Ya quedan pocas dudas de cómo será la política económica de la primera potencia europea en los próximos años. Y si queda claro como actuará Alemania, queda también más claro como actuarán el resto de estados miembros, como evolucionarán las doctrinas europeas y qué directrices recibirá casa nuestra.
El triunfo este domingo casi por mayoría absoluta de Angela Merkel legitima su visión económica y empresarial. "Alemania ha sabido, sin duda, salirse de la crisis", ha diagnosticado TheEconomist . Por lo tanto, se refuerza la doctrina de la austeridad, de la formación profesional y de la flexibilidad laboral.
Merkel mantendrá en buena parte la política económica que ha defendido en la última legislatura, y más todavía ver su robusta reválida. "El paro ha caído, las exportaciones se han mantenido fuertes y la perspectiva económica para 2014 es brillante", analiza el influyente semanario hamburguès Der Spiegel.
Estos son algunos de los ejes económicos de la cancillera Merkel:
1. Seguirá confiando en la austeridad
El programa de Merkel prevé ser fiel a la austeridad y defender las reformas estructurales en los países más tocados de Europa. "El que se está haciendo ahora en Europa está funcionando. Si vas a España o en Italia, está empezando a funcionar", valoraba en un acto público hace unos días Martin Klingst, corresponsal internacional del semanario Die Zeit.
2. Tendrá en cuenta Europa
Especialmente en los últimos días de campaña, para contrarrestar la competencia antieuropeïsta, Merkel ha destacado la importancia de la Unión . Alemania sabe que el 60% de sus exportaciones se quedan al continente y esto hace necesario que los mercados europeos estén en condiciones para consumir.
3. Pero seguirá marcando diferencias
"Ni eurobons ni emisiones de deuda conjunta", sentenció Merkel en el último acto de campaña. Está en contra de encontrar una fórmula unitaria para solucionar la crisis de deuda de estados como el español y de poderes regionales como el catalán. De hecho, ni quiere una unión fiscal para la zona euro ni un gobierno económico común.
4. Apostará por la industria
Alemania es consciente que no ha caído tanto como otros durante la crisis gracias a la industria. Nova, la manufactura alemana genera el 28% de la riqueza del país, según Global Financio. Su industria se ha posicionado como un referente en producción de valor añadido y tecnología punta.
5. Confiará en los minijobs
La amplia victoria de la CDU da legitimidad a la fórmula laboral del ejecutivo alemán. Promovido por el gobierno socialdemócrata de Gerhard Schröder a principios de siglo, el mercado laboral alemán se basa en la flexibilidad. Hay unos ocho millones de trabajadores con trabajos temporales o reducidas, como los minijobs, que se estudian importar al mercado español. A pesar de los clamores de los sindicatos alemanes y algunos partidos sobre los bajos ingresos por estos grupos sociales, el cierto es que el paro nacional por debajo del 7% ha tenido más fuerza psicológica.
6. Defenderá la formación profesional dual
A la alza también en Cataluña, el gobierno alemán ha apostado para mejorar los puentes entre el estudio académico y la formación en las propias empresas. La formación profesional dual es, para sus defensores, la manera de adaptarse mejor a las necesidades empresariales y fortalecer los recursos humanos destinados a la industria.
7. Promoverá la economía verde
El desastre atómico a Fukushima ha significado un antes y uno después en la política energética de la primera economía de la eurozona. Merkel renunció a prolongar la vida útil de las centrales nucleares, sobrepuso las alternativas y va primar la energía verde: las empresas vinculadas al medio ambiente generan ya una décima parte del PIB y ocupan dos millones de trabajadores, según datos del Gobierno.
8. Incentivará las infraestructuras
En este punto, sí que parece que la CDU cambiará en parte su política. La frenada en inversiones e infraestructuras en los últimos años, enmarcada en las políticas de austeridad, parece que se modificará en parte. Mejoraría el consumo interno y los salarios. Obligaría a importar más y esto activaría la demanda alemana a economías como la catalana.