
Hace aproximadamente siete años, Jakob Saalfrank se desplazaba diariamente para ir a trabajar desde una localidad situada a 20 kilómetros de la ciudad austriaca de Graz. En transporte público tardaba una media de una hora. Desde su posición laboral en una empresa logística especializada en los almacenes automatizados, se preguntaba: ¿cómo puedo resolver el problema de la movilidad? La idea de negocio era desarrollar un vehículo ‘volador’, que se moviera por tierra y aire y que actuara de apoyo para las compañías logísticas. Con poco menos de 30 años, en 2021, se trasladó a Barcelona, donde había estado una década antes como estudiante, atraído por el ecosistema de las startups. Ahora, casi cuatro años después, Saalfrank ha cosechado los frutos y Grasshopper Air Mobility, de la cual es fundador y CEO, se encuentra en la fase de búsqueda de clientes e inversores y ya tiene en marcha un prototipo. Desde su presencia en el Logistics 4.0 Incubator del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), ha encontrado el espacio para probar las soluciones de movilidad para mejorar la eficiencia de las entregas logísticas.
El paso de la idea a la realización del proyecto por parte de Grasshopper Air Mobility comenzó en 2023. En ese momento, el objetivo era consolidar un producto, un equipo y alcanzar la tracción de la iniciativa. Saalfrank explica que “buscábamos una manera de hacer asequible la validación de la tecnología”. Este propósito fue posible diseñando unas estaciones de carga y unos contenedores equipados con baterías en las instalaciones logísticas. “Se trata de automatizar el proceso de movilidad terrestre y aérea, constituyendo una especie de aeropuerto dentro del almacén, facilitando el aterrizaje vertical de los drones”.
Grasshopper Air Mobility desarrolla drones eléctricos con capacidades de vuelo y conducción autónoma para la logística industrial. El aparato eléctrico es capaz de transportar cargas de hasta 350 kilogramos a una distancia de 200 kilómetros, integrándose con sistemas logísticos de la industria 4.0 mediante la carga y la descarga autónomas. El CEO de la firma detalla que existen dos segmentos de mercado que pueden aprovechar su tecnología: las actividades que se apoyan en la cadena de frío, como el sector farmacéutico, el biomédico, los bancos de sangre o el alimentario. Por otra parte, la industria 4.0. En ambos casos, se valora la rapidez en la entrega y la trazabilidad de los datos. En el caso de los drones propulsados por hidrógeno, pueden llegar a disponer de una autonomía de 600 kilómetros.
El aparato eléctrico es capaz de transportar cargas de hasta 350 kilogramos a una distancia de 200 kilómetros, integrándose con sistemas logísticos de la industria 4.0 mediante la carga y la descarga autónomas
Oportunidades de ‘coworking’
A diferencia de la posibilidad de utilizar helicópteros para las entregas logísticas, Saalfrank argumenta que el uso de drones resulta más eficiente, ya que no es necesario que los almacenes o naves cuenten con un helipuerto. “Nuestra propuesta implica articular un transporte entre las diferentes zonas francas, equipadas con helipuertos, donde los clientes tienen acceso a los puntos de recarga, de forma que se reduce la complejidad de la operación, al mismo tiempo que se incrementa la escalabilidad”. Sostenibilidad, alcanzar las cero emisiones y la rapidez, con una velocidad que puede llegar a ser de 200 kilómetros por hora, son los activos de los drones de Grasshopper Air Mobility. Además, el coste, unos dos millones de euros por aparato, es una tercera parte más económico que utilizar un helicóptero.
La entrada de Grasshopper Air Mobility en el Logistics 4.0 Incubator se produjo en junio de 2024, después de haber participado en el ‘Startup Innovation Hub’ durante el Salón Internacional de la Logística (SIL). Posteriormente, la compañía recibió el premio a la mejor startup de aviación en la Barcelona New Economy Week (BNEW). Saalfrank valora la presencia en este ámbito “como un espacio con grandes oportunidades de coworking alrededor de otras startups logísticas, con las cuales compartimos contactos, generamos negocios y sinergias corporativas. Es una ubicación ideal”.
El CEO valora la presencia en la incubadora “como un espacio con grandes oportunidades de coworking alrededor de otras startups logísticas”
Grasshopper Air Mobility se enfoca en acelerar las entregas, mejorar la sostenibilidad y reducir costes en sectores como la manufactura, la logística de la cadena de frío, el apoyo en áreas remotas y operaciones militares. Uno de sus principios fundacionales es conectar puertos, aeropuertos, estaciones de tren, almacenes, fábricas, zonas industriales y áreas remotas, transformando la logística moderna.
Con su ambición de conseguir drones que no emitan emisiones, Grasshopper Air Mobility se está planteando introducir el hidrógeno para impulsar el vehículo porque “la energía eléctrica aún no está preparada para llevar a cabo trayectos largos”, comenta Saalfrank. Los vehículos que desarrolla Grasshopper Air Mobility no solo pretenden transportar mercancías por vía aérea, sino que también incorporarán la conducción autónoma y con capacidad para integrarse con sistemas logísticos de la industria 4.0 mediante carga y descarga autónomas.
En estos momentos, la empresa se encuentra en la fase de buscar clientes e inversores. Una vez desarrollado un prototipo de dron, iniciará una ronda de financiación de tres millones de euros. La plantilla, formada por una veintena de colaboradores, la componen Jakob Saalfrank como CEO, y dos cofundadores. Aparte de la ubicación, el impulsor de Grasshopper Air Mobility cree que la firma se ha ganado la credibilidad del mercado y de los futuros inversores por su apuesta sostenible en el sector de la logística.