Estas últimas semanas han sido semanas complejas, complicadas y sobre todo, de cambios que ninguno de nosotros, en las peores pesadillas, se podía imaginar... Nos hemos despertado con un virus que está cambiando nuestra vida cotidiana. Esta nueva "guerra" vírica ha puesto de manifiesto los diferentes caminos que los países han adoptado para gestionar esta crisis. La idea del confinamiento total ha incorporado cada vez más adeptos. Las consecuencias financieras, pero sobre todo psicológicas, que esta nueva situación tendrá sobre el futuro de las personas, las empresas y la sociedad son, hoy por hoy, incalculables. Es evidente que no existe una sola vía y que otra vía es posible, como lo demuestra Corea del Sur, Países Bajos, Bélgica, Alemania y Noruega, entre otros países, fijando medidas de convivencia obligando a mantener distancias de seguridad, para poder seguir haciendo vida "casi" normal. Los Países Bajos , donde vivo, y que ha recibido numerosas críticas, ha optado por una vía más lógica, más de sentido común, rechazando de pleno la dictadura del confinamiento extremo, como acaba de reconocer la OMS, porque no soluciona el problema.
La idea de los Países Bajos es sencilla. De hecho es la que se ha aplicado en Corea de Sur. Una infección controlada. Desde siempre, la humanidad ha estao enfrentada a virus de todo tipo. Como la mayoría de este virus, el cuerpo humano es capaz de fabricar anticuerpos que nos inmunizan. De hecho, cada uno de nosotros somos una extraordinaria máquina de fabricar anticuerpos. Según las cifras reales, y no aquellas que generan angustia y miedos, la enorme mayoría de nosotros, cogerá el coronavirus sin darse cuenta de nada. De hecho, si miramos las cifras, veremos que el número de infectados, con relación a la población mundial, es muy baja. Por lo tanto, si cada persona sana es autoimmune al virus, lo que tenemos que hacer es concentrar todos los esfuerzos en proteger a aquellos grupos de riesgo como son las personas mayores (80% de los infectados), las personas con una fuerte carga viral o patologías para quienes cualquier virus, y esto es nuevo, puede ser mortal. Cuántas más personas hayan desarrollado anticuerpos, menos posibilidades hay que puedan contagiar al resto de la población. Un principio tan viejo como la Humanidad. El Primer Ministro Mark Rutte y el rey Willem Alexander han salido a la televisión para explicar la situación, enumerando los diferentes escenarios y sobre todo para explicar con toda claridad las medidas que se adoptarían para controlar este nuevo virus.
Algunas de estas medidas tienen que ver con el cierre de bares, restaurantes, y lugares públicos hasta el 6 de abril, porque son lugares muy concurridos. Durante este cierre, estos establecimientos de alimentación pueden seguir ofreciendo servicios para llevar a casa. Se han cerrado escuelas hasta el próximo 6 de abril, a pesar de que muchos creemos que se prolongará aprovechando la Pascua y las dos semanas de vacaciones de abril que aquí tenemos, para volver a enganchar a principios de mayo. A pesar de que la economía no ha quedado completamente parada, las consecuencias del virus han llevado al Estado a condonar, aplazar sin intereses, facilitar la liquidez a través de ayudas directas a personas, autónomos y pymes (un colectivo importante y muy mimado), aplazando impuestos sobre la renta, impuestos municipales, como el agua de 800 euros/año, impuesto de circulación de unos 1.000 euros anuales, acelerando el pago del IVA negativo, que en este país no se compensa, sino que se ingresa veinte días después de hacer la declaración trimestral.
"A pesar de que la economía no ha quedado completamente parada, las consecuencias del virus han llevado al Estado a condonar, aplazar sin intereses, facilitar la liquidez a través de ayudas directas a personas, autónomos y pymes"
Por su parte, los bancos holandeses se han ofrecido, por iniciativa propia, a posponer el pago de hipotecas, créditos hasta seis meses, además de facilitar y relajar las concesiones de crédito de tesorería con carencias de 2 a 3 meses.
Para evitar posibles contagios, se ha fijado una distancia prudencial de 1.5 metros entre personas que no son familias, amigos, etc. Los supermercados han adoptado sus propias medidas, evitando el pago en efectivo, aislando a cajeras con un plexiglás de protección, marcando el suelo con líneas cada 1,5 m, para marcar distancias en las colas, se ha fijado la obligación de coger un carro de la compra que obliga a mantener esta distancia de seguridad. La última medida adoptada es avanzar la hora de apertura habitual de 8 a 7 horas de la mañana.
