Semana de pocas noticias pero que curiosamente ha sido histórica. Este lunes el petróleo batió récords de bajadas y llegó a cotizar por debajo de los -40 dólares por barril. Sí, lo habéis visto bien, 40 dólares en negativo. Es decir, hay inversores que compraban petróleo y aparte de los barriles se llevaban 40 dólares por cada uno. Un hecho insólito.
"Hay inversores que compraban petróleo y aparte de los barriles se llevaban 40 dólares por cada uno"
Alguien que no conoce bien la dinámica de los mercados puede llegar a pensar que los inversores se han vuelto locos, pero lo cierto es que todo tiene una explicación. En primer lugar se tiene que saber quién compra y quien vende el petróleo, y cómo lo hacen. Los compradores son refinerías, que compran petróleo para transformarlo en productos derivados como la gasolina o el gasóleo. Los vendedores de petróleo son los extractores o productores, son aquellos que extraen el petróleo de bajo tierra para venderlo en los mercados.
Este petróleo se suele comprar y vender con un tipo de contratos que se llaman contratos de futuros (son instrumentos financieros). Básicamente son contratos que permiten comprar y vender el petróleo antes de haberlo extraído. Esto es beneficioso por las dos partes, puesto que cierran un precio que les convenga tanto en productores como refinerías, cosa que les permite planificarse con antelación.
En el caso de que hayas vendido un contrato de futuros, tendrás la obligación de entregar el petróleo en la fecha especificada. Contrariamente, en caso de que lo hayas comprado tendrás la obligación de recibirlo. Normalmente estos contratos se cierran meses antes de la entrega. El mercado de contratos es como el de acciones, pero en vez de cotizar acciones lo que cotizan son estos contratos de futuros, que en todo momento tienen un valor. Es importante saber que en caso de que no quieras hacer frente a esta obligación tendrás que hacer una operación contraria a la inicial. Esto quiere decir que si habías comprado un contrato de futuros, lo tendrás que vender al mercado. Al contrario, si lo habías vendido, lo tendrás que comprar.
Contratos de futuros del oro negro
Sabiendo como funciona el mercado de petróleo, ya podemos analizar lo que pasó. Cómo ya sabemos, la demanda de petróleo ha caído en picado debido a los confinamientos globales. Las refinerías, que desde hace meses tenían estos contratos de futuros, desde el inicio de la pandemia habían guardado el exceso de petróleo por la baja demanda de sus derivados en sus almacenes e instalaciones especializadas para guardarlo. Estas instalaciones son gestionadas para empresas que se especializan en guardar el petróleo, pero desde hace semanas que están al límite de capacidad y por lo tanto han aumentado los costes para guardarlo.
Viendo esta situación, el petróleo se empezó a guardar en lugares muy inusuales. Al ser más económico alquilar barcos petroleros para guardar el petróleo que las instalaciones específicas para hacerlo, se empezó a guardar en estos barcos. De hecho, muchos se encuentran atracados en la costa de Texas desde ya hace semanas llenos a rebosar del ya no tan preciado oro negro. Incluso se está guardando en trenes con vagones cisterna. Se tiene que pensar que alquilar estos vehículos es mucho más económico de lo normal por culpa de la baja demanda del sector de transportes.
Y uno podría preguntarse que por qué no se ha dejado de producir, y tenemos dos respuestas. La primera es la guerra del petróleo de la que ya habíamos hablado, en la que Arabia Saudí inundó el mercado de petróleo. A pesar de que ya se ha solucionado (tal como explicamos la semana pasada), la reducción de la producción no empezará hasta mayo. Por otro lado, no es tan fácil reducir la producción, y en muchos productores americanos les sale más a cuenta tener pérdidas temporalmente mientras mantienen la producción que cerrarla y volverla a abrir más tarde.
El petróleo no es como la leche
El caso es que este martes se cerraban los mercados de las entregas de mayo, y quien tuviera comprados contratos de futuros tenía la obligación de recibir los barriles. Cómo ya no sabían donde guardarlo, empezaron a producirse ventas masivas de estos contratos. Hasta el punto que pagaban a quién pudiera llevarse sus barriles que tenían encargados, puesto que les salía más caro almacenarlos que venderlos a precios negativos.
En otros mercados de futuros, como en el de la leche, antes de que pase esto los productores lanzan el producto. Esto pasó a principios de este mes ante la imposibilidad de vender la leche y que se volviera mala para el consumo. En cambio, en el mercado de petróleo no se puede hacer, puesto que tirar el petróleo en el medio ambiente significa contaminarlo. Por lo tanto, no puedes quedarte con el producto sólo por el simple hecho de que te paguen por tirarlo.
"De quien recibíamos buenas noticias es de Grífols. La empresa catalana puede ser una de las farmacéuticas que nos saque de este mal trance"
Todo esto arrastró las bolsas a la baja durante lo que quedaba de lunes y todo el día de martes. Miércoles se consiguió poner freno a las bajadas y la mayoría de bolsas estuvieron subiendo hasta el viernes. También ayudó que en Estados Unidos se anunciara jueves un plan para las pequeñas empresas por valor de 484.000 millones de dólares, cosa que hacía subir las ayudas económicas por el coronavirus en Estados Unidos a casi 3 billones de dólares. Finalmente, casi todas las bolsas cerraron la semana en negativo, pero es verdad que viendo como empezó la semana podría haber acabado mucho peor.
De quien recibíamos buenas noticias es de Grífols. La empresa catalana, que puede ser una de las farmacéuticas que nos saque de este mal trance (si, me refiero al virus), publicó los resultados del primer trimestre este lunes. Tuvieron unos beneficios de 186,4 millones, viniendo de los 114,4 en el mismo periodo del año pasado. Esto supone una subida de más del 60%. Esperamos que estos beneficios les ayuden a encontrar una vacuna o cura contra el coronavirus.