La revolución tecnológica, el cambio climático, las variaciones demográficas, la irrupción de nuevas potencias económicas mundiales y el adelanto de los países emergentes y sus clases medias son algunas de las tendencias economicosocials que marcarán el futuro a corto plazo por los cambios disruptivos que provocarán. Y es en estos campos en los cuales se centrarán las oportunidades de negocio y de progreso y es por eso que se han convertido en las áreas de inversión en que se fijan las gestoras de fondos.
Casi todas las gestoras de fondos han lanzado productos basados en este modelo de inversión en renta variable, que el mundo financiero denomina como inversión temática, porque creen que no se trata de una simple moda financiera sino que defienden que son un tipo de instrumento de ahorro que ha venido para quedarse, puesto que proporcionan rentabilidades positivas y sostenidas en el largo plazo.
"La tarea de un gestor de fondo es identificar estas tendencias y que serán las compañías que se verán beneficiadas para poder diseñar una buena cartera de inversión", explica Gabriela Guerrero, de BalckRock. Entre las megatendencias –como denominan las gestoras a los segmentos industriales o de servicios en claro progreso- se sitúan la innovación tecnológica, en cuanto que configura la tercera revolución industrial mundial, el envejecimiento de la población, el traspaso del poder económico de las grandes potencias actuales a las emergentes, el cambio climático y la cada vez más fuerte concentración de la población en zonas urbanas.
"Nos encontramos en la fase final del ciclo económico, pero no hay que disparar las alarmas ni es necesario desinvertir porque el crecimiento se mantendrá"
"Son oportunidades que menudean en los mercados y que para un inversor prudente pueden dar rentabilidades a largo plazo", defiende Ana Claver de Robeco Iberia, que recuerda que "el futuro de la inversión implica saber equilibrar la rentabilidad, el riesgo y el impacto". Con esto quiere decir que optar por valores que respondan a los nuevos criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno de las compañías que reclama la sociedad y evitar colocar los ahorros en negocios controvertidos o que contravengan principios éticos es el que da pie a la inversión temática, que "todo inversor acabará integrando en sus criterios a la hora de destinar sus recursos a los mercados".
Esta selección de elementos será esencial para configurar carteras consistentes y rentables, según varios responsables de fondos que han participado en la jornada Nuevas tendencias: en vanguardia de la inversión, que ha organizado Ibercaja. Cristina Gavín, responsable de Renta Fijo y Gestora de Fondo de Ibercaja Gestión, expone que la clave es la diversificación de la inversión en varios tipos de activos, diferentes áreas geográficas para mitigar los posibles riesgos de extremas volatilidades y la permanencia de las inversiones evitando bruscas entradas y salidas de los mercados.
"La tarea de un gestor de fondos es identificar estas tendencias y qué serán las compañías que se verán beneficiadas para poder diseñar una buena cartera de inversión"
Gabriela Guerrero argumenta que en estos momentos, a pesar de la incertidumbre que parece que se ha apoderado de los mercados en este inicio del último cuatrimestre del año, los próximos meses todavía habrá recurrido al alza de los valores. "Nos encontramos en la fase final del ciclo económico pero no hay que disparar las alarmas ni es necesario desinvertir porque el crecimiento, a pesar de que lento, se mantendrá los próximos meses, entre otras cosas, gracias a las intervenciones del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal", concreta. Hace mención también a la negativa evolución de los mercados durante el último cuatrimestre de 2018 y, contrariamente, el buen comportamiento que los mercados han acumulado a lo largo del 2019. No resta importancia, pero, a los riesgos como la guerra comercial abierta entre los Estados Unidos y la China, el proceso del Brexit, la acentuada desaceleración de algunos sectores industriales, y los diversos conflictos políticos en determinadas zonas del mundo.
Sin embargo, Guerrero se muestra optimista porque lo que muestran los últimos indicadores económicos publicados es que la economía no ha entrado en recesión sino que se ha iniciado un ciclo de desaceleración, especialmente en la zona euro, mientras que los Estados Unidos -a pesar de los riesgos - mantienen un leve crecimiento del 2,3% del PIB y los mercados emergentes muestran diferentes dinámicas pero en conjunto muestran economías al alza y con tasas de inflación muy controladas. En definitiva, el crecimiento de la economía muestra síntomas de agotamiento, pero no de decrecimiento.