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Día 50: El conocimiento prostético nueva anormalidad

"Antes de la Covid-19 sabíamos que se podía hacer; ahora sabemos que lo podemos hacer"

El conocimiento prostètic. | iStock
El conocimiento prostètic. | iStock
Josep Maria Ganyet | VIA Empresa
Etnógrafo digital
Barcelona
07 de Mayo de 2020
Act. 07 de Mayo de 2020

Antes de la Covid-19 sabíamos que se podía hacer; ahora sabemos que lo podemos hacer. Este es el comodín de la llamada que últimamente uso en las videoconferencias. Vale tanto para el confinamiento en casa, por el proyecto de Llibreries Obertes*, para las clases no presenciales, por los vídeos musicales a pantalla partida o por la Hackaton de la Covid-19. Los cursos de transformación digital lo aguantan todo pero la realidad física suele ser más terca.

 

"Antes de la Covid-19 sabíamos que se podía hacer; ahora sabemos que lo podemos hacer"

Pues cómo si de un conocimiento prostético se tratara —conocimiento que alguien nos ha implantado pero que no sabemos que tenemos hasta que lo necesitamos— hemos sacado lo mejor de nuestro yo digital y nos hemos adaptado a la nueva anormalidad.

 

Sabíamos que no había que ir hasta Madrid (ciudad) ni Madrid (concepto) cada dos por tres para hacer una reunión o firmar algún papel de una junta. Sabíamos que se podía, pero no lo hacía nadie (los "asados" deben tener algo que ver). También sabíamos que se podía tener los mejores profesores europeos (y de la otra punta del mundo) dando clase para 60.000 alumnos y no sólo para 60. Y a pesar de tener la tecnología, los contenidos y los profesores, no lo hacíamos. Y también sabíamos que era posible hacer un festival de cine en Filmin con más asistencia que si se hubiera hecho en salas de cine presenciales. Eppur si muove.

Estos días estamos viendo bares, restaurantes, supermercados, peluquerías y ciudades adaptarse a la nueva anormalidad; medidas de higiene, de distanciamiento, regulación de aforos, de horarios y turnos. Lo cierto es que nuestro entorno habrá cambiado para siempre jamás después de la Covid-19 tal y cómo propugnan los apologistas del nada-será-como-antes. Pero creo que más que nuestro entorno los que habremos cambiado todavía más habremos sido nosotros.

"Sabíamos que no había que ir hasta Madrid (ciudad) ni Madrid (concepto) cada dos por tres para hacer una reunión o firmar algún papel de una junta"

En mis inacabables rondas de videoconferencia empiezo a detectar una adaptación a la nueva anormalidad, una adaptación que costará de revertir; costará volver a hacer desplazamientos de una hora para ir al trabajo en trenes que no van, de ir en avión a Madrid (ciudad) y Madrid (concepto) para hacer una reunión, de alquilar un piso en Barcelona para asistir a clases en la universidad o de hacer interminables colas para asistir a un festival de cine.

O quizás no, porque la anormalidad no es esto de ahora sino aquello de antes. Quizás ahora estamos en la normalidad que tendría que haber sido siempre y por eso nos hemos adaptado tan deprisa.

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* Hoy hemos cerrado Llibreries Obertes tal y como anunciamos al crear el proyecto. El compromiso era ayudar a las librerías mientras permanecieran cerradas y no hacer una tienda en linea que pudiera competir una vez abrieran. El proyecto ha ayudado a 453 librerías a vender más de 50.000 libros. ACS.