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"La gente de ciudad no reconoce quién la alimenta, como si saliera de la bolsa del supermercado"

El economista Francesc Reguant reclama un acercamiento realista al mundo agroalimentario, contra visiones utópicas y endulzadas en el nuevo libro ‘Cuits pel clima’

Francesc Reguant es uno de los grandes expertos en agroalimentación de Catalunya | Mireia Comas
Francesc Reguant es uno de los grandes expertos en agroalimentación de Catalunya | Mireia Comas
Gemma Fontseca, jefa de redacción de VIA Empresa | VIA Empresa
Jefa de redacción
Barcelona
09 de Febrero de 2025
Act. 10 de Febrero de 2025

Francesc Reguant (Súria, 1951) es economista especializado en agroalimentación, además de fundador del ’Observatori d’Economia Agroalimentària del Col·legi d’Economistes (Obealimentària). Durante su trayectoria profesional ha sido director de Administración y Sistemas de Información del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y jefe del gabinete técnico del Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya. Ha simultaneado su actividad con la docencia y la divulgación en revistas técnicas y de divulgación. Es autor o coautor de 12 libros, entre los cuales destaca Gestión integrada, Entender la agricultura y El Sistema Alimentario y, este último que estrena conjuntamente con la periodista de La Vanguardia, Lorena Farràs: Cuits pel clima. Produir aliments en temps de canvi climàtic.

 

En medio de una nueva "revolución campesina", como fiel lectora de los artículos mensuales de Reguant en VIA Empresa marcados por un alto sentido pedagógico y aclarador, esta entrevista busca aportar luz a los retos actuales de nuestro modelo agroalimentario. Cabe recordar, sin embargo, que en Catalunya el sector agroalimentario genera el 19,7% del PIB catalán. Sin olvidar, tampoco, la convivencia con un cambio climático irreversible en el día a día y el nuevo mandato, lleno de incertidumbres, de Donald Trump en Estados Unidos.

Cuits pel clima es un libro de diálogo con diversas preguntas y reflexiones en profundidad. Además, hace tándem con la periodista Lorena Farràs de La Vanguardia. Se trata de dos profesionales con diversidad generacional y con dos trayectorias diferentes. ¿Por qué la publicación llega en estos momentos?

 

La verdad es que somos un buen tándem y tenemos mucho que decir (ríe). Con la periodista Lorena Farràs nos conocimos por razones estrictamente profesionales, ya que a menudo escribíamos sobre temas relacionados con la transformación verde hacia un mundo sostenible. En un momento determinado nos propusimos hacer un libro juntos. Hablamos sobre cómo hacerlo y escogimos el formato de entrevista, que puede ser muy atractivo para el lector. El hecho de que seamos de dos generaciones diferentes —por edad podría ser mi hija— es un punto a favor del libro. Seguramente vemos el mundo desde otra perspectiva, pero coincidimos en los diagnósticos y las soluciones. Esto rompe algunos tópicos sobre la distancia cultural entre unas y otras generaciones.

La combinación de sensibilidad por la naturaleza, realidad de la economía, conocimiento de los datos estadísticos reales y la proximidad al mundo de la investigación tecnológica son los rasgos que me ayudan hoy a intentar entender el complejo mundo agroalimentario, el sector al que he destinado la mayor parte de mi vida profesional.

'Cocidos por el clima. Producir alimentos en tiempos de cambio climático' es el nuevo libro de Francesc Reguant y la periodista Lorena Farràs | Mireia Comas
'Cuits pel clima. Produir aliments en temps de canvi climàtic' es el nuevo libro de Francesc Reguant y la periodista Lorena Farràs | Mireia Comas

Uno de los temas estrella del libro es la fuerza -y los gigantes- del sector agroalimentario catalán. De hecho, según el estudio Esector agroalimentari a Catalunya de Acció i Prodeca, se trata del primer sector de la industria catalana con una facturación global de 48.231 millones de euros, el 19,7% del PIB catalán y con más de 175.000 empleados. Liderado por las industrias cárnicas, disfruta de un potente ecosistema gracias a la riqueza de la cadena de valor. Y con él, empresas que facturan cientos de millones de euros con sede en Osona, la Garrotxa y la provincia de Lleida, entre otros. ¿Somos conscientes los catalanes, sobre todo los residentes en el Área Metropolitana de Barcelona, del peso que tiene este sector?

