La Comisión Europea ha aprobado los Planes de Recuperación y Resiliencia dotados en 750.000 millones de euros. Los Estados miembros disponen de un 90% de estos fondos a través de los mecanismos de recuperación y resiliencia (MRR), unos 45.000 millones de euros en fondos REACT-UE, y unos 30.000 millones de euros del Horizon Europe 2030.
De estos fondos, el Estado español recibirá en los próximos seis años unos 140.000 millones, fondos vinculados a la transición digital, transición verde, cohesión social y territorial e igualdad; de los que 126.000 serán a través de los MRR. Estos fondos parece que serán gestionados en participación y gobernanza con las CCAA y los ayuntamientos.
Catalunya recibirá casi 1.500 millones de euros del fondo React-UE. El Govern de Catalunya ha presentado unos treinta proyectos, entre ellos, en el ámbito de despliegue de infraestructuras digitales, que permitirán definitivamente la transición a una economía digital. El objetivo es doble: por un lado, mejorar la conectividad digital para mejorar los servicios a la ciudadanía y la competitividad de nuestras empresas, y por el otro vertebrar digitalmente el territorio. La finalidad es garantizar un punto de presencia de acceso de alta capacidad en todos los municipios y las ZAE, donde impulsar proyectos de transformación digital. El Govern de Catalunya, a través de la Conselleria de Polítiques Digitals i Territori, ha iniciado el programa con una dotación económica contemplada en los presupuestos del 2022.
Por otra parte, el Área Metropolitana de Barcelona, entidad supramunicipal que impulsa proyectos de transformación, está trabajando para permitir en las administraciones municipales de la metrópoli la gestión de espacios públicos, la gestión de las Rondas, mejorar la movilidad urbana y optimizar el tratamiento de los residuos. El AMB impulsa la transformación energética y la movilidad con el objetivo de reducir las emisiones generadas por el transporte, que representan el 80% de la contaminación.
El AMB ha presentado programas con la participación de los ayuntamientos metropolitanos como empresas privadas, logrando una cifra total de unos 2.500 millones de euros, que incorporan una parte importante de los fondos europeos. El AMB ayudará a los ayuntamientos a cumplir la ley de cambio climático, que comportará que los municipios de más de 50.000 habitantes tengan zonas de circulación en las que se veta a los vehículos más contaminantes.
Los fondos europeos son una oportunidad para ejecutar estas grandes inversiones, pero hace falta la implicación y participación de las empresas
Es evidente que estos fondos europeos son una oportunidad para ejecutar estas grandes inversiones, pero hace falta la implicación y participación de las empresas. La colaboración público-privada (CPP) es clave para abordar con solidez la recuperación. En este sentido, la CPP es un elemento básico para acelerar inversiones estratégicas. La CPP, siempre con la preservación de los intereses públicos, permite controlar el déficit público, la financiación y las inversiones, mediante la participación del sector privado y permite multiplicar las inversiones e impulsar su financiación.
En épocas actuales de limitación de inversiones, la CPP es especialmente necesaria, puesto que aporta eficiencia en su ejecución y nos asegura el coste de innovación y mantenimiento. La CPP, en la mayoría de los casos, no impacta en el déficit público, puesto que se esponjan las inversiones en el tiempo y permiten mejorar la eficiencia y poder anticipar la disponibilidad de infraestructuras.
Para dar respuesta a esta modalidad hace falta una gobernanza clara en las estructuras y en los modelos de contractación
Para dar respuesta a esta modalidad hace falta, pero, una gobernanza clara en las estructuras y los modelos de contractación, sobre todo en los plazos. Las licitaciones de las CPP se tienen que responder con una lógica económica, una neutralidad técnica y una regulación adaptada.
La clave de éxito es que la Administración defina un marco de provisión de capital realista y un modelo que evite la actual fragilidad de los actuales esquemas de la colaboración. La adaptación de la CPP facilitará las inversiones por el despliegue de infraestructuras estratégicas, bajo un marco real y efectivo. Los fondos europeos NG son una oportunidad, pero hay que adaptar la contratación pública, mediante la actualización del marco para ejecutarlas, que no será fácil.