Moody's avisa de que la posible fusión de Caixabank y Bankia no implicaría "de forma inmediata" la creación de una entidad más fuerte. En una nota publicada este lunes, la agencia de calificación crediticia apunta que las mejoras en eficiencia "tardarán un tiempo en materializarse" y que los costes de reestructuración relacionados con la operación serán "importantes". A la vez, alerta de que la rentabilidad de la entidad resultante quedará tocada "desde el primer momento". "Dada la situación macroeconómica en el Estado, los riesgos son elevados", añade, a pesar de que también apunta que ambos bancos han sabido mitigarlos viendo "su perfil de negocio" y "su experiencia en transacciones previas".
Por otro lado, Moody's también celebra que tanto Caixabank como Bankia hayan sabido "limpiar" sus respectivos balances de créditos de dudoso cobro y de activos tóxicos durante los últimos años. De hecho, y según los últimos datos presentados por las entidades a finales del primer semestre, la ratio de morosidad de Caixabank era del 3,5% y la de Bankia del 4,9%, unos niveles que se consideran bajos. A la vez, la agencia también valora positivamente la estrategia ya implementada por los dos bancos, basada en la reducción de costes, incluso antes del estallido de la pandemia.
A pesar de los buenos números que presentan las dos entidades, Moody's también alerta de que hay que tener en cuenta los múltiples conflictos judiciales que tiene abiertos Bankia por su salida a bolsa en 2011. "La sentencia se emitirá próximamente y el resultado es incierto", comenta la agencia. Finalmente, Moody's prevé que esta sea la primera de una "nueva oleada de consolidación" en el sector bancario para hacer frente a la poca rentabilidad que han experimentado las entidades durante los últimos años.