El debate es ahora de distancia. Hemos pasado de hablar de números a hablar de nombres y apellidos; de visualizar la información de la pandemia en curvas a fisicalitzarla en ataúdes; de los datos masivos a los datos pequeños; de los diez mil muertos a diez mil kilómetros al muerto a un kilómetro.
"Hemos pasado de hablar de números a hablar de nombres y apellidos; de visualizar la información de la pandemia en curvas a fisicalizarla en ataúdes; de los datos masivos a los datos pequeños"
La fisicalización de la información es fundamental para ayudarnos a entender el mundo en que vivimos. No tenemos el cerebro demasiado cableado para entender bien los procesos exponenciales; en nuestro día a día no nos toca gestionar ningún fenómeno exponencial y los que se nos presentan en la naturaleza o son demasiado lentos o demasiado rápidos para que los podamos entender. Todavía nos maravillamos cuando sentimos la historia de la invención del ajedrez; de cuando el sabio le pidió al rey un grano de arroz en el primer jaque, dos en el segundo, cuatro en el tercero y así sucesivamente hasta llegar al jaque número 64. Esta es una progresión aritmética de razón 2, (1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 1.024, 2.048…) es la que usan los ordenadores en su lógica binaria y la responsable que un kilobyte sean 1.024 bytes y no 1.000.
El rey concedió al sabio su deseo pensando que con un par de sacos de arroz como mucho ya haría. De hecho esto es lo que nos dice el sentido común. La realidad es otra. La cantidad de grandes de arroz que el sabio tenía que percibir era de un 1 seguido de 19 ceros o lo que es lo mismo, 246 veces la producción mundial de arroz de la temporada 2016-2017. Humillado, el emperador le hizo cortar la cabeza. Que todavía nos fascine esta fábula de hace mil quinientos años es la demostración palpable de nuestra incomprensión ante los procesos exponenciales.
Imagináis ahora que la progresión geométrica no sea de razón 2, como la del ajedrez, sino que sea de razón 3. Suponemos que cada persona afectada de SARS-Cov-2 pueda contagiarlo a 3 personas más si no observa las mínimas medidas de distanciamiento social. La progresión sería entonces de 1, 3, 9, 27, 81, 243, 729, 2187, 6561, 19.683, 59.049… Haciendo la analogía con el ajedrez, cuando llegáramos al final del tablero el total de personas afectadas por la Covid-19 sería de un 1 seguido de 30 ceros, más que estrellas en el universo conocido.
Estos datos no son más que un pasatiempo y no tienen ningún valor científico, sólo sirven para demostrar que nuestro cerebro no está cableado para entender este tipo de procesos. En cambio, lo tenemos muy muy cableado para percibir información visual, identificar patrones y copiar pautas de comportamiento. Al fin y al cabo es copiando como aprendemos a andar, a hablar, a escribir libros o a construir catedrales.
"Es copiando como aprendemos a andar, a hablar, a escribir libros o a construir catedrales"
Para acabar, y después del mareo de cifras, os propongo ver este corto spot que el Departamento de Salud de Ohio ha publicado en Youtube para explicar como se para una pandemia con medidas de distanciamiento social. La primera parte muestra la fisicalización de una exponencial (muy similar a una reacción de fisión nuclear por cierto), la segunda muestra un patrón de comportamiento fácilmente identificable por nuestro cerebro. Para que todo el mundo pueda aprenderlo copiándolo.