Foment del Treball ha pedido al Govern que no convierta en definitivo el impuesto temporal a las energéticas. En un comunicado, la patronal catalana ha calificado la acción de "discriminatoria" y de un "ataque al corazón de la economía", puesto que considera que la medida se aplicó en un contexto de excepcionalidad, a causa de la gran subida de precios en el sector ocasionado por la guerra de Ucrania.
Dos años después, mantener esta tasa sería una "maniobra confiscatoria" para la entidad presidida por Josep Sánchez Llibre. En este sentido, ha pedido al Ejecutivo de Salvador Illa que haga todo lo posible para evitar que el gobierno español apruebe el impuesto de manera definitiva. "Este gravamen a la actividad energética es una carga a la industria que compite en los mercados internacionales", ha asegurado Foment. El ente ha recordado que la medida "no tiene ningún carácter redistributivo" y que se convertiría en una "afectación negativa" para la competitividad de la industria.
El polo químico de Tarragona, un gran afectado
De hecho, la patronal ha subrayado que algunas compañías energéticas catalanas verían "en riesgo sus inversiones y planteamientos a futuro". Y ha enumerado algún ejemplo: el futuro del polo químico de Tarragona que, según Foment, "aumentaría la dependencia energética española del extranjero" y "enquistaría los planes de transformación energética del país".
Más allá de las consecuencias, la patronal también alerta del "ataque" que supondría la medida para la seguridad jurídica y regulatoria del país. Para Fomento, este impuesto forma parte de un "tipo de políticas agresivas" con una intención "recaudatoria" enmascarada de "ideología". Finalmente, recuerdan que el gravamen también tendría un efecto en la ciudadanía catalana, puesto que "elevaría el precio del gasóleo, gasolina y derivados".