"A los supermercados la última medida adoptada es avanzar la hora de apertura habitual de 8 a 7 horas de la mañana"
Finalmente, y aquí está uno de los secretos que explica por qué las medidas adoptadas funcionan, tiene mucho que ver con el sistema holandés de salud, que es privado, y que utiliza los ambulatorios como primer filtro para determinar la gravedad de cualquier infección y, si hay que derivar el paciente hacia un hospital del país, evitando así el colapso de urgencias, como pasa en España. El otro punto importante es que el paciente puede ser enviado a cualquier hospital del país, en función de la disponibilidad de camas. Una gestión global que evita el colapso de algunas zonas mientras otras están infrautilizadas. El protocolo en casos como el que estamos viviendo también permite habilitar, en tiempo récord, habitaciones de hoteles convertidos en centros para enfermos.
Todas estas medidas, que todos hemos entendido y que una gran mayoría hemos hecho nuestras, son las que tienen que permitir mantener una vida "casi" normal. Salir a pasear al bosque, a la playa, ir a casa de familiares, o amigos...
Los Países Bajos son un país pequeño y desconocido para muchos, lleno de tópicos sobre los coffee-shops del barrio Rojo, casas sin cortinas y holandesas risueñas. En realidad son personas transparentes, claras, directas en su forma de hablar y de ser, que choca a muchas personas de fuera y que se refleja en las tertulias televisivas, en las entrevistas a políticos sin preguntas pactadas, donde cualquiera puede preguntar y exigir una respuesta. Esta manera de ser es la que exigimos a los políticos con discursos y contenidos claros y directos, denominando las cosas cómo son. Hablar por hablar no está en el ADN holandés.
Es por eso que tenemos una gran confianza en las instituciones y en las informaciones que nos dan, porque sabemos que están hechas con claridad, contando con expertos que los políticos escuchan, y que son la única fuente fiable que consultamos.
A diferencia de lo que pasa en España o Italia, no nos creemos a los tertulianos mediáticos "hiperventilados", mensajeros del Apocalipsis, de la catástrofe humanitaria, que acaban generando más miedos y más angustias y que sólo sirven a sus propios intereses de fama. Una fauna que últimamente tiene mucho trabajo paseándose por los platós de televisión y radio de Catalunya y España. Es el mal endémico de la desinformación, donde hacemos más caso a los tertulianos multitareas, chillones que saben de todo sobre todos los temas, en lugar de escuchar a los profesionales.
Holanda es un país organizado, que procura no dejar nada al azar, donde la mayoría se siente responsable del perfecto funcionamiento de la sociedad, donde la convivencia, el vivir juntos, el barrio, las relaciones personales, el networking tienen una enorme importancia y que podemos resumir en su lema "Het Samenleven" (convivencia). La gran mayoría tienen una actividad de voluntariado en cualquier causa benéfica y eso explica por qué esta mayoría se ha implicado de pleno para que las medidas adoptadas por el Gobierno puedan ser un éxito. Lo hacemos también porque estas medidas son lógicas y porque somos conscientes que nuestra libertad de movimiento es responsabilidad de todos nosotros. No únicamente del Estado, ni de las instituciones. Es nuestra.
"Somos conscientes que nuestra libertad de movimiento es responsabilidad de todos nosotros. No únicamente del Estado, ni de las instituciones. Es nuestra"
Aún así, como en cualquier país, existe siempre una parte de la población que no es consciente de los hechos que le rodean y que acaban poniendo en peligro la perfecta convivencia y el éxito de estas medidas y, que podrían llevar el Gobierno a tomar medidas más estrictas, pero sin llegar al "lockdown "total. Será trabajo de todos nosotros combatir y denunciar este falta de civismo para poder seguir disfrutando de una vida diaria "casi normal" en las circunstancias que nos toca vivir.
Los Países Bajos es un país que funciona, los números son claros y los rankings lo demuestran, y del que podríamos aprender mucho, si quisiéramos. Es un país que ha sobrevivido a catástrofes naturales, que vive amenazado por el mar, pero que no espera tener el problema encima para empezar a tomar medidas. La prevención a todos los niveles es la clave de su éxito.
"Aquí no se espera a tener el problema encima para empezar a tomar medidas. La prevención a todos los niveles es la clave de su éxito"
Una situación como la que estamos viviendo todos y que genera angustia, estrés, miedos, nervios y crisis no se puede superar confinando a las personas en casa, sin poder comunicarse físicamente con los de su entorno. No quiero pensar en la sensación de impotencia del autónomo, del empresario, que está a punto de ver sus sueños y el futuro de su familia echado a la basura sin poder hacer algo. Es inhumano.
Los Países Bajos han tenido en cuenta los efectos psicológicos que un confinamiento tendría sobre las personas y por eso lo han rechazado como única medida para parar el virus, optando por responsabilizar a todos nosotros de hacer un pequeño esfuerzo para poder mantener una cierta normalidad. De nosotros dependerá que funcione.
Me sabe mal por todas las personas, empresas que conozco y las que no, y que están pasando por un infierno. Artur Mas dijo una vez quel le hubiera gustado hacer de Catalunya la Holanda del sur. Espero, de todo corazón que recuperéis el sentido común antes de que Catalunya y España se quede sin futuro...