Perspectivas para 2020

El economista y profesor de la UB, José Ma. Gay de Liébana, analiza los retos del nuevo Gobierno español ante la situación económica

Pedro Sanónchez consigue formar gobierno de coalició con Unidas Podemos | EP
Pedro Sanónchez consigue formar gobierno de coalició con Unidas Podemos | EP
Barcelona
10 de Enero de 2020

Si con 2020 arranca la nueva década, ésta lo hace de la mano de un libreto escrito por la Coalición Progresista. El entorno económico internacional se antoja, por lo visto hasta ahora, borrascoso con la guerra comercial, Brexit, emergentes turbulentos, sector automovilístico golpeado y la zona euro deprimida, más el rosario de conflictos geopolíticos, petróleo, bolsas titubeantes…. Eso afecta a nuestras exportaciones. Además, se vocifera contrarreformar lo reformado laboralmente y un cuadro idílico a golpe impositivo que, con solo verlo, deja aturdido al empresariado...

 

La economía española aflojará el paso, creciendo al 1,7%, por debajo del 2,4% de 2018 y del 1,9% de 2019. Crecerá, pues, con menos intensidad apoyándose en el dinamismo de la demanda interna gracias a la solidez patrimonial de las familias y empresas que durante estos años han reducido fuertemente sus deudas, en más de 207.000 millones de euros las familias desde 2008 a 2019 y en casi 400.000 millones nuestras empresas, mientras que en cambio la deuda pública ha aumentado en más de 800.000 millones de euros.  

 

Además, la recuperación de rentas, el mayor empleo y la senda acomodaticia de la política monetaria de la mano del Banco Central Europeo contribuyen a que la financiación sea holgada, sin que se prevea mucha demanda de crédito por parte de los hogares y sí se augura un repunte del ahorro de las familias. Pesa la psicosis de crisis y los riesgos que amenazan tanto a nuestro entorno como al propio país. Quizás eso explique, en parte, el porqué del recato gastador que hasta el día de hoy se observa en el capítulo de las rebajas.

"Se vocifera contrarreformar lo reformado laboralmente y un cuadro idílico a golpe impositivo que, con solo verlo, deja aturdido al empresariado..."

La inversión empresarial se modera a causa de tanta incertidumbre, y con ella lo hace la construcción… Con las expectativas actuales, las empresas se lo piensan dos veces antes de invertir en activos productivos y no solo por la perspectiva que ofrece el mercado español, también por los cielos nublados que se divisan en Europa, que es el destino principal de nuestras exportaciones, y los nubarrones, que ya descargan, en Estados Unidos en contra de los productos “made in Spain” por aquello que antes apuntábamos de la falta de diplomacia económica para con la primera potencia económica mundial.

En 2020 cederá el brío del mercado laboral, creciendo el empleo solo al 1,3% frente al 2% de 2019. La subida del salario mínimo, que ya ha jugado alguna mala pasada en 2019, puede empeorar el panorama del empleo. Y aun y creando empleo, el problema estructural es que el paro está anclado por encima del 14% y España se consolida, desde hace demasiados años, en el segundo país europeo con la tasa de paro más alta, por detrás de Grecia. Conviene señalar que los helenos van rebajando su paro con empuje, señal inequívoca de que su lenta recuperación económica se va produciendo. Llevamos muchos años con una tasa de desempleo absolutamente perniciosa y que constata la debilidad y vulnerabilidad de nuestro mercado laboral. Los virus de las protestas y las fiebres populistas abortan el alumbramiento de reformas necesarias, verbigracia, las que afectan al cada vez más preocupante envejecimiento de la población y el necesario cuadre de las pensiones.

"Los virus de las protestas y las fiebres populistas abortan el alumbramiento de reformas necesarias, verbigracia, las que afectan al cada vez más preocupante envejecimiento de la población y el necesario cuadre de las pensiones"

En definitiva, un paisaje bastante turbio con el que da inicio la andadura de 2020 y muy serios desafíos a los que se enfrentan nuestros gobernantes que veremos en qué medida cumplen sus promesas, si son capaces de dormir a pierna suelta o el insomnio les atormenta en el calor de la noche… No he hablado para no desanimar al sufrido lector de otro pasaje al que es ineludible referirse: nuestra deuda exterior bruta que actualmente es de 2,12 billones de euros, ¡el 172% de nuestro PIB! Alerta, pues, a este extremo que constituye una seria vulnerabilidad para nuestra economía. Dependemos del exterior. Y a quienes nos prestan su dinero y lo invierten acá, hay que ofrecerles una imagen económica y financiera digamos que decorosa, porque España no goza de una posición de independencia ni en lo económico – inversiones extranjeras aquí, exportaciones, turismo – ni en lo financiero – la deuda pública y también la privada se nutre de recursos procedentes allende nuestras fronteras -.

En cualquier caso, para que usted, paciente lector, se tranquilice le diré que, como socio y accionista del RCD Espanyol que soy, pese a que seamos el farolillo rojo de la clasificación, el empate del 4 de enero ante el líder, el FC Barcelona, nos contagió de un entusiasmo e ilusión impagables, fortaleciendo todavía más nuestra fe en la salvación. Por tanto, ¡ánimos elevados ante este intrigante 2020!