El gran salto de Cellectis

La técnica principal que usan es la edición genética con una tecnología propia

La empresa Cellectis se dedica a la investigación farmacéutica | iStock
La empresa Cellectis se dedica a la investigación farmacéutica | iStock
Barcelona
10 de Noviembre de 2023

La semana pasada asistimos, boquibiertos, a la evolución bursátil de una empresa llamada Cellectis, que se dedica a la investigación farmacéutica, porque se disparó en la bolsa nada más y nada menos que un 200% en un par de días; es decir, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre triplicó su valor. Un hecho del todo extraordinario. Siempre que en el mercado hay movimientos tan fuera de lo normal es que se ha producido algún hecho destacable. En el caso de Cellectis la razón del salto la encontramos en el interés que esta pequeña firma de biotecnología ha despertado en el gigante británico AstraZeneca, que atraídos por la investigación que están llevando a cabo, ha decidido coger una participación del 22% de su capital.

De entrada, el fenómeno nos puede recordar al que explicamos el pasado 2 de junio, cuando hablábamos que la firma Immunogen había experimentado una subida a bolsa del 135% en solo una jornada bursátil. En el caso del que hablamos hoy, se trata de una firma de origen francés con cerca de veinticinco años de experiencia que se dedica a la edición genética y que, en el caso del acuerdo con AstraZeneca, lo aplicarán a los ámbitos de la oncología, la inmunología y las dolencias raras. La técnica principal que usan es la edición genética con una tecnología propia que ha registrado bajo el nombre de TALEN. Sin entrar en detalles abstrusos, las siglas en inglés hacen referencia a la nucleasa efectora de tipo activador de la transcripción, es decir, unas enzimas que se pueden usar como tijeras de las secuencias genéticas. Es parecido a un método mucho más conocido por el gran público, cómo es el CRISPR, del que se ha hablado a menudo en los medios generalistas.

Cómo es habitual en este tipo de firmas, hasta el día de hoy, la empresa no ha hecho más que perder dinero

La firma la fundó en 1999 el científico libanés André Choulika, que tenía formación previa en la Universidad Pierre et Marie Curie y en el Pasteur Institute (Francia), así como en la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Se le considera el pionero de estas técnicas de edición y tenía solo treinta y cuatro años cuando creó la firma como una spin-off del Pasteur Institute, asociado con el científico francés David J. Sourdive, doctor en virología molecular. Ya hace años que Cellectis se encuentra en el radar de los operadores del sector biotecnológico, de forma que la entrada de AstraZeneca, que aportará 80 millones de dólares, no es ninguna sorpresa. Adicionalmente, se contempla también un pago de 25 millones de dólares por el acuerdo de colaboración en materia de investigación científica. La previsión es que, si se cumple la hoja de ruta, los británicos inviertan 140 millones más el 2024, un importe destinado a la compra de acciones. Cómo es habitual en este tipo de firmas, hasta el día de hoy, la empresa no ha hecho más que perder dinero, dado que todavía se encuentran en una fase de inversión en investigación sin resultados especialmente positivos.

Los dos años anteriores atravesaron una situación bastante delicada, cuando el valor de mercado de la compañía se había reducido de los 1.000 millones que valía en 2020, a los 90 del año pasado, momento en qué llegó en su punto más bajo. La facturación también había menguado de manera sensible, desde los 60 millones de euros hasta los 14 millones previstos por este 2023. De momento, todos los ingresos de comercialización de productos provienen de Francia. Más bien que se trata de un negocio de expectativas con poco presente tangible, pero muy probablemente la entrada de AstraZeneca permitirá acelerar las fases de evolución de la empresa. De momento, en el horizonte hay dos fármacos prometedores, que llevan el nombre de UCART22 y UCART20x22, que están empezando a ofrecer resultados positivos en los ensayos clínicos.

Si Catalunya quiere jugar a la primera división mundial, es un sector donde hay que tener un pie puesto

En cuanto a la estructura de propiedad de la empresa, los dos fundadores acumulan, a partes iguales, el 3,5% del capital de la compañía, que antes de la entrada de AstraZeneca tenía como máximo accionista a la farmacéutica Pfizer, con un 5% de las acciones, seguido del fondo de inversión Capital Research, con el 4,5% y de la firma financiera neoyorquina Baillie Gifford, que tiene un 4%. El accionista individual de más peso es Pierre Bastid, miembro del consejo de la compañía, que posee un 3,5%. El mundo de la investigación biotecnológica es de los que hoy en día están en una fase más interesante de descubrimientos y de captación de inversiones, con un futuro donde pueden suceder cosas verdaderamente sorpresivas en cuanto a la salud humana. Si Catalunya quiere jugar en la primera división mundial, es un sector donde hay que tener un pie posado.