Las altas temperaturas y el stock acumulado son algunas de las principales razones por las que la venta de leña ha experimentado, en algunos casos, un bajón de un 50%, según fuentes consultadas por la Agència Catalana de Notícies. El vicepresidente del Clúster de la Bioenergia de Catalunya, Joan Romaní, reclama a la Generalitat más ayudas para minimizar el impacto negativo. En este sentido, el dirigente considera que "hay una competencia desleal de la bonificación del gasóleo de calefacción". Los vendedores de leña están muy preocupados, puesto que este año la demanda de este producto es muy baja. El gerente de Biomassa Forestal Anoia, Josep Tomàs, explica que están sufriendo un bajón del 50% respecto al año anterior porque ya acumulan dos inviernos sin frío.
Tomàs recuerda que el año pasado hubo una "sobredemanda", ya que "mucha gente entró en pánico al oír en las noticias que podría haber restricciones de luz y gas". "El 10 de octubre del pasado año ya tuvimos que decir que 'no' a mucha gente para proteger a nuestros clientes porque nos estábamos quedando sin material", recuerda. Este año, en cambio, tienen el almacén "lleno de material en buenas condiciones" mientras que en un año normal por estas fechas ya tendrían dificultades para suministrar leña. Romero reclama a las administraciones que "compensen" la bonificación del impuesto al gasóleo de calefacción con "más ayudas para las calderas de pellets y astilla" y también que "los trámites sean mucho más simples". "Pedimos que el dinero se reciba inmediatamente y no con un tiempo incierto y también que los trámites sean mucho más simples y no tan cargantes", concluye.
En Novalia Sinergie, empresa ubicada en la Pobla de Claramunt (Anoia), se dedican a la venta de pellet. La firma factura 14 millones de euros y exporta un 60% de sus productos, principalmente a Italia y Francia. En la empresa de Osona Trabajos Forestales Presegue -que se dedican a hacer todo el proceso de la madera ya vender leña, tronco y astilla- cifran el bajón en las ventas en un 50%. Aseguran que "no hay demanda" porque "el pasado año mucha gente compró más de lo que necesitaba y todavía tienen leña en casa". "Si no viene el frío será un año muy malo", lamenta Jordi Presegue, quien dice que, en su caso, han podido recolocar a los trabajadores a realizar trabajos en el bosque.