El sector agroalimentario es, desde hace 40 años, el primer sector de Catalunya, tal como indicas. Es el tercer exportador y uno de los principales clústeres agroalimentarios de Europa. A pesar de este hecho estadístico, esta información ha sido siempre desconocida o negada.

La gente de ciudad a veces no reconoce quién los alimenta, como si los alimentos surgieran dentro de una bolsa de plástico en el supermercado. A menudo, percibo que no gusta aceptar que para producir alimentos hay que usar preferiblemente abono orgánico, es decir, estiércol de los animales, o que la leche proviene de un animal que tiene necesidades fisiológicas o que el jamón viene de un animal que sacrificamos. A veces queremos edulcorar tanto la realidad que irresponsablemente la negamos. El acercamiento realista al mundo agroalimentario, contra visiones utópicas y endulzadas es uno de los puntos fuertes de nuestro libro.

“La gente de ciudad a veces no reconoce quién los alimenta, como si los alimentos surgieran dentro de una bolsa de plástico en el supermercado”

Catalunya es un país de montañas y pluviometría mediterránea. Es un país con dificultad para producir alimentos. Sin embargo, con la necesidad de alimentar a una población creciente se ha optado por el riego, donde ha sido posible, y la ganadería, sobre todo intensiva, basada en comprar de fuera el agua y el sol agrario que no tenemos en forma de pan y soja para alimentar a los animales, criarlos y producir carne, leche y derivados en una potente industria alimentaria. A partir de la producción agraria se ha construido una potente industria con todos los subsectores implicados (maquinaria, laboratorios, servicios expertos digitales, etc.). Es decir, desde nuestra dificultad se ha construido un potente clúster alimentario.

En su opinión, ¿cuáles son los retos actuales de nuestra agricultura y ganadería?

El mundo necesita alimentos y es nuestra responsabilidad producirlos. Es necesario que los alimentos que producimos sean de forma amable con la naturaleza (sostenibilidad). Es necesario que haya suficientes para todos (suficiencia), además de que la población los pueda comprar (asequibilidad). Es necesario que sean de calidad (salubridad). Y, finalmente, es necesario que los campesinos tengan una remuneración justa por su actividad (viabilidad). Estos cinco vectores explican la complejidad de la producción de alimentos.

“No nos gustan las posturas de la intocabilidad de la naturaleza como único objetivo”

El libro Cuits pel clima parte y propone las soluciones desde esta complejidad. No creemos en soluciones fáciles ni en soluciones unilaterales que desequilibran el conjunto y suelen ser injustas. No nos gustan las posturas de la intocabilidad de la naturaleza como único objetivo. Nosotros formamos parte de la naturaleza y nos alimentamos de la naturaleza.

La combinación de sensibilidad por la naturaleza y la realidad de la economía son uno de los rasgos característicos de Reguant | Mireia Comas
La combinación de sensibilidad por la naturaleza y la realidad de la economía son uno de los rasgos característicos de Reguant | Mireia Comas

Otro aspecto interesante es la fuerte presencia internacional de la agroindustria catalana en el mundo. ¿A qué se debe?

La verdad es que lo hemos hecho muy bien en Catalunya en este sentido (sonríe). Y seré sincero, el boicot de muchos productos catalanes por parte de algunos españoles ha ayudado a internacionalizarnos aún más. Quizás uno de los casos más conocidos es el cava, pero hay otros productos que han mirado hacia el exterior.

Me gustaría que nos focalizáramos en la figura del campesino en Catalunya. Lo he oído decir en reiteradas ocasiones que “los campesinos no son un colectivo de edad avanzada, sino que hay menos”. "Este mito está haciendo daño a la imagen de la agricultura y está desviando las políticas. Hay que dejar de contar jubilados", confiesa en el libro. ¿Podría desgranarlo más?

¿Cómo queremos que los catalanes entiendan a los campesinos si no les explicamos bien los datos? Una de estas informaciones asumidas como ciertas es la elevada edad de los campesinos catalanes. Las estadísticas publicadas por la Generalitat de Catalunya o por los sindicatos agrarios confirman este hecho. Por lo tanto, por puro silogismo, de aquí a unos pocos años no habrá agricultura en Catalunya y todo lo tendremos que comprar afuera. Esta idea, desde el populismo urbano, ha servido para alimentar diversas teorías alarmistas y en general para distanciar a la sociedad catalana del hecho alimentario.

