"Las piscinas municipales no se podrán llenar este verano si estamos en la fase actual de emergencia 1. Tenemos que meternos en la cabeza que no hay agua". Las declaraciones del conseller de Acció Climàtica, David Mascort, en TV3 el pasado 19 de febrero hicieron saltar todas las alarmas. La posibilidad de no tener piscinas este verano era más real que nunca. Un mes más tarde, las lluvias de Semana Santa amainaron la crisis de la sequía, pero entonces ya había encima de la mesa varias alternativas. Desde el Gremi d'Hostaleria de Lloret de Mar fueron los primeros y decidieron comprar a mitad de febrero una desalinizadora de un millón y medio de euros para poder llenar sus piscinas. El proyecto se impulsó de forma totalmente independiente, sin consultarlo ni con el Govern ni con la Agència Catalana del Aigua (ACA), pero puso en marcha una carrera contrarreloj para salvar la temporada de piscinas en verano.
Esta primera iniciativa nunca recibió el visto bueno de las instituciones. Todavía hoy la ACA asegura que está estudiando la alternativa. Recuerdan que está permitido el llenado de piscinas con agua de mar, siempre que estas no estén conectadas al alcantarillado, pero no ha habido ninguna respuesta oficial. Desde hace unas semanas, la conselleria de Acció Climàtica se ha sido reuniendo con los portavoces y líderes de la Federació de Municipis de Catalunya (FMC) y la Associació Catalana de Municipis (AMC), con la idea de encontrar una alternativa en que la Generalitat pueda delegar en cada consistorio de Catalunya la decisión de llenar o no las piscinas.
Hoteles y campings, los grandes afectados
Las palabras del consejero Mascort en febrero tenían matices. "Imaginemos que en un barrio no hay ninguna biblioteca, sala de lectura o espacios con aire acondicionado para refugiarse; en estos casos podríamos estudiar que la piscina municipal se convierta en refugio climático y entonces se podría llenar", apuntó. Sus palabras dejaban fuera a un conjunto de actores que dependen del agua para poder hacer negocio en verano: los hoteles, los campings o los parques acuáticos, entre otros. "Lo que está claro es que los campings tendrán disponibles las piscinas este verano, porque sin piscinas no hay campings. Buscamos alternativas viables, porque hay restricciones, pero las actividades se tienen que poder hacer", explican desde la Federació Catalana de Càmpings. Esta entidad representa el 70% del total de campings activos en Catalunya, el 83,5% de oferta de plazas y el 82,6% de los lugares de trabajos directos del sector.
De las tres partes mencionadas, sólo una recibió una exención: los parques acuáticos. A diferencia de hoteles y campings, este sector se consideraba cómo una industria y, por lo tanto, podía llenar sus piscinas y funcionar con normalidad. La decisión no gustó nada a los diferentes gremios de hostelería de Catalunya, que reivindicaron desde entonces que las piscinas solo comportan entre un 2% y un 4% del consumo total de agua en un establecimiento como los suyos.
De hecho, el sector hace tiempo que estudia métodos de ahorro energético y de agua con el objetivo de combatir el cambio climático y reducir gastos. La misma Federació Catalana de Càmpings ha programado este mes de abril su primer congreso para proponer medidas contra el cambio climático. Durante los últimos años se han instalado contadores sectorizados para tener muy claro el consumo por zonas y así evitar escapes de agua. También se han restablecido filtros y se han ideado formas de regenerar el agua, ya sea aprovechando el sobrado de las piscinas como aprovechando las aguas grises. Además, cuentan con pulsadores y carteles que recuerdan a los clientes la importancia de no derrochar agua. Todo ello se estudia y se guarda en un histórico de 20 años que sirve para poder analizar datos e introducir mejoras en la gestión gradualmente.
Un nuevo decreto para regular las piscinas, la solución de Acció Climàtica
Las reuniones entre los diferentes actores implicados desembocó en una nueva resolución en forma de decreto. La propuesta llegó el pasado sábado 13 de abril, cuando Acció Climàtica finalmente se abrió a llenar las piscinas catalanas. Eso sí, con condiciones: solo podrán hacerlo aquellas que fueran consideradas como refugio climático por parte del ayuntamiento de cada municipio, independientemente de sí sueño públicas o privadas. En el caso de las segundas, sus titulares tendrán que llegar a acuerdos con los respectivos gobiernos locales para definir sus usos. Aquellas que reciban el visto bueno, podrán usar la cantidad indispensable de agua para asegurar la calidad de la piscina desde un punto de vista sanitario.
Sin embargo, la letra pequeña del decreto es importante de cara al sector hotelero y de los campings. Como las piscinas pasarán a ser consideradas refugio climático, se tiene que garantizar que estarán abiertas a la ciudadanía. Además, el Govern irá complementando los permisos con modificaciones al plan de emergencia por sequía. Es decir, el agua que se use para llenar piscinas se tendrá que ahorrar y compensar por otro lugar. Una de las primeras medidas que se han adoptado ha sido el tope de 100 litros por persona y día a las plazas hoteleras que estén situadas en localidades con tres meses de incumplimiento de la dotación máxima. Actualmente, grandes ciudades como Barcelona y Girona tendrían que implementar esta medida.
Las piscinas podrán llenarse siempre que el ayuntamiento de cada municipio las considere refugio climático, con la condición de estar abiertas a la ciudadanía
Desde el sector llevaba tiempo apuntando a las duchas como el principal foco de derroche de agua, en lugar de las piscinas. A priori, lo máximo que ha fijado la Generalitat no se encuentra demasiado lejos de la media que algunos establecimientos han logrado gracias a las medidas antes mencionadas. Según un estudio realizado por la Asociación de Campings de Girona, el camping más eficiente tiene un consumo de agua de 130 litros por persona y día. Sin embargo, lo que propone Acció Climàtica ha generado opiniones dispares en el gremio. Mientras que el Gremi d'Hoteles de Barcelona celebra la noticia y tacha de "sensatas" las consideraciones del departamento, fuentes de la Federació Catalana de Càmpings las consideran "caóticas" y apuntan que las medidas no responden a las necesidades del sector, dado que el Govern no ha presentado ninguna solución directa y deja sin resolver cómo aportar agua a sus piscinas. Además, también critican que el decreto nazca a partir de "restricciones y no de propuestas", y lamentan no se haya equiparado a campings y hoteles con parques acuáticos en lo que se refiere a consideración de industria. "Hace años que los campings tenemos la misma función que cualquier parque acuático, y así debería considerarse", protestan las citadas fuentes.
La cuestión de las desalinizadoras, sin resolver
En cuanto a las desalinizadoras, el decreto delega la decisión final de nuevo a los ayuntamientos y la ACA. Sí dice que para utilizar una alternativa de estas características es necesario justificar su necesidad y que debe llegar al usuario a través de la red de distribución habitual o de un sistema de almacenamiento que acumule el equivalente a un mínimo de siete días. Todo ello con el objetivo de garantizar que el agua es de buena calidad. En este sentido, también se pide compartir recursos como las desalinizadoras con explotaciones agrícolas o ganaderas que necesiten suministro de agua. De momento, ni la Asofap -la patronal española del sector piscina- ni el Gremio de Hostelería de Lloret de Mar se han querido posicionar respecto a esta decisión. Aunque su proyecto contaba con el visto bueno del Ayuntamiento de Lloret de Mar, será necesaria la luz verde final de la ACA si quieren utilizar la desalinizadora a principios de junio, tal y como habían previsto.