En 2020 no se pudo celebrar el foro anual de la FemCAT (la Fundació d'Empresaris de Catalunya) debido a la covid-19. Este 2021, sí ha tenido lugar; ha sido este jueves en un acto presencial en el recinto modernista Sant Pau que se ha podido seguir por internet en directo. Después de 10 ediciones en las que expertos de varios ámbitos han debatido sobre paro, riqueza y aprendizaje, entre otros, la protagonista de este undécimo foro ha sido la sociedaddigital. La presidenta de FemCAT, Elena Massot, ha justificado la decisión durante su intervención inaugural: toda la aceleración que se ha producido durante el año de pandemia se ha incluido en las diferentes ponencias y mesas redondas de la jornada.
Y es que en este 2020 pasado, la ciudadanía ha hecho un cursillo acelerado de digitalización. La directora general de Societat Digital del Govern, Joana Barbany, lo ha resumido así: "Dicen que hemos evolucionado siete años de golpe en el consumo de internet". Ha participado en el segundo debate del acto, sobre derechos y responsabilidades digitales. Barbany ha destacado las desigualdades que provoca la tecnología, un fenómeno que se ha podido ver especialmente este 2020. A pesar del esfuerzo de buena parte de la ciudadanía en la digitalización del trabajo, las relaciones humanas y el consumo, la también vicepresidenta de la Agència de Ciberseguretat de Catalunya ha avisado: "Si no nos obliga una pandemia, no lo hacemos".
Barbany ha destacado tres tipos de brecha digital que afectan a la población en función, principalmente, de los recursos. "Si hasta ahora la vivienda era el elemento de desigualdad más relevante, ahora podemos decir que el hecho de no estar preparadas digitalmente hace que las personas se queden atrás", ha explicado. La brecha de acceso a la tecnología, del uso y del conocimiento son las tres que ha destacado. ¿Cómo se pueden reducir? La Generalitat trabaja en cuatro líneas: la gobernanza digital ("antes de hacer políticas tenemos que analizar la situación actual y definir objetivos"), las infraestructuras y accesibilidad (a la fibra óptica, entre otras), la capacitación digital y la competitividad (muy ligadas al talento y la formación) y el acompañamiento y comunicación (que toda esta información llegue a la mayor parte de los ciudadanos posible).
"A nadie se le ocurre cerrar la oficina de una empresa sin un mandato judicial, pero sí una página web", recalca Simona Levi
Pero además de asegurar el acceso al ámbito digital, se tiene que prestar atención a los derechos de los usuarios. La directora de la asociación X Next, Simona Levi, también ha participado en la segunda mesa redonda de la jornada. "Lo que se tiene que hacer es coger los derechos de toda la vida y aplicarlos al espacio digital; no puede ser que las conquistas que ya se han hecho en el ámbito físico, como la libertad de expresión, las obviemos en el ámbito digital", ha reclamado. Y ha puesto ejemplos concretos. "A nadie se le ocurre cerrar la oficina de una empresa sin un mandato judicial, pero sí una página web", ha añadido. Otro ejemplo son las cookies. Levi considera que "no tendríamos que decir que no nos rastreen nuestros datos, sino que por defecto no lo tendrían que hacer y solo si una persona quiere, tiene que ser esta quien lo pida".
Levi, que ha participado en la elaboración de la carta catalana para los derechos y las responsabilidades digitales, ve "peligrosa" la narrativa actual que prevalece sobre la tecnología: "Estamos entre la tecnofobia -los peligros de internet- y el tecnosolucionismo -que internet es la solución de todo-". Pero esta "esquizofrenia" no es exclusiva de los ciudadanos. Lo que más preocupa a Levi es que son las propias administraciones quienes se mueven entre los dos discursos y contribuyen a aumentar la confusión.
