El conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, confía que el impuesto catalán a las emisiones de CO2 se empezará a recaudar a partir de 2020, por mucho que el calendario para su aprobación sea "justo" -todavía está en fase de tramitación parlamentaria-. La Generalitat prevé recaudar 40 millones de euros el año que viene, de los cuales una parte irá destinada a ayudas para renovar la flota de vehículosantiguos que están afectados por la zona de bajas emisiones de Barcelona.
De hecho, la previsión es que 20 millones de euros vayan a un fondo climático para impulsar "medidas de mitigación y adaptación al cambio climático" -entre las cuales la de ayudar a renovar los vehículos más contaminantes o también por ayudas al transporte público o a incentivar la economía circular a las empresas- y los otros 20 millones de euros nutrirán un fondo "que tiene que ayudar a preservar y proyectar espacios naturales y la biodiversidad". Así pues, el dinero recaudado por este tributo irán "íntegramente destinados a hacer mejores políticas ambientales y climáticas" y se añadirán "a los que destina de manera ordinaria" la Generalitat. El objetivo es llegar a recaudar 150 millones de euros con este impuesto.
Calvet lo ha dicho después de participar en la asamblea de la red Regiones4 en el marco de la 25a Cumbre del Clima de la ONU en Madrid. El conseller de Territori i Sostenibilitat ha destacado que el Govern ha podido explicar las iniciativas catalanas en la lucha contra la emergencia climática en varios espacios de la COP25 y "ha captado la atención" otros actores.
El conseller ha sido acompañado de la secretaria de Medio ambiente y Sostenibilidad, Marta Subirà, y la directora Mercè Rius. Calvet también ha destacado que la Generalitat tiene "ambición" de hacer "más acción climática".