalada tendrá un impacto “significativo” en la actividad global, a la vez que “hace más difícil” hacer predicciones “coherentes”. Para 2026, el FMI ha recortado el crecimiento hasta el 3%, tres décimas menos respecto a enero.
El documento publicado este martes parte de la información disponible hasta el 4 de abril, días antes de que entraran en vigor los llamados aranceles “recíprocos”. En cualquier caso, las cifras de crecimiento tanto del ejercicio actual como del próximo se sitúan por debajo de la media histórica (2000 – 2019), que es del 3,7%. Para la economía española, el FMI mantiene el crecimiento en el 2,5%, entre los más altos de la eurozona.
En cuanto a la inflación, el organismo internacional cree que disminuirá a un ritmo “ligeramente más lento” de lo previsto en enero, hasta situarse en el 4,3% en 2025 y en el 3,6% en 2026. En ambos casos se trata de una décima más respecto a los últimos pronósticos. En las economías avanzadas, el FMI ha elevado cuatro décimas en comparación con las últimas previsiones, hasta el 2,5% para este 2025. En cambio, en los mercados emergentes ha hecho “ligeras” revisiones a la baja.
El FMI concluye que existe una “mayor inestabilidad financiera”, que puede incluir “daños” al sistema monetario internacional. Asimismo, indica que una “desescalada” de los planes arancelarios anunciados en un principio y acuerdos comerciales pueden aportar “claridad y estabilidad” en las políticas comerciales, que pueden “mejorar” el crecimiento global.
“El camino a seguir exige claridad y coordinación”, apunta el organismo internacional. “Los países deben trabajar de manera constructiva para promover un entorno comercial estable y previsible, facilitar la reestructuración de la deuda y abordar retos compartidos”, sentencia.