A medio camino de la revolución laboral
Otro ámbito que ha sido sometido a cambios profundos durante la pandemia es la manera de trabajar. Pero el consultor y divulgador Albert Cañigueral, tercer participante en la segunda mesa redonda del Fòrum FemCAT, no se ha centrado en el teletrabajo, sino en la evolución de las maneras de trabajar. El experto en el futuro laboral ha repasado cómo había sido tradicionalmente la carrera de cualquier persona: "Mi padre firmó solo un contrato en toda su vida". Este modelo se fundamenta en un tipo de organizaciones que son una suma de personas en un entorno cerrado que concentra el talento y en que hay una jerarquía.
Albert Cañigueral vaticina que, en un futuro, las relaciones de trabajo serán muy diferentes: "Tendremos una fuerza laboral híbrida con talento bajo demanda"
Estas situaciones de una relación laboral con una sola empresa son muy poco frecuentes. La evolución ha llevado hacia tener varios trabajos en varias empresas a lo largo de una carrera. "En estos casos tenemos organizaciones permeables, con talento interno y externo que resulta en una suma de capacidades", ha relatado. Pero actualmente el mercado laboral se encuentra en un momento que Cañigueral define como no more, but not yet, es decir, "ya no, pero todavía no". "Estamos en un momento entre dejar atrás las organizaciones tradicionales y en que todavía no han llegado los nuevos modelos; es una posición un poco incómoda", ha dicho.
¿Cuál será el futuro? A pesar de que el consultor y miembro del colectivo OuiShare asegura que "tengo más preguntas que respuestas", hace un esbozo de lo que vendrá. Lo define como "una fuerza laboral híbrida con talento bajo demanda". Esto quiere decir que la organización será por ecosistemas y los equipos trabajarán por proyectos, según vaticina. De hecho, apunta que ya hay empresas que han empezado a aplicar modelos similares, como es el caso de Novartis, que tiene una directora de "fuerza de trabajo externa". Las relaciones laborales ya no tendrán que ser de asalariado y empresa. Estas formas de trabajar, de momento, no están contempladas por la ley. Es por esta razón que Cañigueral pide que "sean reconocidas normativamente", pero también narrativamente, que empiecen a ser una opción válida en el imaginario de los ciudadanos.
El caso de la inteligencia artificial
El resto de mesas redondas del acto de FemCAT han girado en torno a las herramientas digitales y las políticas públicas y a las oportunidades empresariales. Pero el discurso inaugural de la jornada ha sido a cargo de Pekka Ala-Pietilä, el presidente del grupo de expertos de alto nivel sobre inteligencia artificial de la Unión Europea, que se ha conectado telemáticamente desde Helsinki. Se ha centrado, como no podía ser de otra manera, en esta tecnología de la cual la UE no es pionera. Ala-Pietilä ha explicado que tanto Estados Unidos como China invierten mucho en inteligencia artificial (IA) y que Europa ha quedado un poco atrás.
"La inteligencia artificial no es una ciencia objetiva, sino que refleja los valores y las conductas que tenemos en nuestras sociedades", según Pekka Ala-Pietilä
Aún así, ve potencial de crecimiento en indicadores como el número de investigadores en este campo: los europeos casi doblan los de EE.UU.. Para empezar, el experto ha puesto las bases de la IA. "La fuente de la inteligencia artificial son los datos y la distribución se hace a través de la infraestructura digital: esta es la santísima trinidad", ha explicado. También ha dicho de la IA que "no es una ciencia objetiva, sino que refleja los valores y las conductas que tenemos en nuestras sociedades". A pesar de la ventaja que llevan las dos grandes potencias mundiales en esta tecnología, Ala-Pietilä considera que Europa tiene un punto fuerte: el negocio de inteligencia artificial entre empresas.
Las claves para el éxito en este mercado son la velocidad y la ampliación de escala. En este sentido, considera que el talento y la ética de la propia IA tienen que estar en el centro del crecimiento. Pero también son importantes, para el experto, las alianzas público-privades. El apoyo que pueden dar las administraciones es indispensable para acelerar el ritmo. Pero donde rae el secreto es en aplicar la inteligencia artificial entre los gobiernos y los ciudadanos. Aquí, según Ala-Pietilä, hay una "oportunidad de oro".