Mientras Europa se llena de peajes, Catalunya los quita. Después de la eliminación masiva de los tramos de titularidad estatal el pasado 2021, el Govern aprobó el pasado verano la gratuidad de 2 puntos más: la C-16, que une Terrassa y Manresa, y la C-32, entre Sitges y el Vendrell. La medida entrará en vigor a partir del 4 de noviembre, y no ha dejado satisfecha a nadie. "Es totalmente insuficiente", critica a VIA Empresa Neus Lloveras, presidenta de la Federació Empresarial del Gran Penedès (FEGP). Por su parte, los partidarios de seguir la tendencia europea tildan de "populista" la decisión, puesto que "no ataca la problemática real".
Hasta ahora, un coche en la barrera de Manresa pagaba 9,31 euros sin descuento. En el caso de la C-32, la barrera de Cubelles desciende a los 4,81 euros y la de Calafell a 0,75 euros. Eso sí, la Generalitat ha estipulado que solo disfrutarán de esta bonificación del 100% aquellos que efectúen viajes de ida y vuelta en un intervalo de 24 horas, y siempre de lunes a viernes no festivos. Además, deben tramitar un registro previo en la web de Autopistas y usar un sistema de pago dinámico (Via-T o la app gratuita AWAI). En el caso de la C-16, las motocicletas tendrán que esperar al 16 de diciembre a causa de un "proceso de adaptación tecnológica".
La idea inicial del Govern, presidido entonces por
El Baix Penedès, toda una vida pagando peajes
"El flujo más grande de tráfico y personas es el que viene de Barcelona hacia el Garraf y el Baix Penedès, y este es el que pasa por Vallcarca", denuncia Lloveras. La presidenta de la FEGP recuerda que no solo les han hecho caso omiso, sino que "volvieron a aumentar las tarifas a principios de año". Sin embargo, esta variación de los precios se enmarca en un contexto de incremento de todos los peajes de la Unión Europea (UE) a inicios del 2024.
Lloveras: "Las personas que trabajan en los hospitales y servicios médicos los fines de semana o bien tienen que pagar o dar mucha vuelta para coger la AP-7"
En cuanto a las nuevas bonificaciones, Lloveras recuerda que "no se aplican a las furgonetas ni vehículos de transporte, ni tampoco durante los fines de semana". Cabe decir que algunos comerciantes de la comarca habían apostado por mantener la gratuidad también sábados y domingos para estimular la economía de la veguería. Además, la FEGP hace años que trabaja con los diferentes consellers de Mobilitats. Pero sus esfuerzos no han logrado un cambio significativo, más allá de estas bonificaciones o la anterior gratuidad de los peajes de Cubelles. "Las personas que trabajan en los hospitales los fines de semana o bien tienen que pagar o dar mucha vuelta para coger la AP-7", lamenta la presidenta.
Sin embargo, los trabajadores de los días festivos no son los únicos afectados. "Las empresas y los servicios médicos del Baix Penedès tienen muchas dificultades para encontrar personal, precisamente por esta barrera que supone el peaje de Vallcarca", insiste Lloveras, que indica también los "muchos accidentes" de la AP-7 como otro asunto que les preocupa.
El "vía crucis" de Rodalies: una solución descartada
El gran problema para el Baix Penedès es que no hay una alternativa de garantías. A pesar de que Rodalies dispone de varias paradas en las diferentes ciudades de la comarca, el servicio presenta averías constantemente. La exconsellera de Territori, Esther Capella, ya admitió "falta de fiabilidad" del transporte público en el Baix Penedès, hecho que estimula a la gente a coger su vehículo personal.
Lloveras lo ratifica: "Rodalies tendría que ser un metro hacia Barcelona y es un vía crucis para nosotros", protesta. "Cuando yo era joven, tardábamos media hora en llegar y ahora las averías alargan el viaje a una hora" añade. Además, la FEGP también recuerda que no existe una buena red de autobuses interna en la veguería. "No hay ninguna línea que conecte el Alt Penedès, el Baix Penedès y el Garraf, y esto provoca que todos los desplazamientos se tengan que hacer en coche", asegura. Todo ello deja casi fuera de juego a quien no disponga de un vehículo personal.
Los peajes, una cuestión de estado
El debate sobre los peajes no solo se centra en comarcas como el Baix Penedès. El pasado 2023, Bruselas pidió al gobierno español implantar barreras de pago como condición sine qua non para poder recibir los fondos Next Generation. Finalmente, el ejecutivo de Pedro Sánchez consiguió sortear esta medida a cambio de comprometerse a aumentar su inversión en la red ferroviaria.
"La moratoria fue una trilerada de Sánchez", critica Xavier Roig, ingeniero y asesor empresarial. "Las autopistas se tienen que pagar directamente o indirectamente, porque Catalunya es un territorio de paso y todos los que pasan no pagan, cosa que genera un coste", añade. Una queja que comparte Àlvar Garola, miembro de la Comisión de Economía Territorial y Urbana del Col·legi d'Economistes de Catalunya: "Cuando eliminamos un peaje, el presupuesto público asume este gasto", indica.
Garola: "Se podría haber impulsado un consorcio que permita gestionar las vías de gran capacidad como son autopistas y autovías"
Garola considera una "oportunidad perdida" la eliminación de las barreras de la A-2 y la AP-7, ahora hace 3 años. Desde su punto de vista, se podría haber estructurado "un sistema de pago que financiara estas vías y que fuera independiente de las empresas concesionarias". Pero ni la Generalitat ni el Estado plantearon ninguna alternativa. Aunque es justo decir que el Govern solo tenía poder sobre las vías internas. Aun así, Garola cree que se debió haber negociado un acuerdo con Madrid. "Quizás se podría haber impulsado un consorcio que permita gestionar las vías de gran capacidad como son autopistas y autovías", remata.
Por su parte, Roig tilda la cuestión de "populismo" que se ha usado desde Catalunya. "ERC empezó comparándonos con Extremadura, donde no hay peajes, cuando podría haberlo hecho con
En este sentido, Roig ve "lógico" que la UE pida implantar peajes porque "no hay una financiación europea" para las autopistas continentales, a causa del mercado único. "El problema de raíz que no se afronta es que aquí tenemos salarios bajos. Si esto no se plantea en el norte de Italia o en el sur de Francia, ¿por qué sí lo hacemos nosotros?", cuestiona. Más allá de las eliminaciones de los tramos de pagos, el debate sobre la financiación de las carreteras está más viva que nunca, y supondrá un verdadero peaje a pagar para los diferentes gobiernos de los próximos años.