“A veces queremos edulcorar tanto la realidad que irresponsablemente la negamos”

Cuando expongo datos objetivos y cuento que la edad media de los campesinos es de 42 años y que sólo el 4% de los agricultores tiene más de 65 años y que el 73% tiene menos de 54 años -dato de 2022- la respuesta que obtengo es de incredulidad, ya que estoy contradiciendo lo que todo el mundo sabe. Más aún, por el hecho de que la misma Conselleria de la Generalitat afectada confirma que el 40,95% de los campesinos tienen más de 65 años. Un dato que, así mismo, ha sido repetido por todos los medios de comunicación.

Pero esta desinformación que en lugar de contar a la gente que trabaja, contabiliza perceptores de la DUN, a menudo propietarios de edad avanzada, distorsiona seriamente la realidad del sector y propicia el distanciamiento y el menosprecio del sector. Hemos leído editoriales y artículos identificando la falsa edad elevada de la agricultura con el estancamiento. Todo ello oculta un sector que se está preparando para jugar un papel decisivo en la gran transformación y que vive un serio proceso de reestructuración y de modernización.

Noches de verano tórridas, menos nevadas en invierno, graves sequías, lluvias torrenciales como la DANA del País Valenciano... Ha habido muchos cambios climáticos a lo largo de la vida de la Tierra. ¿Qué hace que este sea diferente y por qué nos debe preocupar? ¿Estamos preparados?

La verdad es que en Catalunya no estamos preparados para fenómenos atmosféricos de estas características. Es necesario abordar la problemática del agua y esponjar, aún más, los bosques. Además, es primordial reforzar las reservas de agua. No hacen falta más pantanos, sino más infraestructuras.

"El boicot de muchos productos catalanes por parte de algunos españoles ha ayudado a internacionalizar, aún más, el sector agroalimentario"

Hay muchos cambios que se producen tan rápido, que la capacidad temporal de adaptación se desborda. Es necesario planificar y abordar medidas para la adaptación a los cambios que ya se están produciendo y avanzar hacia un futuro más resiliente y más sostenible.

¿Cómo podemos mejorar la producción en medio de condiciones climáticas cambiantes? Explica en el libro que el Informe Stern sobre la economía del cambio climático advertía en 2006 que, si no actuamos rápidamente, la economía mundial puede llegar a perder hasta el 20% del PIB cada año de forma indefinida, mientras que el coste de evitar esta pérdida se sitúa alrededor del 1% del PIB generado cada año.

Debemos alimentar a todos, no se puede obviar esto. Debemos atender todos los vectores de la sostenibilidad alimentaria. Para lograrlo, la tecnología nos puede ayudar mucho. Por ejemplo, las herramientas de la agroecología, entendiendo esta como la parte de la ciencia que a partir del conocimiento de la naturaleza lleva a cabo una producción eficaz pero reduciendo los impactos ambientales. Pero también la genómica que, por ejemplo, puede lograr plantas resistentes que eviten el uso de insecticidas. El riego eficiente es capaz de multiplicar producciones. O la hidroponía en invernadero, un entorno mucho más productivo y de precisión. También está la bioeconomía circular, capaz de convertir los residuos en productos para otra función. Los bosques como fuente de suministro de muchos productos que ahora no aprovechamos.

“De nuestra dificultad se ha construido un potente clúster alimentario”

También hay que considerar otras fuentes de proteína que no usan o usan menos sol para producirla (insectos, algas, cianobacterias, alimentos fermentados o, tal vez, en el futuro próximo, carne de laboratorio). El objetivo es producir más productos seguros, desde el punto de vista dietético, con menos recursos. Mientras tanto, nos damos tiempo para ajustar los grandes equilibrios planetarios. En resumen, la tecnología y el conocimiento de la naturaleza son nuestros aliados para producir de manera más sostenible atendiendo todos los conjuntos de vectores mencionados.

Francesc Reguant ha destinado la mayor parte de su vida profesional al sector agroalimentario | Mireia Comas
Francesc Reguant ha destinado la mayor parte de su vida profesional al sector agroalimentario | Mireia Comas

El gran hándicap (y más en tiempos de Trump): ¿cómo conseguir el equilibrio entre la sostenibilidad económica y la ambiental? En estos momentos, la lucha contra el cambio climático es costosa. Además, recientemente Trump ha vuelto a salir de los Acuerdos de París y está comenzando a desmantelar la política climática. ¿Hacia dónde vamos?

Seré sincero y la verdad es que soy bastante pesimista con esta situación. Aquí hay un punto de tensión que no es de fácil solución. Ser sostenible o frenar el cambio climático no es gratis. Entonces, las ideologías de mirada corta pensando en el poder que le otorga el engaño a la población dicen “no mires arriba”. "Tranquilos, no pasa nada. No existe el cambio climático", afirman. Detrás de estas ideologías se esconden las formas más autocráticas y destructoras. Lo estamos intuyendo ahora.

"Ser sostenible o frenar el cambio climático no es gratis"

Estas ideologías con mentiras y agresiones de toda índole van contra el estado democrático, el único que saben que les puede poner freno. Es necesario, por ello, hacer una gran tarea divulgativa de la realidad, valorar la democracia y defender el estado democrático. Ahora bien, el cambio climático exige más tecnología y nuevas infraestructuras.

No se puede hablar de agricultura ni de ganadería sin hacer mención del potente movimiento cooperativista que históricamente ha habido en Catalunya. ¿El rol del cooperativismo agrario es una forma de resiliencia en el siglo XXI?

El cooperativismo nació de la dificultad y ahora vuelve la dificultad. El cooperativismo puede ofrecer el camino para ganar dimensión, ganar capacidad financiera para afrontar los retos, sin que los socios pierdan su autonomía. Las cooperativas articulan bien lo global con lo local, cooperativa y empresa agraria individual.

"Uno de los puntos débiles de las cooperativas es la dificultad para la autofinanciación a partir de la preferencia por el presente de los socios"

Sin embargo, el movimiento cooperativista debe situarse en el siglo XXI con nueva mentalidad y máxima profesionalidad. Uno de los puntos débiles de las cooperativas es la dificultad para la autofinanciación a partir de la preferencia por el presente de los socios (un hecho democrático positivo) pero incapaz de tomar decisiones rápidas y flexibles tal como requiere la dinámica empresarial actual y por la posible preferencia por el presente de los socios que acaba limitando la capacidad de autofinanciamiento. Una gestión técnica y muy profesionalizada con una información y explicación adecuada a los socios es necesaria. Al mismo tiempo, para facilitar este cambio es conveniente que la comercialización se lleve a cabo desde una empresa mercantil propiedad de la cooperativa.

Finalmente, ¿a qué empresas del sector agroalimentario no podemos perder la pista?

En el libro mostramos experiencias muy diferenciadas y representativas de un sector tan diverso y complejo. Es decir, son experiencias que enseñan. BonÀrea explica el poder de la planificación estratégica. Torres, el compromiso con la multiplicidad de herramientas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la lucha contra el cambio climático. Cal Llacuna, la transformación tecnológica de una finca agroramadera media con robótica e inteligencia artificial. La cooperativa CORMA produciendo planta ornamental y resistiendo con fortaleza en el corazón del Maresme, una comarca residencial y turística.

También está el caso de Fustes Sebastià, defendiendo los bosques del Pirineo al retirar maderas para construir casas. Alcarràs Bioproductors es un ejemplo de cómo desde la misma iniciativa se construye una biorefinería para convertir los desechos ganaderos en gas, fertilizantes y productos de interés. La Cooperativa de Fruites de Ponent se muestra como modelo de cooperativa emprendedora y comercialmente exitosa. Y, finalmente, Formatgeria Casa Mateu que demuestra cómo desde la ubicación más agreste del Pirineo se pueden hacer buenos alimentos para toda Catalunya.


Un cuestionario breve:

  • ¿Quién le inspira? La voluntad de hacer un mundo mejor.
  • Último libro que ha leído: Una agricultura sin agricultores, de los sociólogos franceses Bertrand Hervieu y François Purseigle.
  • Una película para entender el sector agricultor:  Alcarràs de Carla Simon o El nuestro pan de cada día.
  • Un vino para recomendar: la garnacha blanca.
  • Un empresario a seguir: hay muchos, pero me gustaría destacar la figura de Jaume Alsina, impulsor de BonÀrea.
  • El mejor consejo profesional que ha recibido en toda su trayectoria: elige lo que quieres hacer... que seguro que lo acabarás haciendo.
  • Si tuviera 18 años de nuevo, ¿volvería a estudiar economía y se adentraría en el mundo de la agricultura? Sí, lo volvería a estudiar porque tenía claro que quería hacer una revolución y desde la economía es posible (sonríe).
  • El mejor rincón de Catalunya para perderse: Àreu, un pueblo del término municipal de Alins, en la comarca del Pallars Sobirà.